Vinos de fuego y viento

En tierras de Lanzarote, donde el paisaje tiene el color de la noche, los campesinos cavaron hoyos profundos burlando el manto de los volcanes hasta dar con el suelo f¨¦rtil. Dos o tres metros abajo, cada una en su corralito, las cepas centenarias cr¨ªan sus racimos protegidas del viento por los muros c¨®nicos de lava, rematados en la superficie por una pared semicircular de piedras apagadas. A ese nido con sus parras se le llama geria, el nombre que toma todo el paraje natural a los pies del ardiente Timanfaya. El pic¨®n, esa peque?a gravilla volc¨¢nica que se usa en todos los jardines de la isla, guarda la humedad de las pocas lluvias y se la regala a las uvas. As¨ª nacen los malvas¨ªas, vinos blancos j¨®venes, secos, afrutados, que maridan con pescados, mariscos, arroces, pastas. Tambi¨¦n los hay dulces, para los excelentes quesos canarios.

En 1993 estos caldos alcanzaron su denominaci¨®n de origen y ya hay 18 bodegas bajo ese sello. Proliferan. Este ¨²ltimo a?o abrieron dos m¨¢s. Entre unas y otras transforman 3,5 millones de kilos de uva. Hasta esas cepas no lleg¨® la filoxera que devast¨® los vi?edos europeos y hoy los esmerados caldos empiezan a recoger sus premios. Castillo de Guanapay, Yaiza, La Grieta, El Grifo, Teigas, Manto, Bermejo y muchos otros embotellan el fruto de una tierra arcillosa y con nutrientes que se pone a punto en agosto.

El reconocimiento de estos vinos, que llena de orgullo a los conejeros, lleva al consejo regulador de la denominaci¨®n de origen de un lado para otro extendiendo su fama. Una exposici¨®n en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid muestra la industria que hoy generan estos campos negros azotados por el viento y escondidos del fuego del volc¨¢n.

No pas¨® la filoxera pero, como ha ocurrido en otras bodegas espa?olas, s¨ª ha llegado el dise?o a las botellas de Lanzarote. Hay donde inspirarse. Entre las cenizas nacen solitarias, como una sorpresa inesperada, amapolas violetas o higueras vencidas por el viento que se agachan hasta el suelo.

De las Azores hasta Grecia se pueden encontrar vi?edos de malvas¨ªa y no es Lanzarote el ¨²nico sitio donde los volcanes prestan su fuego incierto a los vinos. Pero el cultivo de gerias s¨ª es ¨²nico en el mundo. Sobre esas tierras bordadas los ancianos recuerdan el traj¨ªn de cientos de camellos acarreando la cosecha. Hoy s¨®lo montan turistas, pero tambi¨¦n paran en las bodegas y degustan los caldos. Otro de los atractivos fresquitos de la isla de los volcanes.