Cristina Gallego, la D¨ªaz Ayuso de ¡®El intermedio¡¯: ¡°Lo del poliamor me parece muy complejo¡±
La actriz extreme?a, exbailarina, estudiante de japon¨¦s y reciente sumiller, ha ganado notoriedad con su parodia de la presidenta madrile?a en el programa de La Sexta
Cristina Gallego (C¨¢ceres, 1979) mira la copa con atenci¨®n, huele el caldo, por su expresi¨®n parece que le agrada. ¡°Es que los blancos de Lanzarote est¨¢n muy reconocidos¡±, dice la actriz, luego explica que se trata de un malvas¨ªa, que se produce en las tierras volc¨¢nicas de aquella isla. Gallego nos ha citado en el madrile?o mercado de Vallehermoso, donde se mezclan los puestos tradicionales con la hosteler¨ªa molona. Le gustan los vinos desde que, siendo estudiante, trabaj¨® en una vinoteca y se le abri¨® delante del paladar el universo vin¨ªcola. Hace poco se ha sacado el t¨ªtulo de sumiller. ¡°Llevo d¨¦cadas bebiendo vino, ahora, gracias al t¨ªtulo, puedo hacerlo con justificaci¨®n¡±, bromea. Posa para la foto; al fondo, sobre el hielo de la pescader¨ªa, luce un gran pulpo, orondo y rojo.
Gallego ha ganado notoriedad en los ¨²ltimos tiempos como actriz c¨®mica en El intermedio, donde hace gags humor¨ªsticos e interpreta a varios personajes, entre ellos una celebrada parodia delirante e hiperb¨®lica de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel D¨ªaz Ayuso. ¡°Cuando me hicieron la prueba quer¨ªan un personaje na¨ªf, pero ca?ero¡±, recuerda. Alguien que pasase de pronto de la risa a la histeria. ¡°Eso se me da muy bien, porque hablo sola desde los seis a?os¡±, dice misteriosa, no se sabe si en broma o en serio. En persona Gallego no recuerda al personaje, excepto cuando hace un chiste malo y se r¨ªe abriendo mucho los ojos y la boca, en una mueca de cartoon muy caracter¨ªstica de su actuaci¨®n. Tiene gran vis c¨®mica, aunque dice considerarse una actriz a secas, ni c¨®mica ni dram¨¢tica, sino todo lo contrario. Otro de sus ¨²ltimos trabajos es la pel¨ªcula Poliamor para principiantes, del rey de la comedia espa?ola Fernando Colomo. ¡°Lo del poliamor me parece muy complejo¡ prefiero beber vino, a solas¡±, bromea la actriz.
De ni?a fue bailarina cl¨¢sica. ¡°El ballet no se me daba mal¡±, dice, ¡°ser hiperlaxa me ayud¨®: era como un chicle¡±. Todav¨ªa conserva algo de esa delicadeza que tienen las bailarinas. Su condici¨®n f¨ªsica tambi¨¦n le hizo dejarlo, pues le provoca, a¨²n, problemas en las r¨®tulas. Como quer¨ªa seguir en escena se aficion¨® a la interpretaci¨®n. ¡°Me gustaba Pippi Langstrump y pensaba que era una ni?a de verdad, quer¨ªa irme con ella a Villa Kunterbunt¡±, dice. Cuando descubri¨® que Pippi era una actriz, pens¨® que ella tambi¨¦n pod¨ªa serlo. As¨ª hasta que a los 18 a?os viaj¨® Madrid, donde se form¨® en interpretaci¨®n con Gina Piccirilli. ¡°Empec¨¦ yendo de p¨²blico a programas como De domingo a domingo, con Belinda Washington: me ilusionaba y me preparaba como si se tratase de mi gran actuaci¨®n¡±, recuerda entre risas.
Tuvo su aventura japonesa en Parque Espa?a, un curioso parque tem¨¢tico con r¨¦plicas de la Puerta del Sol o del Parque G¨¹ell, donde se venden churros y abanicos, y hay desfiles con Dal¨ª y carruseles con Gaud¨ª. El espect¨¢culo musical Viva Espa?a es protagonizado por Mar¨ªa, una joven pintora espa?ola que pierde la inspiraci¨®n y luego la recupera gracias a unos toros y unos botes de pintura que aparecen por all¨ª. Gallego fue Mar¨ªa. Desde entonces ha estudiado seis a?os de japon¨¦s, y se defiende, aunque ahora mismo lo tiene algo abandonado. ¡°Tengo mucha fuerza de voluntad, soy constante y met¨®dica: cuando me propongo algo lo consigo¡±, dice.
Tambi¨¦n se ha diplomado en la universidad en Biblioteconom¨ªa y Documentaci¨®n. ¡°Soy muy viejuna, me gustan los libros viejos, el coleccionismo, tengo un gram¨®fono, y, en general, no soy muy tecnol¨®gica¡±, dice. Entre sus aficiones est¨¢ la m¨²sica: cantar con el actor David Bueno o tocar el ukelele por su cuenta. ¡°Toco las canciones que me gustan, pero en plan lento y trist¨®n, que es lo que me va¡±, se?ala. Al mismo tiempo es insegura, por ejemplo, al enfrentarse a un mill¨®n y medio de espectadores cada noche, aunque sea a trav¨¦s de la c¨¢mara. Nunca hab¨ªa hecho televisi¨®n diaria y en directo.
¡°Las primeras semanas me pon¨ªa a temblar, pero no antes de actuar, sino despu¨¦s, llegaba temblando a casa. Ahora lo llevo mejor¡±, confiesa. Cinco minutos de tele, con el estr¨¦s y la intensidad, le suponen el mismo gasto energ¨¦tico que hora y media de teatro. Estar en un programa de humor pol¨ªtico, tan expuesta, adem¨¢s, hace que reciba cr¨ªticas y reacciones: intenta no llevarlo mal. En el futuro se ve actuando, pero tambi¨¦n ser¨ªa feliz trabajando en unas bodegas, haciendo su propio vino, o en una librer¨ªa con vinos y gatos: buena parte de sus pasiones juntas y revueltas.
¡°Hay gente que me pregunta de d¨®nde he salido, pero es que llevo 20 a?os trabajando en esto, como una leona¡±, dice, no sin asombro. Pero es que la televisi¨®n es la m¨¢quina m¨¢s eficiente para crear celebridad masiva. Gallego ha conseguido trabajo estable, cosa nada frecuente en su gremio, aunque sabe que la televisi¨®n es caprichosa y voraz y quita oportunidades igual que las da. Su vida personal no ha cambiado demasiado: ¡°Como empec¨¦ en pandemia, voy de casa al curro, y encima con mascarilla, no lo he notado mucho¡±, dice. Eso s¨ª, los pescaderos del mercado, los actuales propietarios del pulpo orondo y rojo, estuvieron cuchicheando sobre ella.
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