Alicia Keys o c¨®mo 63 minutos le dieron fama y fortuna a la ni?a de Harlem
La cantante reedita 20 a?os despu¨¦s su primer disco, ¡®Songs In A Minor¡¯, que la ha convertido en una estrella mundial gracias a un largo recorrido musical rematado por una reciente autobiograf¨ªa
Alicia Keys ha vivido r¨¢pido. Empez¨® muy pronto, arranc¨® con prisas y ahora, con solo 40 a?os, ha decidido frenar ¡ªsolo un poco, una pausa¡ª y mirar por el retrovisor. Una peque?a parada de impulso que la ayuda a tomar aire sobre su vida cuando, en principio y con un poco de suerte, todav¨ªa le queda mucho por vivir. Esa ni?a neoyorquina que se enamor¨® de la m¨²sica gracias a un piano heredado de un vecino vuelve ahora a recordar sus inicios con una reedici¨®n de su primer y exitoso disco, Songs In A Minor, aquellos 63 minutos con 16 canciones del que ahora, en un latigazo del tiempo, se cumplen 20 a?os.
Por eso este se ha convertido en un a?o redondo. Tambi¨¦n por unos cuantos hitos m¨¢s: Keys lleg¨® en enero a los 40 a?os, cifra redonda, reflexiva. Adem¨¢s, hace pocos meses public¨® un libro, una autobiograf¨ªa, que se ha colocado en la c¨¦lebre lista de los m¨¢s vendidos del diario The New York Times. Y entre todo ello el a?o pasado lanz¨® sus primeros productos hom¨®nimos. Una l¨ªnea de cuidado de la piel (esa que hace unos a?os decidi¨® no maquillar m¨¢s o hacerlo solo con peque?os detalles) junto a un dermat¨®logo que ha sido un gran ¨¦xito, tanto que esta primavera la ha ampliado con tres productos m¨¢s.
Keys est¨¢ de celebraci¨®n. Quiz¨¢ por los 40 a?os, pero sobre todo por los 20 que han pasado desde que empez¨® a pisar los escenarios. Desde que una entrevista en horario de m¨¢xima audiencia en el programa de su ahora buena amiga Oprah Winfrey (esa que ahora le manda cientos de rosas por su cumplea?os) la lanzara al estrellato, Keys ha pasado por muchas fases hasta convertirse en la que es hoy. En los pasados premios Billboard, cuando empez¨® las celebraciones por todas estas cifras redondas con un miniconcierto, su presentaci¨®n corri¨® a cargo de la ex primera dama Michelle Obama, que la describi¨® como una ¡°fuerza singular¡±.
La peque?a Alicia Augello-Cook creci¨® en un apartamento primero en Hell¡¯s Kitchen (al sur de la ciudad, donde su madre alquilaba un piso subvencionado para actores y aspirantes a serlo, como ella misma) y despu¨¦s en Harlem, en la calle 137. ¡°En un apartamento de una sola habitaci¨®n¡±, como contaba la propia Keys hace unos d¨ªas en Instagram, con una foto de esa ni?a que fue mirando a c¨¢mara con una media sonrisa. ¡°Hab¨ªa tan poco espacio que se sentaba en la cama y tocaba el teclado intentando que llegaran canciones que encajaran con los sentimientos que hab¨ªa en su coraz¨®n¡±, escrib¨ªa sobre s¨ª misma en tercera persona. ¡°Cantaba en un armario lleno de mantas en los veranos ardientes de Nueva York, intentando encontrar su voz y demostr¨¢ndoles a los que no cre¨ªan en ella que pod¨ªa hacerlo, daba igual lo que dijeran, ella pod¨ªa. Pod¨ªa componer, tocar, cantar y producir, y lo hac¨ªa todo en un diminuto dormitorio de Harlem¡±.
El amor por la m¨²sica le viene a Alicia de su familia materna, con un abuelo locutor radiof¨®nico (lleg¨® a presentar e incluso actuar en programas de radio) y una abuela pianista. Su padre estuvo fuera de su vida durante mucho tiempo, pero cuando entr¨® en ella lo hizo tambi¨¦n su abuela paterna, como explica en sus 300 p¨¢ginas de biograf¨ªa, More Myself. De ella le vienen sus ra¨ªces y el color de su piel: esta enfermera negra ¡ªla ¨²nica de sus cuatro abuelos que lo es¡ª se cas¨® con un joven italiano en un matrimonio poco com¨²n en aquellos Estados Unidos racistas y segregadores de mediados de siglo.
