San Petersburgo celebra su primera boda real en m¨¢s de un siglo
La boda del ¡®zar¨¦vich¡¯ Jorge Rom¨¢nov con la plebeya Rebecca Bettarini el pasado 24 de septiembre, ha suscitado duras cr¨ªticas entre los mon¨¢rquicos rusos


Con una ceremonia en la que no hubo invitados destacados de la realeza europea, la casa imperial rusa ha vuelto a celebrar un enlace matrimonial en su pa¨ªs m¨¢s de un siglo despu¨¦s. El gran duque Gueorgi Mija¨ªlovich Rom¨¢nov (40 a?os), Jorge Rom¨¢nov, como es conocido tras nacer en Madrid en el exilio, y Victoria Rom¨¢nova (39), llamada Rebecca Bettarini antes de su conversi¨®n a la fe ortodoxa, celebraron este viernes su enlace matrimonial en la catedral de San Isaac de San Petersburgo ante m¨¢s de un millar de personas.
En las bodas de los antiguos zares se congregaban verdaderas multitudes para verlos. En esta ocasi¨®n, no hubo tal movilizaci¨®n del pueblo y el evento ha estado m¨¢s te?ido de contenido simb¨®lico para la familia que pol¨ªtico. La pareja, que ya se cas¨® el 24 de septiembre en el registro civil de Mosc¨², no pudo vestir las joyas de los emperadores, las cuales permanecen a buen recaudo en el Kremlin, ni disfrutar de tres palacios muy significativos para la casa Rom¨¢nov: el de Invierno, el de Peterhof y el de Catalina.
La novia, ataviada con un largo vestido blanco de la dise?adora Reem Acra, llevaba bordado el ¨¢guila bic¨¦fala, recuperada por la simbolog¨ªa nacional tras la ca¨ªda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Sobre su cabeza luc¨ªa como ornamento principal una corona de la casa francesa Chaumet, la tiara Lacis, una pieza de alta joyer¨ªa en la que dos grandes diamantes destacaban engarzados a una red de oro blanco y 438 brillantes en total.
Entre los presentes estaban el padrino de Jorge Rom¨¢nov y ¨²ltimo rey de Bulgaria, Sime¨®n II, y su esposa Margarita, as¨ª como otro pretendiente a un trono que dej¨® de existir hace muchos a?os, el de Francia. Luis Alfonso de Borb¨®n acudi¨® al evento acompa?ado por su mujer Margarita Vargas, quien tambi¨¦n vest¨ªa joyas de Chaumet.
¡°?Qui¨¦n es Jorge Romanov?¡±, se preguntaba la prensa eslava ante la ilustre boda de San Petersburgo. La respuesta es que la madre del novio, la gran duquesa Mar¨ªa Vlad¨ªmirovna Rom¨¢nova (67 a?os), fue proclamada por su padre cabeza de la casa imperial rusa en 1989 al morir el ¨²ltimo descendiente directo del zar Alejandro III. La Revoluci¨®n Rusa hab¨ªa resultado destructiva para la l¨ªnea sucesoria del pen¨²ltimo emperador. Sus ¨²ltimos dos hijos vivos, el zar Nicol¨¢s II y el gran duque Mija¨ªl Aleksandr¨®vich, fueron fusilados en 1918, y en 1989 falleci¨® sin descendientes su ¨²ltimo familiar directo nacido fuera de matrimonios morgan¨¢ticos, el pr¨ªncipe Vasili Alexandr¨®vich, nieto de Alejandro III por parte de madre. Fue entonces cuando el abuelo de Jorge Rom¨¢nov, perteneciente a la l¨ªnea del tercero de los hijos del antepen¨²ltimo zar, Alejandro II, proclam¨® heredera a la gran duquesa Mar¨ªa Rom¨¢nova.
Sin embargo, la boda de Jorge Rom¨¢nov con una plebeya ha suscitado cr¨ªticas entre los mon¨¢rquicos rusos. Seg¨²n las leyes de sucesi¨®n establecidas por Pablo I, las mujeres solo pueden heredar el trono si no hay descendientes por la l¨ªnea masculina, por lo que el gran duque podr¨ªa ser te¨®ricamente emperador. Sin embargo, este enlace es un matrimonio morgan¨¢tico, y ello veda al gran duque de su derecho al trono. Su madre, por ejemplo, s¨ª cuid¨® este detalle tan importante para su linaje al casarse con otro noble.

