Sof¨ªa S¨¢nchez de Betak, dise?adora y enamorada de Mallorca
La argentina lanza una colecci¨®n con Mango inspirada en la isla, adonde se ha mudado tras pasar el confinamiento en Par¨ªs: ¡°Todos deber¨ªamos producir localmente¡±
Para Sof¨ªa S¨¢nchez de Betak (Buenos Aires, Argentina, 35 a?os) el lujo es ¡°la libertad¡±. ¡°La naturaleza, poder sentirse c¨®modo con lo que se tiene, vivir sin tacones y sin estar tan producida¡±, cuenta, en lo que entonces para ella tiene que ser un lujoso escenario. Chufy, como la llaman cari?osamente, como se la conoce en internet y como tambi¨¦n se llama su firma de moda, se presenta a la entrevista telem¨¢tica lejos de un despacho de una gran ciudad, y tambi¨¦n muy distante de esa imagen de lujo, glamur y perfecci¨®n con la que a menudo se asocia a las dise?adoras y estrellas de internet entre las que se cuenta. Con una taza de caf¨¦ en mano, sentada en un murete con una valla de madera detr¨¢s, comparte en la pantalla c¨®mo los primeros rayos de sol desperezan la sierra de Tramuntana mallorquina. Lleva una sudadera de estilo universitario, los auriculares puestos, varios collares entremezclados y una sencilla coleta. Eso es para ella el lujo y su sonrisa la delata.
S¨¢nchez de Betak lleva algo m¨¢s de una d¨¦cada convertida en una de las mujeres m¨¢s conocidas de entre las influyentes de internet. La forma de vestir de la argentina ha sido fotografiada y perseguida por los cazadores de los mejores estilos callejeros. Poco a poco, su relaci¨®n con las marcas se fue afianzando y colabor¨® con firmas de moda como Valentino o Chlo¨¦, y hace casi un lustro le dio la vuelta a esa idea y se puso del otro lado, lanzando su propia firma de moda (llamada, c¨®mo no, Chufy) y colaborando de forma fruct¨ªfera con Mango.
Precisamente el lunes 17 presenta, en Mallorca y con Mango, la que es su primera colecci¨®n para el gran p¨²blico, asequible ¡ªsus dise?os propios se venden entre los 200 y los 800 euros; estos cuestan 70 o 100¡ª. Ella se muestra feliz de haber trabajado con ese equipo ¡°familiar, con mucha afinidad¡±. Su anterior gran proyecto con ellos fue hace dos a?os, cuando en mayo de 2019 se puso en sus manos para vestirse en la gala del Museo Metropolitano de Nueva York dedicada a la est¨¦tica camp.
Pero ahora era el momento de avanzar y hacer algo nuevo unidos. ¡°Esta colaboraci¨®n era como un punto final despu¨¦s de tantos trabajos juntos¡±, relata. La colaboraci¨®n se ha gestado r¨¢pido y ella ha estado del todo implicada ¡°en los tablones de inspiraci¨®n, estampados, morfolog¨ªas, pruebas¡±. ¡°Fueron pocos meses, nunca en mi vida trabaj¨¦ con tanta eficiencia¡±, r¨ªe. Con su marca, los tiempos son m¨¢s largos porque los estampados se realizan en India y el proceso es m¨¢s largo, pero aqu¨ª ¡°todo se hizo en el momento¡±.
Algo que confirma Justicia Ruano, dise?adora de la marca catalana. Ambas han trabajado mano a mano en esta colaboraci¨®n. Si S¨¢nchez habla de Ruano con cari?o, afirmando que es ¡°una divina, superabierta, una profesional muy exigente¡±, Ruano tambi¨¦n cuenta lo sencillo que ha sido trabajar con una estrella. ¡°Para nosotros ha sido superf¨¢cil por ella, que es flexible, encantadora. Representa muy bien los valores mediterr¨¢neos. Aparte de eso es una persona muy maja¡±, cuenta Ruano, que temi¨®, cuando empezaron a colaborar para la gala del Met, que fuera ¡°borde, cre¨ªda...¡±. ¡°Parec¨ªa una m¨¢s del equipo, es sencilla, nada altiva. Adem¨¢s me habla en espa?ol, que yo en ingl¨¦s no me comunico muy bien¡±, r¨ªe la granadina. Ambas empastaron bien la misma idea: ¡°una colecci¨®n que haga a la gente so?ar un poco¡±, cuenta Ruano.
