Las confesiones de Crystal, la ¡®exconejita¡¯ de ¡®Playboy¡¯ viuda de Hugh Hefner: ¡°Miro atr¨¢s y siento pena por m¨ª¡±
La ¨²ltima esposa del magnate lanza un libro de memorias contra la voluntad de su difunto esposo, donde retrata las dificultades de sus 10 a?os de vida juntos y c¨®mo su gusto por la Viagra le hizo quedarse sordo


Hace casi seis a?os, a finales de septiembre de 2017, mor¨ªa en su cama y rodeado de conejitas, admiradores y familiares Hugh Hefner, el hombre que fund¨® un imperio multimillonario alrededor del sexo, del cuerpo femenino, de convertir fiestas llenas de desnudos (de mujeres) y org¨ªas en parte del imaginario colectivo. Apenas dos semanas despu¨¦s, saltaba a la luz p¨²blica un movimiento que revolucionar¨ªa el feminismo y la visi¨®n acerca de las mujeres m¨¢s p¨²blicas (actrices, modelos) de todo el mundo: el Me Too. Para Hefner fue tarde para vivirlo. Pero como dice ahora, m¨¢s de un lustro despu¨¦s, la que fue su tercera y ¨²ltima esposa, 60 a?os menor que ¨¦l, ¡°se lo perdi¨® justo a tiempo¡±. ¡°La vida ¨²til de Hef, a sus 91 a?os, termin¨® con la c¨²spide del Me Too. ?Casualidad? No lo creo¡±.
Esas palabras le han costado a Crystal Hefner, ahora de 37 a?os, mucho tiempo de reflexi¨®n y terapia. La viuda del empresario ha concedido varias entrevistas (a la revista US Weekly, el tabloide New York Post y el diario brit¨¢nico Daily Mail) donde desgrana c¨®mo ha vivido estos seis a?os sin su esposo y adelanta parte de sus memorias, que saldr¨¢n publicadas en enero y que se titular¨¢n Only Say Good Things, que podr¨ªa traducirse como: ¡°Di solo cosas buenas¡±. Porque eso es lo que le pidi¨® Hefner a su esposa, que despu¨¦s de morir solo contara lo bueno. Y aunque reconoce que estaba ¡°en el equipo de Hef¡±, y que a¨²n, en parte, lo est¨¢, ya no solo puede quedarse con lo bueno. Porque hubo mucho, mucho malo, explica. Tanto que asegura que, si logra el doctorado en Psicolog¨ªa que pretende, se quitar¨¢ el Hefner y retornar¨¢ a su apellido de soltera: ser¨¢ la doctora Crystal Harris. ¡°Si lo logro, se acab¨®. Adi¨®s¡±.
M¨¢s que desde el resentimiento ¡ªreconoce que tuvo momentos felices en su etapa con el magnate, que adem¨¢s la ha dejado en una posici¨®n econ¨®mica desahogada¡ª, Crystal Hefner habla desde la introspecci¨®n, tras seis a?os de ¡°deconstrucci¨®n¡±, asegura. Tiempo en el que se ha dado cuenta de que sus implantes mamarios eran ¡°demasiado grandes¡± y por eso se los quit¨® (¡±parec¨ªa una mu?eca hinchable china, me sent¨ªa llevando un disfraz¡±), de que odiaba ser tan rubia (en cuando empezaba a asomar su ra¨ªz natural, su esposo se lo hac¨ªa notar), de que no le gustaba llevar tacones ni ropa explosiva (lo ¨²nico que conserva es su disfraz de conejita) y de que estaba, literalmente, encerrada.
Su esposo no le permit¨ªa salir de casa, cuenta. Nunca pudo viajar, ni siquiera ir a la playa o a Disneyland, como tanto ansiaba. Si ¨¦l estaba en la mansi¨®n de Los ?ngeles, hab¨ªa toque de queda a las seis en punto de la tarde. De cena, sopa de pollo y queso untable. Despu¨¦s, o sesi¨®n de pel¨ªculas cl¨¢sicas u org¨ªa. ¡°Era muy vergonzoso¡±, recuerda Crystal en su conversaci¨®n con el Daily Mail. ¡°No conoc¨ªa a la mayor parte de la gente que hab¨ªa en nuestro dormitorio, que era mucha. Horrible. Era como: ¡®Venga, ahora te toca a ti¡¯. En realidad nadie quer¨ªa estar all¨ª pero pienso que, en la mente de Hef, ¨¦l pensaba que todav¨ªa ten¨ªa cuarenta y tantos a?os y, esas noches, la gente, la mansi¨®n, hac¨ªan m¨¢s s¨®lida esa idea. ?l lo sent¨ªa: ¡®A¨²n puedo¡±. Los domingos tocaba, seguro, org¨ªas, con 200 mujeres en la mansi¨®n, donde su due?o tomaba viagras sin parar, tanto que qued¨® sordo de un o¨ªdo: ¡°Hef siempre dec¨ªa que prefer¨ªa estar sordo y poder seguir practicando sexo. Raro¡±.