Contaba su madre en una reciente entrevista con el medio Bustle que, desde ni?a, la artista tuvo claro lo que quer¨ªa, que ¡°con siete a?os tocaba el piano y con 11 compon¨ªa¡±, y que desde los nueve iba haci¨¦ndose con peque?os trabajos para ganar su propio dinero y ayudar en una casa donde las cosas nunca estuvieron demasiado boyantes. La cantante explica en sus memorias que con once a?os ya sab¨ªa que alg¨²n d¨ªa se dedicar¨ªa a la m¨²sica, a cantar. ¡°Lo he sabido internamente desde que ten¨ªa cuatro a?os¡±, relata.
Por eso tambi¨¦n ha aprendido no solo a crear, sino a vender sus creaciones. De aquel Songs In A Minor coloc¨® 50.000 copias en el mercado el primer d¨ªa y lleg¨® a ser de platino cinco veces. En total ha vendido 65 millones de discos y ganado 15 premios Grammy. Ya va por su s¨¦ptimo ¨¢lbum y cuenta, en esa misma entrevista en Bustle, que la magia a la hora de crear, cantar y componer sigue ah¨ª. ¡°Nunca s¨¦ exactamente qu¨¦ va a pasar. Nunca. Ni cuando escribo una canci¨®n ni cuando estoy en un escenario [...] Lo que sea que vaya a pasar, pasar¨¢, y esa magia es algo que respeto profundamente¡±.
Pero m¨¢s all¨¢ de la m¨²sica repite en las entrevistas que lo que m¨¢s la llena hoy es ser madre. Tiene dos hijos, Egypt y Genesis, de 10 y seis a?os, fruto de su relaci¨®n con el rapero Swizz Beatz, con quien se cas¨® en 2010 en C¨®rcega y a quien conoce desde su primera juventud, aunque entonces, curiosamente, qued¨® cegada ¡ªy no para bien¡ª por el momento de brillos y cochazos del artista y no se llevaban muy bien.
Aquel es un momento al que no le gustar¨ªa volver. ¡°Lo juro, no volver¨ªa a tener 20 a?os ni aunque me pagaran. Fue la peor etapa, literalmente¡±, contaba en una entrevista a InStyle hace un a?o. ¡°Quer¨ªa encajar desesperadamente. Estaba tan ciega, era tan dependiente de las opiniones de los dem¨¢s, estaba tan inc¨®moda, tan perdida... Ni siquiera me di cuenta de que estaba construy¨¦ndome una armadura y de que estaba escondida detr¨¢s¡±. Ella misma ha explicado que esas dificultades para enfrentarse a la realidad ¡ªl¨®gicas para una veintea?era no curtida en esee mundillo¡ª le hicieron pasar momentos dif¨ªciles en, por ejemplo, sesiones de fotos donde le ped¨ªan mostrar m¨¢s carne de la que ella misma quer¨ªa. ¡°No era una cuesti¨®n de ense?ar piel, que har¨¦ por mi propio pie en los a?os venideros¡±, contaba en su biograf¨ªa. ¡°Era por ser manipulada, por sentirme como un objeto. Me sent¨ªa m¨¢s que avergonzada, abochornada de vender parte de m¨ª misma¡±. Aunque The New York Times la calificaba en sus primeros a?os de ¡°joven, dotada y bajo control¡±, ella asegura que entonces era una extranjera en territorio extra?o que no sab¨ªa encajar la carga que ten¨ªa y que solo buscaba ¡°contentar a la gente¡±.
¡°La fama es peor que la hero¨ªna¡±, ha llegado a decir en una entrevista con Num¨¨ro. Pero ella no parece culpable de esa adicci¨®n. Ahora lo que m¨¢s le gusta de la gloria es que la gente, cuando la conozca, le diga que es justo como pensaban. Es decir, que est¨¢ muy lejos de ser un personaje. O, como dec¨ªa de ella en los Billboard Michelle Obama, ¡°Alicia no es solo una artista¡±. ¡°Es una defensora de las mujeres y las familias en todo el mundo, una l¨ªder de la justicia social, esposa, mentora, madre, pero sobre todo es ella misma, siempre sabia, siempre llena de esperanza, siempre Alicia¡±.
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