Para Chufy, Mallorca ha sido la gran inspiraci¨®n para crear media docena de vestidos que llevan su sello: bohemios, estampados, apetecibles, elegantes y ponibles a la vez. Chufy lleg¨® a la isla por primera vez a los 17 a?os, de viaje adolescente con unas amigas, y se enamor¨® del lugar, aunque entonces, reconoce divertida, prim¨® m¨¢s la fiesta que la bohemia. Cuenta que cuando conoci¨® a su marido ¨¦l le dijo: ¡°Te voy a llevar a mi pueblo¡±. Y la traslad¨® al mismo lugar donde estuvo con sus amigas y donde est¨¢ ahora, caf¨¦ en mano. ¡°Veraneo aqu¨ª desde hace 12 a?os, y tambi¨¦n viajo por el Mediterr¨¢neo viendo amigos¡±, cuenta ella sobre su pasi¨®n por este lugar que la ha inspirado. ¡°Fue natural hacerlo aqu¨ª, lo m¨¢s org¨¢nico¡±, relata. Tanto que incluso la campa?a se fotografi¨® all¨ª y se contrat¨® a gente de la isla para llevarla a cabo, algo que adem¨¢s casa con su idea de sostenibilidad. ¡°Todos deber¨ªamos producir localmente¡±, argumenta, sosteniendo esa taza, creada a mano por un ceramista, que ha llevado de casa para que le sirvan el caf¨¦ en el pueblo (¡°me ver¨¢n como a una loca¡±, r¨ªe). Y as¨ª surgi¨® su colecci¨®n, que encajaba con ella y con lo que buscaba la marca. ¡°Ella ha decidido qu¨¦ se quedaba y qu¨¦ no, al final en la etiqueta va su nombre¡±, afirma Ruano.
Tanto Sof¨ªa como su marido, Alexandre de Betak, est¨¢n enamorados del lugar, de sus playas no siempre de f¨¢cil acceso, de sus medusas, de su forma de vivir. Tanto que su hija, Sakura, naci¨® all¨ª hace tres a?os y medio y ahora la han matriculado en un colegio de la isla: ¡°prefiero una escuela con la monta?a a un lado y el mar al otro¡±. Se han asentado en la isla, dejando atr¨¢s Par¨ªs, donde pasaron el confinamiento, o Nueva York, donde han vivido durante a?os. ¡°Y eso que yo era fan¨¢tica de Nueva York¡±, rememora, ¡°pero en este momento de mi vida no puedo entender c¨®mo pude haber estado all¨ª tanto tiempo¡±. De Betak es dise?ador para dise?adores: ¨¦l da forma a desfiles, crea las fantas¨ªas on¨ªricas de los modistos y las marcas que se ven sobre la pasarela. Y ¨¦l cre¨® la casa de Mallorca donde ahora est¨¢n instalados.
Desde su nuevo hogar tratan de volver a arrancar sus vidas, sus proyectos paralizados por la pandemia, que les toc¨® de cerca. Alexandre pas¨® el coronavirus a principios de marzo de 2020, cuando apenas hab¨ªa informaci¨®n ni medios. ¡°Estuvo en cama casi dos semanas. Me deprim¨ª mucho. Mis padres trabajan en turismo, mi marido en eventos, pens¨¦ que ¨ªbamos a cerrar la marca, que hab¨ªa muchas familias que no ten¨ªan nada que traer a la mesa¡±, relata. Ahora, pasado lo peor, la mujer que un d¨ªa incluso lleg¨® a hacer un libro con la editorial Assouline, retoma todo lo que tiene entre manos. Quiere volver a poner en marcha unos paquetes tur¨ªsticos solidarios para viajar a Myanmar y a la vez colaborar con un orfanato, un proyecto que la pandemia paraliz¨®. Y sigue con su colecci¨®n, ¡°orgullosa de ella y de dar trabajo¡±. Siempre pensando en qu¨¦ es lo pr¨®ximo que va a hacer. ¡°Porque aunque me encantar¨ªa ser budista, es bueno vivir muchas vidas en una por si no llegamos a tener otra¡±, bromea.
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