La pareja se conoci¨® cuando ella ten¨ªa apenas 21 a?os y solicit¨® una invitaci¨®n para una fiesta de Halloween en la c¨¦lebre casa, y fue aceptada. Aunque nacida en Arizona, Crystal se mud¨® con sus padres a Birmingham, Reino Unido, cuando era muy peque?a, donde viv¨ªan en la casa situada sobre el pub familiar. Su padre era cantante, telonero de algunas estrellas del momento, pero muri¨® cuando ella ten¨ªa 12 a?os, dej¨¢ndolas a ella y a su madre en una situaci¨®n precaria. Estudi¨® Psicolog¨ªa en San Diego, California, y, cuando logr¨® entrar en esa fiesta, encontr¨® un tema de conversaci¨®n con Hefner: ¨¦l hab¨ªa estudiado la misma carrera... 40 a?os antes. Esa noche fueron amantes, un momento que recuerda como ¡°nada destacable¡±: ¡°Lo que sea que te guste, lo que sea que pienses, o como quieras que vaya una noche, no fue as¨ª¡±. Se casaron en la Nochevieja de 2012, cuando ella ten¨ªa 26 a?os y ¨¦l 86, tras firmar un contrato prenupcial ¡°de acero¡±. Iban a hacerlo seis meses antes, pero ella se neg¨® a cinco d¨ªas del enlace.

Desde que Crystal entr¨® en la mansi¨®n Playboy, qued¨® encandilada. Y se mud¨® enseguida. Dej¨® la psicolog¨ªa (¡±Ya ten¨ªa bastantes problemas como para curar a los dem¨¢s¡±, declara al NY Post) y centr¨® su vida en Hugh Hefner. La diferencia de edad fascinaba a todos. ¡°Todo el mundo ten¨ªa preguntas. Sobre todo anat¨®micas¡±, relata hoy con un cierto sarcasmo. Aunque ¡°lo m¨¢s dif¨ªcil fue que Hef no fuera demasiado juzgado. Y con raz¨®n¡±. Ella se dedic¨® a cuidarle, especialmente en el final de su vida, cuando evitaban que le vieran con bast¨®n, muy fr¨¢gil. Harris cultiv¨® una relaci¨®n cordial con sus cuatro hijos, nacidos de otros dos matrimonios anteriores. Entre todos se han repartido un legado estimado en unos 40 millones de euros.
Para ella, Hef, como le llama, le dio una sensaci¨®n de pertenencia tras venir de una familia rota. ¡°Dependes de la bondad de los otros y te haces chiquitita para poder encajar, no tienes poder. Cuando le conoc¨ª dije: ¡®Vaya, podr¨ªa pertenecer a esto¡¯. Al principio, la mansi¨®n Playboy me pareci¨® un santuario. No lo era. Pero o lo tomas o lo dejas, y yo no sent¨ªa que tuviera otro lugar donde ir o que pudiera hacer nada m¨¢s¡±. Por ello se mud¨® all¨ª junto a sus amigas gemelas Karissa y Kristina Shannon, de 18 a?os, tambi¨¦n elegidas por Hefner para pertenecer a su tribu, una elecci¨®n ¡°devastadora para las chicas, pero un juego para ¨¦l¡±, seg¨²n la viuda del magnate, que observa que era f¨¢cil encontrar reemplazos para las j¨®venes y que, al estar ¡°siempre en guardia¡±, era dif¨ªcil cultivar amistades. ¡°Ahora estoy aprendiendo lo que significa la amistad entre mujeres, saber qu¨¦ es tener mujeres que realmente quieren lo mejor para ti, en las que puedes confiar. Fue un ambiente duro y despiadado durante mucho tiempo¡±, asegura.

