Un a?o sin Isabel II: los Windsor la recuerdan en privado en busca de la paz familiar
Los pr¨ªncipes de Gales, Guillermo y Kate, ser¨¢n los ¨²nicos en expresar p¨²blicamente su duelo. Carlos III y su esposa, Camila, permanecer¨¢n en el castillo de Balmoral, sin ning¨²n acto oficial en su agenda
Apenas 14 d¨ªas despu¨¦s de la muerte de Isabel II, el periodista conservador Charles Moore se preguntaba en The Spectator ¡ªla revista que ¨¦l mismo dirigi¨® con ¨¦xito durante a?os¡ª si la Iglesia anglicana no deber¨ªa canonizar a la difunta reina y suprema defensora de la fe. ¡°Cuando el papa Juan Pablo II muri¨®, la multitud congregada en la plaza de San Pedro grit¨® aquello de ¡®Santo subito¡¯ y el polaco fue hecho santo con una velocidad inusit...
Apenas 14 d¨ªas despu¨¦s de la muerte de Isabel II, el periodista conservador Charles Moore se preguntaba en The Spectator ¡ªla revista que ¨¦l mismo dirigi¨® con ¨¦xito durante a?os¡ª si la Iglesia anglicana no deber¨ªa canonizar a la difunta reina y suprema defensora de la fe. ¡°Cuando el papa Juan Pablo II muri¨®, la multitud congregada en la plaza de San Pedro grit¨® aquello de ¡®Santo subito¡¯ y el polaco fue hecho santo con una velocidad inusitada. ?Qu¨¦ tal una santa Isabel, con Windsor como su particular Compostela?¡±, ironizaba Moore.
Ha pasado un a?o de aquel fallecimiento que conmovi¨® a millones de personas, y si hubiera que buscar el legado milagroso de la difunta monarca ser¨ªa la suavidad y rapidez con que el Reino Unido se ha habituado a su ausencia. Su imagen y su recuerdo han pasado ya a formar parte de la colecci¨®n de eventos, souvenirs y celebraciones inimitablemente cursis y entra?ables a las que tan dados son algunos brit¨¢nicos. El domingo, decenas de due?os de corgis, la raza de perros a la que Isabel II fue fiel hasta el final de sus d¨ªas ¡ªlleg¨® a tener m¨¢s de 30 a lo largo de su vida¡ª se concentraron con sus mascotas ante el palacio de Buckingham. Los hab¨ªan vestido con atuendos aparentemente propios de la realeza, y algunos portaban tiaras en la cabeza. Fue una de las pocas expresiones p¨²blicas de recuerdo a la monarca que se ver¨¢n estos d¨ªas. Las muertes no se ¡°celebran¡± en un pa¨ªs poco dado a la expresividad p¨²blica.
Carlos III y su esposa, Camila, permanecer¨¢n este viernes 8 de septiembre en su castillo de Balmoral. Prolongan, a semejanza de Isabel II, sus vacaciones veraniegas escocesas hasta entrado el mes. No tienen programado ning¨²n acto p¨²blico. Al igual que la difunta reina, que recordaba en la privacidad de Sandringham el aniversario de la muerte de su padre, Jorge VI, es muy posible que Carlos y Camila atiendan a lo largo del d¨ªa alg¨²n servicio religioso. ¡°Recordamos con gran afecto su larga vida, su devoci¨®n por servir y todo lo que supuso para nosotros. Estoy tambi¨¦n muy agradecido por el apoyo y cari?o que hemos recibido mi mujer y yo durante este a?o, mientras nos esforzamos por servir a todos¡±, ha expresado el monarca en una breve nota distribuida por el palacio de Buckingham y mostrada en la cuenta de Instagram de la familia real, acompa?ada de un desconocido retrato de la reina a sus 42 a?os.
Dentro del reducido n¨²cleo de representantes relevantes de la casa real que ha buscado Carlos de Inglaterra, corresponder¨¢ a su hijo y heredero, Guillermo, y a su esposa, Kate Middleton, tener un acto p¨²blico en su agenda que coincida con el aniversario. Los pr¨ªncipes de Gales visitar¨¢n la catedral de St. Davids, la ciudad m¨¢s peque?a de Inglaterra. No se conocen detalles del d¨ªa. Ni siquiera est¨¢ claro que Guillermo de Inglaterra vaya a pronunciar algunas palabras en el recinto religioso, pero durante los d¨ªas previos se ha generado la idea de que estar¨¢ en sus manos conmemorar de alg¨²n modo la figura de su abuela.
