El rock de Miguel R¨ªos entra en el Instituto Cervantes: un libro de memorias, su primer y su ¨²ltimo disco y la letra de ¡®Vuelvo a Granada¡¯
El cantante granadino entrega, en un emotivo acto en su ciudad natal, sus pertenencias musicales y m¨¢s personales que permanecer¨¢n custodiadas en el centro en la caja 1.274 de la Caja de las Letras, junto a Atahualpa Yupanqui, Ana Bel¨¦n y Joaqu¨ªn Sabina
Un nuevo inquilino ha llegado a la c¨¢mara acorazada del antiguo Banco Espa?ol del R¨ªo de la Plata, ahora sede del Instituto Cervantes. El s¨®tano fortificado, que antes guardaba dinero, joyas y documentos que sus due?os escond¨ªan bajo tierra por si acaso, acoge ahora otro tipo de material. Desde que en 2007 se reconvirtiera en Caja de las Letras, el espacio salvaguarda documentos, libros, fotos y discos de escritores, artistas y creadores de todo tipo. El ¨²ltimo en dejar su legado es Miguel R¨ªos (Granada, 78 a?os). Con ¨¦l llega al Cervantes una m¨²sica que, si casualmente en esa b¨®veda hay fantasmas y por las noches se re¨²nen a festejar, all¨ª no han o¨ªdo jam¨¢s. Con R¨ªos, el rock and roll ha llegado a la instituci¨®n.
En esas imaginadas reuniones nocturnas habr¨¢ mucha poes¨ªa, literatura de todo tipo, danza e incluso m¨²sica, cl¨¢sica y popular. Miguel R¨ªos es el primer rockero, pero no el primer m¨²sico. En la oscuridad de ese s¨®tano se habr¨¢n escuchado ya los acordes de Atahualpa Yupanqui, de Ana Bel¨¦n y de Joaqu¨ªn Sabina, que han cedido sus legados al Cervantes en los ¨²ltimos a?os, algunos con su curiosidad. Ana Bel¨¦n cedi¨®, adem¨¢s de otro material documental, los pendientes con los que interpret¨® el papel Adela en La Casa de Bernarda Alba.
La cesi¨®n de ese resumen vital de Miguel R¨ªos tuvo lugar el mi¨¦rcoles por la noche en Granada en el granadino teatro Isabel La Cat¨®lica. El Cervantes ha celebrado en la ciudad su reuni¨®n anual de directores y el cierre ha sido ese acto de entrega del legado de R¨ªos, que en los pr¨®ximos d¨ªas quedar¨¢ depositado en la caja 1.274 de la Caja de las Letras. El director del Instituto Cervantes, Luis Garc¨ªa Montero, explica la raz¨®n de la llegada del rock y de este rockero en concreto al centro. ¡°Miguel R¨ªos fue el hombre que cogi¨® el rock, una m¨²sica en ingl¨¦s, y supo convertirlo en una m¨²sica perfecta en espa?ol¡±. A partir de ¨¦l, a?adi¨®, ¡°la lengua y cultura espa?ola entr¨® en el mundo del rock y hoy, el espa?ol y la m¨²sica hispana tiene una fuerza enorme en el mundo¡±, concluy¨®.
Miguel R¨ªos fue el hombre que cogi¨® el rock, una m¨²sica en ingl¨¦s, y supo convertirlo en una m¨²sica perfecta en espa?olLuis Garc¨ªa Montero, director del Instituto Cervantes
Horas antes, Miguel R¨ªos explicaba a este diario que lo de ceder el legado le da ¡°mucho respeto¡±. Se trata, dice, de un legado ¡°escueto¡±: su libro de memorias, su primer y su ¨²ltimo disco, cartas escritas a su cu?ado en sus primeros a?os de estancia en Madrid, cuando intentaba poner en pie su carrera, una versi¨®n manuscrita actual de Vuelvo a Granada, la primera canci¨®n escrita por ¨¦l, y algunas fotos. Todo eso se guardar¨¢ dos cajas a la derecha de Ana Bel¨¦n, rodeado por N¨¦lida Pi?¨®n, la fot¨®grafa Colita y la actriz ?ngela Molina y no muy lejos del material del granadino Luis Rosales y del gaditano Manuel de Falla.