Es habitual ver en las ¨²ltimas fotos de su vida a Hefner junto a las tres j¨®venes rubias, su esposa y las aun m¨¢s j¨®venes hermanas Shannon. En un documental estrenado hace un a?o, Karissa acusa al magnate de violaci¨®n y de tener que abortar tras quedarse embarazada de ¨¦l con 19 a?os. Crystal ha explicado que, en un registro en la casa, encontr¨® material de muchas mujeres desnudas, y que decidi¨® destruirlo por completo. Es lo que ella hubiera querido que hicieran con sus im¨¢genes, sostiene. ¡°Hab¨ªa un cierto arresto domiciliario, viv¨ª en la misma burbuja entre los 21 y los 31 a?os. Era premiada por ser dependiente y por muchas cosas raras y competitivas. Ahora estoy aprendiendo c¨®mo es ser una persona normal saliendo y en relaciones. Est¨¢ siendo duro¡±. Pero entiende, o trata de hacerlo, los motivos que le llevaron a vivir de ese modo en esa etapa de su vida. ¡°Al final pertenec¨ªa a algo y era importante, por asociaci¨®n, pero importante. Y eso gusta¡±. La fachada pronto qued¨® expuesta. ¡°Todo el mundo estaba besando a un hombre de 80 a?os¡±, recuerda. ¡°Seg¨²n se iba haciendo mayor, se volv¨ªa m¨¢s necesitado y dependiente de m¨ª¡±. Cuando se acercaba el final, se sinti¨® en la necesidad de cuidarle, aunque ahora ve que aquello no era una relaci¨®n sana.
Tras la muerte de Hefner, su viuda lleg¨® a hablar de ¨¦l como ¡°un h¨¦roe americano¡±. ¡°?l cambi¨® mi vida, me salv¨® la vida. Me hizo sentir querida todos los d¨ªas¡±, dec¨ªa tras enterrarle en una tumba junto a la de Marilyn Monroe, un nicho que el empresario hab¨ªa comprado 40 a?os atr¨¢s. Hoy, sus pensamientos no son los mismos. ¡°Si fuera mi hija ahora, no ocurrir¨ªa¡±, reflexiona Crystal Hefner. ¡°Todo lo que puedo decir es que si vienes de una infancia de cari?o, feliz y perfecta, normalmente no acabas con alguien que ten¨ªa casi 60 a?os cuando naciste¡±, asegura ahora en sus entrevistas, contando c¨®mo hab¨ªa encontrado recientemente una foto suya con ¨¦l en sus inicios. ¡°Es tan triste, parec¨ªa un beb¨¦. Miro atr¨¢s y siento pena por esa chica. Eso iba a ser como ese momento de El mago de Oz donde la fantas¨ªa se desvanece, descubres la cortina y ves la realidad. Pero quien tiene el dinero crea las reglas, ?no?¡±.

¡°Si echo la vista atr¨¢s, ten¨ªa un cierto s¨ªndrome de Estocolmo¡±, reconoce pasado el tiempo en sus entrevistas actuales. ¡°Una parte de m¨ª pensaba que, si fuera amor verdadero, no habr¨ªa m¨¢s mujeres en ese dormitorio. Me reconciliaba conmigo misma intentando creer que Hef me amaba del mejor modo que sab¨ªa¡±, explica ahora, con una vida independiente gracias al dinero que le dej¨® el magnate, pero tambi¨¦n a una intensa actividad en redes (tiene m¨¢s de tres millones de seguidores en Instagram, lo que le consigue colaboraciones pagadas) y a su trabajo como embajadora de un club digital y tambi¨¦n de presidenta de la fundaci¨®n de Hefner, que defiende la libertad de expresi¨®n y cuyo legado gestiona. Reconoce que le cuesta mantener relaciones sentimentales, y que siempre le proponen conocer a hombres m¨¢s mayores. ¡°Y es horrible¡±.
Crystal mantuvo la promesa alrededor de Only Say Good Things durante cinco a?os. ¡°Pero tras mucha terapia y curaci¨®n, me di cuenta de que necesito ser honesta conmigo misma¡±, afirma en el NY Post. ¡°Ese libro trata sobre c¨®mo curarse de un entorno t¨®xico¡±. Un entorno que ella misma ha tardado en comprender. En sus entrevistas califica a su marido como ¡°un narcisista y un mis¨®gino... un ser humano muy complicado¡±. ¡°Tambi¨¦n hizo mucho bien, ayud¨® a mucha gente y alz¨® la voz por causas. Y, a la vez, hiri¨® a gente de un modo que no se daba cuenta¡±, relata, siempre con la contradicci¨®n a punto. La casi doctora Crystal, todav¨ªa Hefner, pronto Harris, que ahora vive tranquilamente en Haw¨¢i, ya ha visitado 37 pa¨ªses, tiene un podcast a punto de estrenarse, ha tenido citas con hombres distintos, ha congelado sus ¨®vulos para ser madre en el futuro y sigue amando el brit¨¢nico chocolate Cadbury m¨¢s que cualquier cosa en el mundo.
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