Jos¨¦ Andr¨¦s: ¡°Dar de comer al pr¨®jimo no es darle limosna, sino dignidad y respeto¡±
El cocinero espa?ol m¨¢s querido en Estados Unidos, cuya organizaci¨®n World Central Kitchen sigue alimentando a los damnificados por la guerra en Ucrania, presenta un documental sobre su vida y obra dirigido por Ron Howard y se confiesa ¡°adicto¡± a su faceta humanitaria
Recluido con un par de colaboradoras en un abigarrado sal¨®n de un hotelazo de lujo madrile?o, el cocinero Jos¨¦ Andr¨¦s parece un oso enjaulado, dicho sea con todo respeto a ¨¦l, y a los osos. Los relaciones p¨²blicas de Disney Plus, la productora del documental Alimentando al mundo, le han agendado un apretado d¨ªa de entrevistas de promoci¨®n, esta es la en¨¦sima ¡ªy las que le quedan¡ª, y ¨¦l solito confiesa de plano estar deseando quit¨¢rselas todas de encima y salir pitando de vuelta a las cocinas de World Central Kitchen (WCT) en Ucrania. As¨ª que cumple con el tr¨¢mite, cordial sin exagerar, se disculpa por su cansancio, y a otra cosa. De cuando en cuando, sin embargo, cierto brillo en los ojos revela la pasi¨®n que lo consume.
?Qu¨¦ ha desayunado hoy?
Todav¨ªa nada.
Son las doce del mediod¨ªa.
Bueno, he tomado un par de caf¨¦s con leche en un bar aqu¨ª al lado, La asturiana. Me gustan los bares, no solo en Espa?a, tambi¨¦n en mis expediciones por el mundo. A veces, la mejor manera de verlo es tomar un caf¨¦ escuchando y mirando a la gente, ah¨ª empiezas a entender lo que pasa alrededor.
Los de La asturiana se habr¨¢n quedado locos al verle, supongo.
Bueno, es divertido cuando te reconocen. La verdad es que la alimentaci¨®n no es problema para m¨ª, lo que tengo que vigilar es el exceso. Podr¨ªa estar 24 horas comiendo. Lo tengo muy asequible y, aqu¨ª en Espa?a. todo el mundo me pone siempre un vaso de vino y un plato de comida delante.
Lo mejor de lo mejor, claro.
S¨ª, pero lo mejor de lo mejor no es siempre el caviar m¨¢s caro o la trufa blanca m¨¢s exquisita, que me encantan. Tambi¨¦n unos esp¨¢rragos o unas fresas de Aranjuez, o un simple huevo perfectamente frito.
?Qu¨¦ es dar de comer a la gente en una guerra o en una emergencia, aparte de llenar est¨®magos?
Es dif¨ªcil ponerte en el cuerpo de quien lo sufre, pero mi sensaci¨®n es que no solo est¨¢s cubriendo una necesidad f¨ªsica. Dar de comer no es caridad ni limosna, sino dar dignidad y respeto al pr¨®jimo. Sobre todo, cuando les dices que ma?ana tambi¨¦n estar¨¢s y no les vas a dejar solos en el momento de reconstruir sus vidas. Sigue habiendo hambre en el mundo porque seguimos lanzando demasiado dinero a los problemas puntuales, pero no aportamos verdaderas soluciones donde son necesarias. En WCK sabemos que solo somos una tirita en un mar de necesidad, pero hacemos que al menos el alimento no sea un problema m¨¢s.
?Qu¨¦ ve en los ojos de las personas a las que ayudan?
En esos ojos hay siempre un atisbo de esperanza. Es gente que podr¨ªa estar muy cabreada, y no pierden ni su fe en el futuro ni en el pr¨®jimo. En situaciones realmente complejas se siguen levantando y dando lo mejor que tienen para sacar a sus hijos adelante. Nosotros solo intentamos ayudar a canalizar esa energ¨ªa. Por eso me llenan tanto esas misiones. A veces, son mis ojos los que se llenan de l¨¢grimas.
?Usted no se levantar¨ªa?
No s¨¦, no s¨¦. Para m¨ª es mucho m¨¢s f¨¢cil. Recuerdo el hurac¨¢n Mar¨ªa de Puerto Rico, por ejemplo. De repente, una tarde empez¨® a llover en medio del caos y fue una bendici¨®n, porque, al menos, los m¨¢s afectados podr¨ªan beber agua limpia de lluvia. Yo, sin embargo, por las noches me tomaba un ron y me fumaba un puro y pod¨ªa llamar a la recepci¨®n del hotel para quejarme si no hab¨ªa agua caliente. Ah¨ª la vida te pone en tu sitio y te guardas al cascarrabias que llevas dentro.
?Ayudar puede ser adictivo?
S¨ª. De hecho, creo que para m¨ª ya lo es. Es dif¨ªcil ver ciertas situaciones en las que crees que puedes hacer algo, y no hacerlo.
Si es adicto, tendr¨¢ ¡®mono¡¯.
?No me ves? Ahora estoy contigo y preferir¨ªa estar ya en Ucrania. Hoy me estoy quitando entrevistas que me ven¨ªan pidiendo hac¨ªa meses, pero ma?ana me voy pitando. Ser¨¢ la cuarta vez que que cruzo la frontera. He estado unos 40 d¨ªas entre entradas y salidas en la misi¨®n.
?Tan imprescindible es all¨ª?
No, yo podr¨ªa desaparecer y esto seguir¨ªa en marcha de una u otra forma. Pero WCK es una organizaci¨®n joven, las semillas a¨²n se est¨¢n plantando y para m¨ª es importante que dentro de 25 a?os, cuando ya no est¨¦ activo, siga con el mismo esp¨ªritu.
