Los paparazis espa?oles, al banquillo: del caso de Gerard Piqu¨¦ y Clara Ch¨ªa a la ¡®Operaci¨®n S¨¢lvame¡¯
La reciente orden de alejamiento contra un reportero gr¨¢fico que segu¨ªa a la medi¨¢tica pareja marca un precedente en el negocio de la prensa rosa. Fot¨®grafos y abogados de celebridades consultados por EL PA?S coinciden en que la resoluci¨®n puede cambiar las reglas del juego del papel cuch¨¦
Federico Fellini se inspir¨® en el fot¨®grafo Tazio Secchiaroli para crear a Paparazzo, uno de los personajes de La dolce vita. En la Roma de los a?os cincuenta, cuando Cinecitt¨¤ era el centro de la industria cinematogr¨¢fica europea, Secchiaroli se ganaba la vida retratando espont¨¢neamente a los actores, modelos y arist¨®cratas que desfilaban por Via Veneto. Fellini eligi¨® el nombre de Paparazzo en homenaje a un viejo compa?ero del colegio, un amigo fastidioso al que llamaba as¨ª en alusi¨®n al molesto zumbido de un mosquito ¨Dzanzaro, en italiano¨D. El d¨ªa 9, ...
Federico Fellini se inspir¨® en el fot¨®grafo Tazio Secchiaroli para crear a Paparazzo, uno de los personajes de La dolce vita. En la Roma de los a?os cincuenta, cuando Cinecitt¨¤ era el centro de la industria cinematogr¨¢fica europea, Secchiaroli se ganaba la vida retratando espont¨¢neamente a los actores, modelos y arist¨®cratas que desfilaban por Via Veneto. Fellini eligi¨® el nombre de Paparazzo en homenaje a un viejo compa?ero del colegio, un amigo fastidioso al que llamaba as¨ª en alusi¨®n al molesto zumbido de un mosquito ¨Dzanzaro, en italiano¨D. El d¨ªa 9, un juez de Barcelona record¨® la an¨¦cdota del mosquito antes de ordenar al paparazi Jordi Mart¨ªn que se mantenga a 400 metros de distancia de Clara Ch¨ªa, novia del exfutbolista Gerard Piqu¨¦, durante tres meses. ¡°Lo caracter¨ªstico de estos animales es que su actividad suele resultar molesta e incluso, a veces, dolorosa, dolor ciertamente peque?o o moderado, tolerable¡±, dijo el magistrado en la vista.
El juez se refer¨ªa al insecto volador, pero la actividad de los paparazis puede resultar igual de molesta y dolorosa para los famosos. Los reporteros gr¨¢ficos de la prensa rosa vigilan y siguen a los personajes p¨²blicos y se inmiscuyen en sus vidas privadas para ense?ar lo que nadie m¨¢s ve. La orden de alejamiento aprobada por el magistrado de Barcelona en el marco de una investigaci¨®n por acoso marca un antes y un despu¨¦s en el negocio del papel cuch¨¦. ¡°Es la primera vez que veo una medida de este tipo contra un periodista. Antes, las ¨®rdenes de alejamiento solo se autorizaban contra maltratadores o acosadores¡±, reconoce a EL PA?S el abogado Antonio Gonz¨¢lez-Zapatero, que ha representado a celebridades como Francisco Rivera, Eugenia Mart¨ªnez de Irujo o Cayetano Mart¨ªnez de Irujo. ¡°Antes, un an¨®nimo pod¨ªa ser considerado personaje p¨²blico por el mero hecho de ser ¡®hijo de¡¯ o ¡®pareja de¡¯. Ahora, si esas personas quieren permanecer en el anonimato o no salir en los medios de comunicaci¨®n, los jueces tienden a proteger sus derechos fundamentales¡±, explica el letrado.
