La vuelta a los escenarios de Amparo Larra?aga tras someterse a una cirug¨ªa card¨ªaca: ¡°En la UCI entend¨ª a mi padre¡±
La actriz, de 59 a?os, ofrece por primera vez detalles sobre su estado de salud despu¨¦s de que una insuficiencia mitral severa la apartara durante dos meses de ¡®Laponia¡¯, la comedia que retoma ahora en el madrile?o Teatro Maravillas
La ¨²ltima vez que Amparo Larra?aga (Madrid, 59 a?os) pis¨® el escenario del madrile?o Teatro Maravillas fue el pasado 11 de diciembre. Al finalizar una nueva representaci¨®n de Laponia, su en¨¦simo ¨¦xito sobre las tablas, se despidi¨® de unos compa?eros que apenas pod¨ªan retener las l¨¢grimas y se march¨® a casa. A la ma?ana siguiente, la actriz ingres¨® en el hospital para someterse a una cirug¨ªa card¨ªaca. ¡°Hab¨ªa ido unas semanas antes al m¨¦dico porque ten¨ªa la tensi¨®n alta y en un ecocardiograma me descubrieron una insuficiencia mitral severa. Mi v¨¢lvula estaba totalmente reum¨¢tica y hab¨ªa que cambiarla. La recuperaci¨®n ha sido dura, pero muy buena¡±, evocaba este martes la int¨¦rprete desde el mismo escenario que la vio marcharse hace dos meses.
En su primera confesi¨®n p¨²blica respecto al s¨²bito par¨®n de Laponia, que regresa este fin de semana a la cartelera con todas las butacas vendidas, Larra?aga apacigua cualquier alarma sobre su estado de salud: ¡°No fue una operaci¨®n de urgencia, fue una intervenci¨®n programada y con poco riesgo porque mi coraz¨®n est¨¢ perfecto, no tengo ninguna cardiopat¨ªa¡±. El diagn¨®stico hab¨ªa llegado en verano, sin apenas sintomatolog¨ªa, m¨¢s all¨¢ de alg¨²n sofoco recurrente subiendo escaleras que achacaba a una baja forma f¨ªsica. En realidad, recuerda, el ¨²nico susto durante todo el proceso lleg¨® al descubrir que la operaci¨®n iba a ser a coraz¨®n abierto y que hab¨ªa que detener durante algunos minutos tanto su latido como el pulm¨®n. ¡°Cuando me lo dijeron pens¨¦ que igual ya no hac¨ªa falta ni operarme porque casi me caigo muerta¡±, manifiesta entre risas.
Ya sentada en su a?orado camerino del Maravillas, solo una mirada humedecida en ciertos instantes de su relato delata algo distinto en la apariencia y el car¨¢cter de una Amparo Larra?aga sobradamente familiar para aquellos que han sido testigos de sus cuatro d¨¦cadas de carrera. Aunque dice ser una especialista en hacerse la fuerte, hasta el punto de hacer creer a su madre, la tambi¨¦n actriz Mar¨ªa Luisa Merlo, que la cirug¨ªa era casi equivalente a la extracci¨®n de una muela, la artista s¨ª necesit¨® romperse por completo la noche previa a la operaci¨®n. Ech¨® a su pareja y sus dos hijos de la habitaci¨®n ?¡ª¡±ellos estaban peor que yo¡±?¡ª, se guard¨® los ¡°no os preocup¨¦is¡± y los ¡°no pasa nada¡± y abraz¨® por fin la soledad.
Tras llorar sin consuelo durante una hora, liberando la tensi¨®n acumulada, abri¨® el ordenador y se conect¨® a internet: ¡°Empec¨¦ a buscar ropa que pudiera ocultar la cicatriz de 10 cent¨ªmetros que tengo en el pecho¡ Y luego me dorm¨ª estupendamente¡±. El recuerdo de su padre, el tambi¨¦n int¨¦rprete Carlos Larra?aga, fallecido en agosto de 2012, fue el gran protagonista de las jornadas posteriores en la UCI: ¡°Mi padre lo pas¨® fatal, no quer¨ªa comer, y yo pensaba todos los d¨ªas en ¨¦l porque, aunque la gente me insist¨ªa en que comiera, no pod¨ªa hacerlo, me pon¨ªa mala. No es lo mismo ser el acompa?ante que el enfermo¡ Le entend¨ªa perfectamente¡±.
M¨¢s all¨¢ del corte de 10 cent¨ªmetros que recorre ahora su torso ¡ª¡±el doctor Alberto Forteza (el mismo que intervino a Juan Carlos I) los hace muy peque?itos¡±, precisa¡ª poco ha cambiado en su rutina diaria. Durante estas semanas ha ido venciendo al cansancio posoperatorio y a una anemia surgida despu¨¦s, ha ajustado su dieta y las dosis de medicamentos, camina cada vez m¨¢s r¨¢pido, acude a nataci¨®n, conduce y ya puede dormir de lado. Para alcanzar la normalidad total solo queda un reto por delante: dar la talla durante la hora y media aproximada que dura cada funci¨®n de Laponia. ¡°Estoy muy nerviosa porque no s¨¦ c¨®mo voy a llevar el salir ah¨ª con las luces, el calor y las miradas de la gente o si podr¨¦ mantener la energ¨ªa y la respiraci¨®n¡ En mis estrenos siempre me he enfrentado al p¨²blico, pero ahora me enfrento a m¨ª misma¡±, sostiene, convencida a su vez de que ¡°pese al miedo, todo saldr¨¢ bien¡±.
Tal es su pasi¨®n por el personaje que interpreta en esta comedia, que narra el choque entre dos parejas de padres respecto a sus m¨¦todos educativos, tradiciones y connivencia con la mentira, que se define como ¡°la persona m¨¢s feliz del mundo¡± represent¨¢ndola. No se le ha olvidado ni una sola palabra del texto y el resto del elenco ¡ªI?aki Miram¨®n, Mar Abascal y Juli F¨¤bregas¡ª han esperado pacientes su regreso. ¡°Despu¨¦s de una pandemia, de tener los teatros cerrados o con aforo limitado y de haber perdido lo poco que ten¨ªamos, estrenamos una obra con todo vendido y sucede esto. Adem¨¢s, mis compa?eros sin trabajo¡ Lo pas¨¦ muy mal, fue un gran disgusto¡±.
A falta de poco m¨¢s de un mes para celebrar una fecha tan significativa como su 60 cumplea?os, que nadie espere toparse ahora con una Amparo Larra?aga transformada e iluminada por la experiencia vivida. Su personalidad siempre pragm¨¢tica e independiente sigue tan vigente como cuando decidi¨® apartarse de la vida social y medi¨¢tica en una industria que ha mamado desde ni?a. Tambi¨¦n prefiri¨® rechazar cualquier tipo de presencia en las redes o someterse a la presi¨®n social respecto a los est¨¢ndares de belleza impuestos a las mujeres. ¡°Es una dictadura terrible por la que no voy a pasar¡±, corrobora: ¡°Aqu¨ª estoy, esto es lo que hay: si te gusta bien; si no, me quedo en mi teatro que no me exigen nada¡±. La ¨²nica concesi¨®n que est¨¢ dispuesta a hacer es la de celebrar los 60 rodeada de los suyos¡ pero porque ella festeja d¨¦cadas, no a?os. ?Ha pensado ya en algo especial? Larra?aga sonr¨ªe: ¡°Tampoco me parece que haya que celebrar demasiado¡ Me har¨¦ una tarta con Sintrom, poco m¨¢s¡±.
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