Usted emigr¨® de Asturias a Barcelona a estudiar. Y de Espa?a a EE UU, a trabajar. ?Deja uno de ser emigrante alguna vez?
No, yo soy y ser¨¦ emigrante toda mi vida. Por eso intento tambi¨¦n trabajar por ellos. El otro d¨ªa acog¨ª a senadores republicanos y dem¨®cratas en mi casa de Washington para hablar de Ucrania y de lo que sigue siendo una peque?a posibilidad de una reforma migratoria en Estados Unidos. Vinieron muchos m¨¢s de los que pensaba. Los pol¨ªticos est¨¢n para ayudar y servir a la ciudadan¨ªa y encontrar consensos. Esa deber¨ªa ser su ambici¨®n.
Aprendi¨® con Ferran Adri¨¤ en ElBulli. ?C¨®mo convive en usted el gran chef vanguardista con guisar para 20.000 personas? ?Est¨¢ desentrenado con el sif¨®n?
Bueno, creo que cada d¨ªa soy mejor cocinero en el sentido de que entiendo mejor el fuego y los productos. Me puedo enfrentar a todo. Cocino mejor que nunca para cuatro amigos. Ahora, la gente que repite algo todos los d¨ªas lo hace mejor que t¨², claro. El pincho de tortilla de Casa Dani, aqu¨ª en Madrid, por ejemplo, es mejor que el m¨ªo. La paella de otros sitios, no es tan buena como la que yo hago, eso s¨ª. En la vida no he hecho nada excesivamente bien, solo un poquito de todo. Y ahora mismo, a mi edad, lo que tengo es ansiedad, porque cuanto m¨¢s ves, m¨¢s lees y m¨¢s vives te das cuenta de lo poco que sabes.
?Crisis de la mediana edad?
S¨ª, pero yo prefiero hablar de oportunidad. La oportunidad de decir: d¨¦jate de crisis y ponte a trabajar, deja de perder el tiempo y aprov¨¦chalo.
Otros, a sus a?os, cambian de esposa, de casa, de coche y se ponen pelo.
Pues yo me he quitado el coche y trabajo cada d¨ªa para que no sea mi mujer quien me cambie a m¨ª. Jam¨¢s me hubiera ido la vida as¨ª si no fuera por ella. La familia es un tema muy interesante. Nunca me llev¨¦ muy bien con mis padres, por diferentes motivos, pero soy lo que soy gracias a ellos. Eran enfermeros, ayudaban a los dem¨¢s. La familia la damos por hecha, y nos la tenemos que ganar cada d¨ªa.
En Estados Unidos le llaman Mr. Spain. ?Ejerce el cargo?
La verdad es que lo m¨ªo no ha sido de la noche a la ma?ana. Ha sido granito a granito. Cuando llegu¨¦, a los veintipocos, ya hab¨ªa comida espa?ola en Nueva York, y luego en Washington tambi¨¦n. Pero luego van pasando cosas, vas conociendo gente y el c¨ªrculo se ampl¨ªa. Me toc¨® a m¨ª como le pod¨ªa haber tocado a cualquier otro. Yo solamente soy una m¨¢s de esas cosas que tienen que pasar para que el mundo avance. Pero, s¨ª, mis hijas bromean con eso, con que el presidente del pa¨ªs me cite en un discurso, con que mi vida parece una pel¨ªcula de cachondeo: en un d¨ªa me pasan 20 cosas extra?as y bonitas, y, a veces, te tienes que re¨ªr.
Despu¨¦s del Princesa de Asturias de la Concordia, solo le queda ser canonizado como San Jos¨¦ Andr¨¦s de Mieres para ser profeta en su tierra. ?Es religioso?
Soy un chaval que siempre me he considerado cat¨®lico, pero tengo amigos y comparto mesa con gente de otras religiones. Y sobre los premios, la gente de mi equipo sabe que me da mucha verg¨¹enza recogerlos. El Princesa de Asturias me hizo ilusi¨®n, claro, por ser de donde yo nac¨ª, porque estaban los Reyes, y por lo que significa para Espa?a y para la organizaci¨®n. Pero te ves ah¨ª, dando un discurso en una habitaci¨®n cuando podr¨ªas estar al lado de la gente que lo est¨¢ necesitando, y me cuesta.
Am¨¦n.
Qu¨¦ mal he estado, ?no? Perdona, pero es que hoy estoy que no estoy.
'ALIMENTANDO AL MUNDO'
Así se titula el documental que estrena estos días José Andrés (Mieres, Asturias, 52 años), dirigido por Ron Howard, y que repasa su vida y obra al frente de World Central Kitchen, la organización que lidera y que ofrece comida caliente a los afectados por guerras, desastres, epidemias o situaciones de desigualdad extrema por todo el mundo. La increíble aventura de un chico asturiano, hijo de enfermeros, que emigra a Barcelona a estudiar cocina, se forma en ElBulli, con Ferran Adrià, vuelve a emigrar, veinteañero, a Estados Unidos para buscarse la vida, y acaba codeándose con Obama, Bezos y Biden, en su doble vertiente de cocinero y activista humanitario. Desde el terremoto de Haití, el huracán de Puerto Rico, la crisis del covid, el volcán de La Palma y, ahora, la guerra de Ucrania, José Andrés, premio Princesa de Asturias de la Concordia, está en todas las crisis. Le faltan horas al día, admite, para hacer todo lo que querría. Su esposa y sus tres hijas le ponen en su sitio cuando vuelve a casa.
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