Reina Pedroche
Una reina no puede estar tan pendiente de lo que se dice de ella. Letizia es ahora m¨¢s feliz desde que los em¨¦ritos no est¨¢n cerca. Ya no tiene que someterse a contaminaci¨®n cruzada alguna. Cristina Pedroche deber¨ªa observar esta evoluci¨®n e imitarla.
Me ha enternecido la declaraci¨®n de Cristina Pedroche de que lo pasa muy mal con las cr¨ªticas que recibe despu¨¦s de sus campanadas. Entiendo que se refiere a las de las redes sociales, porque en la prensa escrita leo m¨¢s bien que se ha llevado todo el p¨²blico, que es la nueva reina de la Nochevieja.
Y es muy merecido ese reconocimiento porque lleva a?os trabaj¨¢ndoselo. Josie y ella forman un equipo que se dedica 365 d¨ªas a dar con el look exacto, alimentar esa fascinaci¨®n, casi creando un formato televisivo que dura un d¨ªa pero nos mantiene en vilo el resto del a?o. Quiz¨¢s Pedroche deber¨ªa apagar el tel¨¦fono y ausentarse de las redes la primera semana del a?o que empieza. Y ser¨ªa m¨¢s feliz.
Una reina no puede estar tan pendiente de lo que se dice de ella. Un ejemplo claro es la reina Letizia, que es ahora m¨¢s feliz desde que los em¨¦ritos no est¨¢n cerca. No se trata de que ellos fastidiaran con cr¨ªticas, comentarios, peticiones de fotos con las nietas, nada de eso. Es simplemente que ya no tiene que someterse a contaminaci¨®n cruzada alguna. Cristina Pedroche deber¨ªa observar esta evoluci¨®n e imitarla. No es que vaya a expulsar a Chicote del balc¨®n de la Puerta del Sol, pero s¨ª dejarle al tiempo, a la madurez, hacer su trabajo. Que es, b¨¢sicamente, curtirte para que entonces esa bien bronceada piel navide?a brille con toda su experiencia.
Hay que fortalecer la piel. Dejarse de tonter¨ªas, relativizarlo todo. Nicol¨¢s Maduro, el presidente de Venezuela que muchos llaman dictador a dedo, acaba de anunciar que la producci¨®n petrolera de su pa¨ªs volver¨¢ al mill¨®n de barriles diarios. Las medidas impulsadas por Donald Trump para sancionar a todo aquel que negociara con Maduro no funcionaron. El pa¨ªs recuperar¨¢ cierto m¨²sculo econ¨®mico y los signos evidentes de esa recuperaci¨®n son uno de los temas recurrentes en restaurantes y mansiones de Madrid y otras ciudades espa?olas, durante la noche de Reyes. ¡°?Volver¨ªas a Venezuela?¡±, preguntan exiliados de todo tipo y presupuesto. Yo no, pero s¨ª estoy seguro de que en Caracas empezar¨¢n a abrirse sucursales de los restaurantes espa?oles favoritos de los venezolanos acaudalados. Regresar¨¢n esos emigrantes llev¨¢ndose las costumbres de comer las uvas en fin de a?o. A lo mejor hasta contratan a Pedroche para cubrirse con la bandera venezolana. ¡°Ay, s¨ª, qu¨¦ divino. Y Coque Sandoval que ponga un Coque en Los Palos Grandes. Caracas y Madrid se aman¡±, ensalza una amiga caraque?a. Subrayando que ¡°amar¡± es un comod¨ªn que los venezolanos emplean igual que ¡°vaina¡± o ¡°pana¡±, a tal extremo que los llenan de calor, pero los vac¨ªan de significado.
Mientras, aqu¨ª en Madrid el aire sigue cort¨¢ndose por el fr¨ªo entre D¨ªaz Ayuso y Pablo Casado. Es curioso, tambi¨¦n produce un temblor como las declaraciones de Pedroche, porque, juntando los apellidos de los l¨ªderes enfrentados, se crear¨ªa un t¨ªtulo de bufete de abogados imponente. D¨ªaz Ayuso y Casado, Abogados. Equipo total, pero no hay manera, no encuentran el momento para acunar esa paz. Podr¨ªa ser algo similar al malestar de Pedroche por las cr¨ªticas: no es necesario. No hace falta. Lo importante es participar. Si funcionan bien cada uno por su lado, hay que hacer lo mismo que con las f¨®rmulas de ¨¦xito que triunfan en el entretenimiento: no se cambia nada.
Mucho me temo que lo mismo suceder¨¢ con el aniversario del ataque al Capitolio en Estados Unidos. Influidos por el temor a esas voces furiosas de las redes, la televisi¨®n es reacia a ense?ar todas las im¨¢genes que gener¨® esa barbarie. Mala decisi¨®n. Quiz¨¢s sea necesario ver el horror para reconocerlo. Y evitarlo. Como dijo Jackie Kennedy cuando le preguntaron si quer¨ªa cambiarse el vestido ensangrentado tras el magnicidio de su esposo, el presidente Kennedy. ¡°No¡±, dijo. ¡°Quiero que vean lo que han hecho¡±.
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