Jennifer, Ben y los apellidos: ?puede una mujer/marca convertirse en la ¡®se?ora Affleck¡¯?
La boda del a?o deja algunas preguntas en el aire, como la posibilidad de inventar a Ben Lopez o la poco probable idea de que Jennifer Lopez, el producto, se transforme en Jennifer Affleck, la esposa
Despu¨¦s de 18 a?os de espera, sonaron campanas de boda. Jennifer Lopez (52 a?os) y Ben Affleck (49 a?os), una de las parejas m¨¢s fascinantes y medi¨¢ticas de principios de los 2000 y una de las parejas sorpresa m¨¢s esperanzadoras despu¨¦s de los duros a?os de pandemia, se casaron el pasado fin de semana en Las Vegas. Un final perfecto de comedia rom¨¢ntica sobre reencuentros y segundas oportunidades, de esas que protagoniza, precisamente, alguien como Jennifer Lopez. Tras los p¨¦talos, el champ¨¢n, y el selfi de J.Lo, tumbada en la cama a la ma?ana siguiente, luciendo satisfecha y feliz con su nueva vida, llegaron los detalles, compartidos por la propia Jennifer Lopez a trav¨¦s de su bolet¨ªn On The JLo.
En lugar de la macroboda que la pareja plane¨® en 2003 y que nunca lleg¨® a celebrarse, esta vez apostaron por algo r¨¢pido, sencillo e ¨ªntimo: ¡°Qu¨¦date el tiempo suficiente y tal vez encuentres el mejor momento de tu vida en Las Vegas, a las doce y media de la ma?ana, en el t¨²nel del amor, con tus hijos y la persona con la que pasar¨¢s el resto de tu vida. El amor es una gran cosa, tal vez la mejor de las cosas, y vale la pena esperar¡±. M¨¢s all¨¢ de la lista de invitados o los vestidos que escogi¨® la cantante para la ocasi¨®n, la carta terminaba con un ¨²ltimo y curioso detalle, una nueva identidad: ¡°Con amor, Mrs. Jennifer Lynn Affleck¡±.
Seg¨²n la revista People, que tuvo acceso al registro de la licencia de matrimonio de la oficina del secretario del condado de Clark, en Nevada, aparecen registrados los nombres de Benjamin Geza Affleck como Parte 1 y Jennifer Lopez como Parte 2; sin embargo, en el apartado de Nuevo nombre, la cantante ya aparece como Jennifer Affleck. Esta decisi¨®n ha estado sujeta a algunas cr¨ªticas, especialmente en redes sociales ya que, como han apuntado algunos usuarios, es una decisi¨®n extra?a para alguien como Jennifer Lopez, cuyo nombre es en s¨ª mismo una marca personal que la artista no ha dudado en declinar en diversas etapas, desde Jenny From The Block al inconfundible J.Lo, y quien en los ¨²ltimos a?os ha estado vendiendo el empoderamiento femenino y la individualidad de la mujer a trav¨¦s de canciones como Ain¡¯t your mama.
Pese a las cr¨ªticas, lo cierto es que Jennifer Lopez ha tomado la decisi¨®n m¨¢s habitual en su pa¨ªs: en Estados Unidos, en torno al 70% de las mujeres contin¨²an escogiendo el apellido del marido tras el matrimonio, seg¨²n uno de los estudios m¨¢s amplios realizado en los a?os recientes por el medio The New York Times. A pesar de que las cifras hayan disminuido en comparaci¨®n con generaciones anteriores, todav¨ªa existe una arraigada tradici¨®n cultural en torno al cambio de apellido, pese a encontrarnos en un periodo hist¨®rico en el que la mujer no es penalizada ni legal ni econ¨®micamente por mantener su apellido.
Tal y como explicaba la periodista Sharon Brandwein en la revista Brides, la biblia de las futuras novias en Estados Unidos, tomar el apellido del marido es una tradici¨®n patriarcal: ¡°Seg¨²n el derecho consuetudinario ingl¨¦s, la cobertura afirmaba que una vez casada, la identidad de una mujer estaba cubierta por su marido. Desde el momento de su matrimonio, una mujer era conocida como feme covert o mujer cubierta; ella y su esposo esencialmente se convert¨ªan en uno. Con su identidad esencialmente borrada, las mujeres no pod¨ªan poseer propiedades ni firmar contratos por su cuenta. Los esposos ten¨ªan control total sobre sus esposas, legal y financieramente¡±.
