Isabel II retira a su hijo Andr¨¦s todos los t¨ªtulos militares y patronatos reales
El duque de York se enfrenta a una acusaci¨®n de abuso sexual a menores en los tribunales estadounidenses. El Palacio de Buckingham toma distancia para preservar el Jubileo de Platino de la reina
En el a?o en que todo comienza a estar dispuesto para la celebraci¨®n del Jubileo de Platino de Isabel II, que conmemora sus siete d¨¦cadas de reinado, el Palacio de Buckingham ha cortado por lo sano con el pr¨ªncipe Andr¨¦s (Londres, 61 a?os), para evitar que su juicio por abuso sexual a una menor contamine la imagen de la familia real. ¡°Con la aprobaci¨®n y consentimiento de la reina, los t¨ªtulos militares y los patronatos reales que posee el duque de York ser¨¢n devueltos a la reina. El duque de York seguir¨¢ sin asumir tareas de representaci¨®n p¨²blica y defender¨¢ su caso [ante los tribunales estadounidenses] como un ciudadano privado¡±, dice un escueto comunicado de Buckingham.
En 2019, despu¨¦s de una desastrosa entrevista con la BBC en la que quiso intentar desvincularse de todas las fechor¨ªas de su amigo Jeffrey Epstein, el millonario ped¨®filo estadounidense, la reina decidi¨® ya alejar de las tareas p¨²blicas a Andr¨¦s. Desde entonces, el duque se ha mantenido en un discreto segundo plano. Reten¨ªa, sin embargo, sus t¨ªtulos honor¨ªficos de pertenencia a ocho regimientos brit¨¢nicos, incluido el de la Guardia de Granaderos. El duque lleg¨® a ser calificado por la prensa brit¨¢nica como ¡°h¨¦roe de las Malvinas¡± por su participaci¨®n, como piloto de helic¨®ptero, en el conflicto que enfrent¨® al Reino Unido con Argentina.
Varios militares de alta graduaci¨®n hab¨ªan exigido en los ¨²ltimos d¨ªas que Andr¨¦s fuera despojado de sus t¨ªtulos, para preservar el buen nombre de los distintos cuerpos. Hasta 152 veteranos hab¨ªan publicado este mismo jueves una carta abierta a la reina en la que ped¨ªan que se adoptara la soluci¨®n que finalmente se ha anunciado. ¡°Le solicitamos que adopte medidas inmediatas para despojar al pr¨ªncipe Andr¨¦s de todos sus rangos militares y t¨ªtulos, y, si resulta necesario, que sea despedido con deshonor¡±, reclamaba un texto de extrema dureza, dirigido a la persona que ostenta el mando supremo de las Fuerzas Armadas del Reino Unido. ¡°Si se tratara de otro oficial militar, resultar¨ªa inconcebible que a estas alturas siguiera en su puesto¡±, afirmaban en la carta.
Tribunales
El pr¨ªncipe Andr¨¦s deber¨¢ ahora someterse a los tribunales estadounidenses, en el caso que le enfrenta a Virginia Giuffre. La mujer acusa al hijo de Isabel II de haber abusado de ella hasta en tres ocasiones cuando era una menor de 17 a?os. Fueron Epstein y su novia, c¨®mplice y amiga del duque de York, Ghislaine Maxwell (Par¨ªs, 60 a?os), quienes, seg¨²n la acusaci¨®n, organizaron los tres encuentros en Londres, Nueva York y una isla privada que el financiero estadounidense ten¨ªa en el Caribe. Maxwell, hija del todopoderoso magnate de la prensa brit¨¢nica Robert Maxwell, fue declarada culpable de cinco delitos de tr¨¢fico sexual de menores y perjurio por un jurado popular de Manhattan el pasado 29 de diciembre. Fue ella, quien manten¨ªa una estrecha amistad con Andr¨¦s de su ¨¦poca universitaria, quien puso en contacto al millonario y al duque. Hasta en dos ocasiones se dejaron ver Epstein y Maxwell en dependencias de la casa real brit¨¢nica, invitados por Andr¨¦s. Acudieron a una cacer¨ªa en el castillo de Balmoral, y a una ceremonia oficial en Windsor. Maxwell se enfrenta a una condena de prisi¨®n que podr¨ªa alcanzar los 65 a?os.