Paz en la familia
El segundo milagro atribuible a la difunta Isabel II, ya echando mano de la iron¨ªa, consiste en haber aguantado lo suficiente en el trono como para que su sucesor se haya convertido, de la noche a la ma?ana, en un venerable abuelo cabeza de familia, y haya dejado de ser visto como el heredero impaciente y nervioso que cuenta los d¨ªas para hacerse con las riendas de la instituci¨®n. Carlos III no solo ha transmitido este a?o una paz y tranquilidad inimaginables en ¨¦l ¡ªm¨¢s all¨¢ del rechinar de dientes durante su ceremonia de ascensi¨®n al trono, cuando las estilogr¨¢ficas le llenaban las manos de tinta¡ª, sino que se ha esforzado por trasladar esa calma a su familia.
El monarca ha decidido, en contra del criterio de su hijo y heredero, seg¨²n se?alan algunos tabloides, abrir los brazos a su hermano, el pr¨ªncipe Andr¨¦s, que lleva casi cuatro a?os condenado al ostracismo, y alejado de cualquier actividad p¨²blica de representaci¨®n de la monarqu¨ªa brit¨¢nica, para evitar que sus relaciones con el millonario ped¨®filo estadounidense Jeffrey Epstein contaminen a la casa real. Los fot¨®grafos de prensa pudieron tomar el mi¨¦rcoles im¨¢genes del duque de York paseando a caballo por las extensiones de Balmoral, y conduciendo poco despu¨¦s un Range Rover. Carlos III invit¨® a su hermano al encuentro familiar que los Windsor suelen celebrar cada a?o, al final del verano, en su residencia escocesa. No es el principio de ninguna rehabilitaci¨®n formal, dicen los expertos en asuntos reales. Andr¨¦s seguir¨¢ despojado de todos los t¨ªtulos militares que pose¨ªa y de los patronatos reales que presid¨ªa. Su retorno a la vida p¨²blica, con una popularidad por los suelos y el desprecio agudo de la mayor¨ªa de los brit¨¢nicos, es inimaginable. Pero el rey ha sentido la necesidad de preservar el n¨²cleo familiar, en un momento tan relevante como el aniversario de la muerte de Isabel II. Sobre todo si se tiene en cuenta que la monarca nunca disimul¨®, ni en los ¨²ltimos meses, su preferencia por Andr¨¦s.
Enrique, el pr¨ªncipe menguante
La prensa tabloide brit¨¢nica ha exprimido a conciencia el hecho de que el pr¨ªncipe Enrique visite el Reino Unido esta misma semana. Su esposa, Meghan Markle, ha optado por quedarse en Estados Unidos. El duque de Sussex participaba el jueves en los premios anuales de WellChild, una organizaci¨®n ben¨¦fica que celebra los logros de ni?os con enfermedades muy graves. Enrique ha sido patr¨®n de la organizaci¨®n durante 15 a?os. Sin embargo, no ha sido invitado al encuentro escoc¨¦s de la familia, y ya no tiene a su disposici¨®n la residencia Frogmore Cottage, de la que disfrutaban ¨¦l y Meghan durante sus estancias en Inglaterra. Carlos III no se ha visto con su segundo hijo desde la ceremonia de coronaci¨®n, el 6 de mayo, y el palacio de Buckingham se encargaba estos d¨ªas de dejar claro que no tiene un solo hueco en su agenda para atenderlo. El duque de Sussex lleva meses, seg¨²n aseguran los conocedores de los entresijos familiares, sin cruzar palabra con su hermano Guillermo.
Carlos III llevaba 70 a?os prepar¨¢ndose para ser rey, y aun as¨ª se ha visto sorprendido ¡ªdicen desde el anonimato algunos de sus colaboradores¡ª por la inmensa cantidad de trabajo que acarrea esa posici¨®n. Y parece dispuesto a cumplir con la tarea, pero a cambio de alcanzar una tregua familiar que le permita concentrarse en una funci¨®n en la que tan solo acaba de cumplir un a?o.