A comienzos de este a?o, Gonz¨¢lez-Zapatero y uno de sus socios, Mario Bonacho, consiguieron que un juez de C¨¢diz condenara a Mediaset con una multa de 220.000 euros por intromisi¨®n ileg¨ªtima en el derecho al honor, la intimidad personal y familiar y la propia imagen de Julia Janeiro, la hija influencer del torero Jesul¨ªn de Ubrique y Mar¨ªa Jos¨¦ Campanario. La sentencia concluy¨® que ¡°ser personaje p¨²blico no se hereda¡± y que las fotos personales que publica Janeiro en sus redes sociales no son excusa para que una revista o una televisi¨®n las coja sin permiso expreso para destripar su vida. ¡°La novia de Piqu¨¦ quiere ser an¨®nima, lo mismo que Julia Janeiro. En ambos casos, los jueces han fallado a su favor¡±, se?ala Gonz¨¢lez-Zapatero, que admite que la sentencia en el caso de Clara Ch¨ªa reabre un viejo debate sobre qu¨¦ se considera personaje p¨²blico y qu¨¦ no.
Jordi Mart¨ªn, el paparazi condenado a no acercarse a la novia de Piqu¨¦, asegura que es la primera vez que le ocurre algo as¨ª. ¡°La sentencia es estramb¨®tica y surrealista porque se opone al criterio de la Fiscal¨ªa. Pero no me preocupa. No voy a perseguir a Ch¨ªa. Sin Piqu¨¦, ella no tiene ning¨²n valor informativo. Una foto de Ch¨ªa caminando sola por la calle no vale nada¡±, apunta a EL PA?S. El fot¨®grafo condenado recuerda que el exfutbolista del Barcelona tambi¨¦n hab¨ªa solicitado inicialmente ser beneficiario de esa orden de alejamiento y que luego, en su comparecencia, retir¨® la petici¨®n. ¡°Se ech¨® para atr¨¢s porque sabe que es un personaje p¨²blico y que despierta inter¨¦s. En este negocio todos sabemos a lo que jugamos. Mar Flores sabe que es Mar Flores y que toda la vida va a tener prensa detr¨¢s¡±, dice.
Mart¨ªn sostiene que en ning¨²n momento se extralimit¨® en su trabajo y cree que esta resoluci¨®n judicial no va a sentar ning¨²n precedente en el sector. ¡°La labor del paparazi no es m¨¢s dif¨ªcil que antes. Nuestro trabajo se va a seguir haciendo y los personajes van a seguir siendo comprensivos con nosotros. En este caso, hay alguien que incurre en una contradicci¨®n. Clara Ch¨ªa dijo en el juzgado que tiene miedo a ser una persona medi¨¢tica, pero unos d¨ªas antes su pareja colg¨® una foto de ambos en su cuenta de Instagram, donde tiene 22 millones de seguidores¡±, a?ade.
Tal como informaba el periodista Jes¨²s Garc¨ªa Bueno en este peri¨®dico, este caso abre otro debate: si un fot¨®grafo como Mart¨ªn, que ejerce desde hace a?os como paparazi, es o no periodista. Si es el caso, su trabajo estar¨ªa amparado por el derecho fundamental a la libertad de informaci¨®n. El juez, sin embargo, puso en duda que sea as¨ª y consider¨® que un paparazi debe estar ¡°colegiado en el correspondiente colegio de periodistas¡±. Antonio Montero, uno de los fot¨®grafos hist¨®ricos del sector, con m¨¢s de 40 a?os de carrera, comparte ese criterio. ¡°Siempre he cre¨ªdo que nuestra profesi¨®n tiene que estar regulada de alguna manera o ce?ida a unas normas, pero nunca ha sido as¨ª. Entre informar y acosar hay una diferencia. Y cuando los reportajes se convierten en obsesiones, surgen estos problemas. Algunos creen que el l¨ªmite de la informaci¨®n es la verdad, pero el l¨ªmite es la ley¡±, asegura. No obstante, reconoce estar sorprendido por la resoluci¨®n del caso Ch¨ªa. ¡°Muchos famosos han pedido ¨®rdenes de alejamiento y los jueces nunca las han dado. Esto es algo nuevo¡±, admite.
Teresa Bueyes, otra de las abogadas m¨¢s solicitadas por los famosos a la hora de defender su derecho al honor, a la intimidad y a la imagen, habla de intrusismo profesional. ¡°Muchas veces se tilda de profesionales de la informaci¨®n a personas que no lo son¡±, se?ala. ¡°Los paparazis de toda la vida hacen su trabajo con una distancia prudente y no provocan ni acosan¡±, matiza la letrada, que recuerda a F¨¦lix Guti¨¦rrez, considerado el mejor paparazi en la historia de la prensa espa?ola. Guti¨¦rrez era apodado ¡°el crack¡± porque nadie le pudo poner cara nunca. ¡°Ahora hay una nueva generaci¨®n que acosa constante y deliberadamente a los famosos para obtener una foto o una informaci¨®n. El l¨ªmite a la informaci¨®n es la libertad y la integridad del personaje. No puedes obtener informaci¨®n que la otra persona no quiere darte a costa de intimidaciones o coacciones. Eso es un delito¡±, subraya la abogada.