El juez Lewis Kaplan decidi¨® esta semana rechazar el ¨²ltimo intento del equipo jur¨ªdico del pr¨ªncipe para que la demanda por abusos sexuales presentada en su contra fuera sobrese¨ªda. Los abogados del que siempre ha sido considerado el hijo favorito de Isabel II se aferraron a un acuerdo extrajudicial firmado en 2009 por Epstein y Giuffre, en el que acordaban salvaguardar de futuras demandas a otros ¡°potenciales acusados¡±. La mujer ¨Dque hoy tiene 38 a?os, est¨¢ casada y reside en Australia¨D recibi¨® una compensaci¨®n de medio mill¨®n de d¨®lares. El magistrado expres¨® abiertamente sus reservas, durante la vista previa para dilucidar este asunto, de que dicha cl¨¢usula pudiera amparar al pr¨ªncipe Andr¨¦s. Y en cualquier caso, aclar¨®, el ¨²nico que podr¨ªa haber explicado la finalidad de esas reservas era el propio Epstein, quien se suicid¨® en una celda policial en agosto de 2019, cuando ten¨ªa ya 66 a?os y estaba pendiente de un proceso judicial por delitos sexuales contra menores.
La reina, y sobre todo las dos personas m¨¢s preocupadas en estos momentos por preservar el futuro de la monarqu¨ªa brit¨¢nica ¨Del heredero Carlos de Inglaterra, y el segundo en la l¨ªnea de sucesi¨®n, su hijo Guillermo¨D han puesto cada vez m¨¢s distancia con Andr¨¦s. Todo se ha acelerado en las ¨²ltimas semanas, cuando ha quedado claro que deber¨¢ enfrentar los tribunales estadounidenses por un asunto de extrema sensibilidad. La muerte de Epstein y la condena de Maxwell han eliminado cualquier dique de contenci¨®n que pudiera proteger a Andr¨¦s, quien aparece ahora como la ¨²ltima pieza a abatir.
Giuffre es una m¨¢s de las 30 mujeres que alzaron la voz para denunciar la red de ¡°esclavas sexuales¡± que Epstein y Maxwell controlaban, para disfrute del primero, pero tambi¨¦n de sus amigos y relaciones. El abogado que representa a la mujer es David Boies, quien logr¨® por primera vez, en representaci¨®n del Gobierno estadunidense, condenar a la todopoderosa Microsoft de Bill Gates por un caso de competencia desleal y monopolio. Fue tambi¨¦n Boies el hombre al que acudi¨® Al Gore, exvicepresidente de EEUU, para intentar defender su victoria en unas elecciones presidenciales, en el a?o 2000, que le acab¨® arrebatando el republicano George W. Bush. Boies es un lince para los peque?os detalles de cada caso, y pretende cuestionar hasta las afirmaciones m¨¢s fr¨ªvolas que haya pronunciado Andr¨¦s, si le sirven para impulsar su caso. Como por ejemplo, la excusa que dio en la ya infame entrevista a la BBC para negar que hubiera bailado nunca con Giuffre en el londinense club Tramp. La mujer record¨®, en sus propias declaraciones a la cadena p¨²blica brit¨¢nica y ante los tribunales, que Andr¨¦s sudaba a chorros en medio de la pista de baile. El hijo de Isabel II explic¨® a la periodista Emily Maitlis, en noviembre de 2019, que sus horas de combate en la Guerra de las Malvinas, bajo fuego enemigo, provocaron un exceso de adrenalina que fren¨® en seco su sudoraci¨®n. El equipo jur¨ªdico de Boies quiere incluso un examen m¨¦dico del acusado para comprobar esa excusa.
El Palacio de Buckingham ha dejado claro definitivamente que no quiere saber nada de un proceso que amenaza con resultar m¨¢s turbio cada d¨ªa que pase. Por eso la menci¨®n especial, en el comunicado, a que Andr¨¦s se defender¨¢ ¡°a t¨ªtulo de ciudadano privado¡±. El hijo de la reina ha vendido el chalet que posee en los Alpes suizos, valorado en casi veinte millones de euros, para hacer frente a los previsibles costes de su batalla judicial. La reina, seg¨²n aseguran varios medios brit¨¢nicos, ha expresado su rotundo rechazo a contribuir con una sola libra a la defensa de Andr¨¦s. Y el entorno del duque de York no descarta que tambi¨¦n ¨¦l acabe negociando su propio acuerdo extrajudicial con Giuffre, una pr¨¢ctica habitual en los litigios estadounidenses, que la prensa brit¨¢nica y de todo el mundo interpretar¨ªa como una admisi¨®n de culpabilidad. Lo que menos necesita la Casa de Windsor en el momento en que aspira a celebrar setenta a?os de estabilidad mon¨¢rquica.
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