Para el Gobierno ruso, es otra boda m¨¢s de unos ciudadanos. ¡°El Kremlin no tiene opini¨®n alguna sobre este asunto. Hay muchas bodas en Mosc¨² y en San Petersburgo todos los d¨ªas. Siempre deseamos felicidad a los reci¨¦n casados¡±, coment¨® en la v¨ªspera el portavoz de Vlad¨ªmir Putin a la agencia Tass. No obstante, entre los asistentes rusos m¨¢s notables figuraban dos personas que han tenido cierta relevancia en la ideolog¨ªa del poder: el fil¨®sofo Aleksandr Dugin y el empresario Konstant¨ªn Malof¨¦yev, due?o de la cadena de televisi¨®n ultraconservadora Tsargrad y una de las principales voces en las torres del Kremlin para recuperar la gloria imperial rusa.
En cualquier caso, esta rama de los Rom¨¢nov no molesta al Gobierno ruso. ¡°Nuestra principal responsabilidad es preservar la continuidad de la historia. Estamos dispuestos a responder a la petici¨®n del pueblo ruso si quiere restaurar la monarqu¨ªa, pero nosotros mismos no luchamos por el poder y no reclamamos nada, ni derechos pol¨ªticos ni propiedad. Nuestro deber es mantener una conexi¨®n viva entre la Rusia moderna y su milenaria historia¡±, afirm¨® anteriormente Jorge Rom¨¢nov en una entrevista de Tsargrad.
Su esposa, Rebecca Bettarini, es escritora de novela negra e hija de embajador italiano Roberto Bettarini. Para poder celebrar la boda, se convirti¨® al cristianismo ortodoxo en 2020. Por su parte, Jorge Rom¨¢nov tambi¨¦n pertenece a la dinast¨ªa Hohenzollern por parte de padre, el pr¨ªncipe Francisco Guillermo de Prusia.
La boda fue oficiada por Varsofoni, cabeza de la di¨®cesis ortodoxa de San Petersburgo y Ladoga. Del millar de personas presentes, unas 300, los invitados m¨¢s selectos, fueron agasajadas en la v¨ªspera con una cena en el palacio de Vlad¨ªmir, el ¨²ltimo palacio imperial alzado en San Petersburgo. Seg¨²n publica el medio peterburgu¨¦s Fontanka, en honor a la novia se sirvieron vinos italianos de las bodegas Fardella della Ripa y Brugnano; y de postre, pasteles del maestro repostero Michael Lewis-Anderson, confitero de confianza de la propia reina Isabel II de Inglaterra, y otras delicias del servicio de Yevgeny Prigozin, el llamado ¡°chef de Putin¡±.
El anillo de la novia fue regalado por la gran duquesa a Jorge Rom¨¢nov cuando este cumpli¨® los 18 a?os para que lo entregase a su amada en el futuro. Consta de un rub¨ª, que simboliza el amor, escoltado por dos diamantes en los laterales que representan la pureza y la fuerza. Durante la boda, la pareja cumpli¨® escrupulosamente los ritos ortodoxos: como en cualquier otro enlace, sobre sus cabezas fueron alzadas dos coronas doradas que simbolizan la bendici¨®n de Dios, sostuvieron cada uno una vela blanca encendida, y dieron tres sorbos de la copa de vino.
La boda se ofici¨® en la catedral de San Isaac, una de las joyas neocl¨¢sicas rusas, que fue alzada en el siglo XIX en el terreno donde hubo antes dos modestas iglesias. En la original, de madera, se casaron Catalina I y Pedro el Grande, fundador de San Petersburgo. Por cierto, la nueva catedral cont¨® con la colaboraci¨®n del espa?ol Agust¨ªn de Betancourt, ingeniero y militar de los Rom¨¢nov que con sus obras arquitect¨®nicas dej¨® su impronta por toda Rusia.
El enlace continu¨® por la tarde en el Museo Etnogr¨¢fico de San Petersburgo con solo un tercio de los invitados. La instalaci¨®n cerr¨® sus puertas horas antes a los visitantes y los convidados pudieron participar para el recuerdo en una sesi¨®n de fotos. Adem¨¢s, los novios regalaron sus vestidos al vecino Museo Ruso, que cuenta con una vasta colecci¨®n de hasta medio mill¨®n de piezas de todos los rincones de la odn¨¢ shestaya, la sexta parte del mundo, como los zares hac¨ªan llamar a su gigantesco imperio.
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