Los tiempos han cambiado y la tradici¨®n patriarcal se ha convertido en tradici¨®n amparada en el romance, que tiene la misma simbolog¨ªa que llevar algo viejo, algo prestado y algo azul, o que sea el padre de la novia quien la entregue al futuro esposo. Seg¨²n un reportaje del medio brit¨¢nico BBC sobre el asunto, hay dos motivadores principales para mantener viva esta tradici¨®n en pleno siglo XXI: ¡°El primero es la persistencia del poder patriarcal (ya sea que este fuera obvio para las parejas o no). El segundo fue el ideal de la buena familia: la sensaci¨®n de que tener el mismo nombre que su pareja simboliza el compromiso y unidad¡±.
Compromiso y unidad son precisamente los dos valores que firman el nombre Jennifer Lynn Affleck: una declaraci¨®n de intenciones que pone punto y final a la narrativa que la propia J.Lo ha controlado desde que regresase con Ben Affleck, al que se refiere como el amor de su vida. En esta segunda ocasi¨®n, Jennifer Lopez se ha encargado de transmitir la informaci¨®n antes de que lo hicieran los medios ¡ªquienes, seg¨²n apunt¨® la pareja en numerosas entrevistas, fueron para ellos los grandes culpables del fin de su relaci¨®n en el pasado debido a la persecuci¨®n constante y al escrutinio excesivo al que fueron sometidos¡ª. El apellido Affleck refleja que, para ellos, a la cuarta va la vencida: no hay constancia clara de si cambi¨® su nombre en alguno de sus tres anteriores matrimonios. Sin bolet¨ªn mediante, se desconoce si en otro momento de su vida fue Jennifer Noa, Jennifer Judd o Jennifer Anthony. Sin embargo, s¨ª existe constancia de un v¨ªdeo del a?o 2003, sacado de una entrevista especial en horario de m¨¢xima audiencia con Access Hollywood sobre la medi¨¢tica pareja y que ha resurgido a trav¨¦s de redes sociales, donde el periodista Pat O¡¯Brien le pregunta, mientras J.Lo cocina una tortilla, cu¨¢l ser¨¢ su nombre despu¨¦s de casada: ¡°Jennifer Lopez¡±, responde sin dudarlo, ¡°pero mi nombre ser¨¢ Jennifer Affleck, obviamente¡±. Jennifer Lopez separaba de manera contundente la obra de la artista o, mejor dicho, la marca J.Lo (millonaria y superventas, con una l¨ªnea de belleza facial y una de perfumes, entre otros), de la esposa. Jennifer Lopez seguir¨¢ siendo la cantante, actriz y bailarina sobre los escenarios y frente a las c¨¢maras, lo ser¨¢ en las alfombras rojas y en las entregas de premios, pero ser¨¢ Jennifer Affleck en la intimidad, guardando con mimo esa peque?a parte de la relaci¨®n que, en 2003, casi termina a causa de la sobreexposici¨®n.
She told you 20 years ago pic.twitter.com/PIMh2Zk8wl
— ? ? with a Y ? ? (@wyntermitchell) July 17, 2022
El propio escrutinio al que se ha sometido su ¨²ltima firma en su bolet¨ªn deja tambi¨¦n un poso un tanto machista: pocos se han planteado la decisi¨®n de Ben Affleck de mantener su apellido, como si no se pudiera imaginar la posibilidad de un Ben Lopez o B.Lo. Los hombres que cambian su apellido por el de sus mujeres contin¨²an siendo una rara excepci¨®n. Jennifer Lopez y Ben Affleck podr¨ªan constituir esa rareza, a fin de cuentas, ya lo est¨¢n siendo: una pareja que, despu¨¦s de una separaci¨®n de 18 a?os y con varios e incluso algunos felices matrimonios de por medio, se juntan, m¨¢s maduros, m¨¢s sabios, y lo vuelven a intentar. Y funciona.
La posibilidad de Ben Lopez dar¨ªa una vuelta de tuerca a la tradici¨®n patriarcal. Un excitante giro de acci¨®n de pel¨ªcula de Ben Affleck. Como apuntaba ?lex Grijelmo en un reciente art¨ªculo en una columna titulada, precisamente, Mujeres despojadas de su apellido, no porque una tradici¨®n est¨¦ muy extendida significa que no siga siendo conflictiva: ¡°El machismo no se halla, pues, en el sistema de la lengua, porque la casu¨ªstica derriba cualquier teor¨ªa; sino en las asimetr¨ªas con que la usamos. Y una de ellas es esa p¨¦rdida del apellido de la mujer a quien se despoja de su identidad para darle la del esposo¡±. Jennifer Lynn Affleck es libre de escoger su identidad. Tambi¨¦n lo ser¨ªa Ben Affleck. La historia ha tenido un final feliz, quiz¨¢s falt¨® una ¨²ltima sorpresa.
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