Gustavo Gonz¨¢lez, otro conocido reportero gr¨¢fico y colaborador de S¨¢lvame, est¨¢ siendo investigado por la justicia. Seg¨²n las pesquisas policiales, conocidas como Operaci¨®n Deluxe, un antiguo polic¨ªa les habr¨ªa filtrado a ¨¦l y al programa datos confidenciales sobre decenas de famosos. El reportero defendi¨® ante el magistrado el uso de sus fuentes para contrastar informaci¨®n comprometida de gente conocida. ¡°Todos los paparazis tiran de sus contactos y fuentes. Al final, son periodistas. Si alguien te pasa un audio o un dato, ?eso es un delito? Lo m¨¢s grave que puede hacer un paparazi en el ejercicio de su profesi¨®n es saltarse un sem¨¢foro mientras persigue a alguien. Pero la mayor¨ªa opera dentro de la legalidad¡±, cuenta el exreportero gr¨¢fico Hugo Arriazu.
Arriazu protagoniz¨® uno de los casos m¨¢s medi¨¢ticos de los a?os noventa. En el verano de 1996, un juez de Nueva York lo conden¨® a seis meses de c¨¢rcel por, supuestamente, pinchar el tel¨¦fono de la estadounidense Gigi Howard, entonces novia del pr¨ªncipe Felipe de Borb¨®n. ¡°En el juicio demostr¨¦ que no hab¨ªa intervenido ning¨²n tel¨¦fono. Quer¨ªan darme un escarmiento porque estaban hasta las narices de no saber de d¨®nde sacaba las informaciones sobre Howard y el pr¨ªncipe. Me presionaron para revelar mis fuentes y no lo hice. Por eso estuve dos meses y medio en la c¨¢rcel. Luego se descubrieron ciertas cosas y optaron por sacarme antes de tiempo¡±, recuerda en conversaci¨®n con este peri¨®dico.
Tres a?os despu¨¦s de conseguir la libertad, Arriazu dej¨® la profesi¨®n. Ahora dise?a motos personalizadas para celebridades como el expiloto Pablo Nieto, jefe del equipo de Valentino Rossi. ¡°Me retir¨¦ porque irrumpieron las teles y ya no se ganaba lo mismo. Hasta comienzos de los 2000, pod¨ªas ganar m¨¢s de 300.000 pesetas por un reportaje. Luego vinieron las c¨¢maras de televisi¨®n y las revistas empezaron a comprar las fotos sueltas por 15.000 pesetas. Ya no era rentable. Era imposible vivir de eso, salvo que consiguieras exclusivas espectaculares cada semana¡±, explica. ¡°Las c¨¢maras han sustituido a los fot¨®grafos. Y ahora cualquiera con un tel¨¦fono m¨®vil puede ser paparazi¡±.
Todas las fuentes consultadas coinciden en que siempre ha existido una guerra entre paparazis y famosos, una colisi¨®n entre el derecho a informar de los reporteros gr¨¢ficos y el derecho a la intimidad, el honor y la imagen que exigen las celebridades. ¡°Los reportajes posados de los famosos transmiten la visi¨®n que ellos quieren dar de su vida, que normalmente es exagerada o falsa. Los paparazis somos periodistas porque ense?amos la otra cara de los personajes, la cara real o veraz¡±, reflexiona Antonio Montero. Pero el veterano periodista cree que la contienda entre unos y otros tiene sus d¨ªas contados. ¡°La profesi¨®n del paparazi est¨¢ desapareciendo. El negocio ha deca¨ªdo por el auge de las teles y las redes sociales. La publicidad ha saltado de las revistas a las influencers y los semanarios ya no tienen tanto dinero para pagar por una gran exclusiva¡±, se lamenta. ¡°Somos como los mineros de Asturias¡ en v¨ªas de extinci¨®n¡±.