El cantante granadino ha ca¨ªdo en varios detalles en estos d¨ªas de preparaci¨®n del legado. Lo primero es que no guarda ¡°nada de aquellos a?os¡±: ¡°Iba de pensi¨®n en pensi¨®n, de casa en casa, y era todo tan inestable y era tan dif¨ªcil subsistir con el rock, una m¨²sica no hegem¨®nica que se iba quedando atr¨¢s¡±. En aquella ¨¦poca, recuerda, ¡°eso de la memorabilia no se llevaba¡± y no fue hasta a?os despu¨¦s, cuando dej¨® las pensiones y se pudo ir a apartamentos cuando empez¨® a guardar algo. Su legado personal adquiere ya cierta consistencia a partir de los 80 y ese material pasar¨¢ a pertenecer en un futuro cercano a la Fundaci¨®n Miguel R¨ªos, creada hace algunos meses.
R¨ªos se march¨® de Granada a Madrid en 1961 y compuso Vuelvo a Granada a final de esa d¨¦cada. ?l siempre cuenta que era una canci¨®n pr¨¢cticamente de despedida de su corta vida de rockero. ¡°Era todo muy inestable y no parec¨ªa que yo fuera a subsistir ah¨ª¡±, explica. Cincuenta a?os despu¨¦s, R¨ªos puede rememorar el ambiente en el que la escribi¨®, pero no detalles concretos. No recuerda en qu¨¦ formato la escribi¨®, ni sabe con qu¨¦ la escribi¨®, ni si fue en un cuaderno, hojas sueltas u otro material. Tampoco sabe por d¨®nde anda aquel original. Nunca pens¨® entonces en la posteridad, aunque s¨ª recuerda el ambiente: ¡°La escrib¨ª a retazos, una tarde muy desanimado y a?orante de lo que sab¨ªa que ten¨ªa en Granada que, aunque no era muy refulgente, era seguro. Pero no tengo ni idea de en qu¨¦ soporte la escrib¨ª¡±. Por eso, el Cervantes guarda ahora una versi¨®n reescrita por ¨¦l a mano de aquella canci¨®n.
Otra cosa en la que ha ca¨ªdo ahora que ha revisado las cartas que escrib¨ªa en esos primeros a?os de carrera en Madrid para su familia en Granada es lo floja que era su redacci¨®n y ¡°la cantidad de faltas de ortograf¨ªa que comet¨ªa¡±, comenta entre risas. Y aclara que estuvo ¡°en el colegio solo hasta primaria¡±. ¡°Recuerdo adem¨¢s con bastante desagrado el d¨ªa que me examin¨¦ en los Salesianos para pasar al instituto. Aquel fue mi ¨²ltimo d¨ªa de colegio porque en casa necesitaban que trabajara¡±, rememora el cantante. Durante la entrega del legado record¨® que esas cartas estaban ¡°llenas de mentiras piadosas¡± para que su familia pensara que todo iba bien y, por otro lado, como los curas tampoco le animaban mucho a que siguiera estudiando. Al contrario, le animaban a dejarlo: ¡°Miguel, hombre, t¨², libros no, que te llenan la cabeza de vulanos [sic]¡±. Se refer¨ªan a los vulanicos, el nombre que se da en Granada a los vilanos, las pelusas que en primavera salen de las plantas y vuelan masivamente hasta caer al suelo. En aquel momento quiz¨¢ no, pero, con el tiempo, Miguel permiti¨® que los vulanos entraran hasta el fondo y ahora recapitula. ¡°Despu¨¦s, he le¨ªdo y me he formado y, sin tirar cohetes, estoy contento por lo que he conseguido¡±. El acto de Granada concluy¨® con un concierto en el que R¨ªos estuvo repleto de aquellos vulanicos contra los que le advirtieron los curas, como la poes¨ªa de ?ngel Gonz¨¢lez o Antonio Machado u obras del compositor Kurt Weill, entre otros.
En ese concierto, una cosa qued¨® clara de Miguel R¨ªos, el hombre que ha cambiado el significado de la palabra retirarse, a?adi¨¦ndole la acepci¨®n de ¡°en realidad, continuar¡±. Si el p¨²blico cant¨®, aplaudi¨® y llor¨® con ¨¦l es porque gusta y emociona como siempre y mantiene un estado de forma, una voz y un humor magn¨ªficos. Habr¨¢ que estar atentos a lo que ocurre en la oscuridad de la noche en la Caja de las Letras del antiguo banco.
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