Solo aut¨®nomos y peque?os estudios: as¨ª es la torre de Madrid donde arquitectos y dise?adores trabajan a un precio asequible (o por trueque)

Si algo comparten los Nuevos Ministerios de Madrid, la Casa de las Flores en Moncloa y el Palacio de la M¨²sica en la Gran V¨ªa es que Secundino Zuazo, el bilba¨ªno que proyect¨® tales edificios en el siglo XX, combin¨® en ellos la arquitectura europea moderna de la ¨¦poca con los m¨¦todos m¨¢s tradicionales de construcci¨®n. Piedra y ladrillo visto en las fachadas y revoco en las paredes de dentro, igual que se ve en una de las obras m¨¢s desconocidas de Zuazo ...

Si algo comparten los Nuevos Ministerios de Madrid, la Casa de las Flores en Moncloa y el Palacio de la M¨²sica en la Gran V¨ªa es que Secundino Zuazo, el bilba¨ªno que proyect¨® tales edificios en el siglo XX, combin¨® en ellos la arquitectura europea moderna de la ¨¦poca con los m¨¦todos m¨¢s tradicionales de construcci¨®n. Piedra y ladrillo visto en las fachadas y revoco en las paredes de dentro, igual que se ve en una de las obras m¨¢s desconocidas de Zuazo al lado de los Teatros del Canal, una torre de 1952 situada en la calle madrile?a de Boix y Morer. ¡°S¨¦ que la constructora Dragados en alg¨²n momento tuvo su sede en este edificio, y en la planta octava ahora est¨¢ el arquitecto Juan Herreros. Coincidimos un mont¨®n¡±, dice Guillermo Trapiello, dise?ador y cofundador del estudio Tornasol.

Trapiello dirige hoy el cuarto y quinto piso de la torre, adem¨¢s del ¨¢tico en el d¨¦cimo, desde que el a?o pasado los dos socios de la fundaci¨®n Cirat le llamaron para preguntarle qu¨¦ har¨ªa con tal cantidad de metros cuadrados ¨C800 en total¨C. Ambos hab¨ªan seguido de cerca el proyecto final de carrera de Guillermo ¨Cun centro colectivo de reparaciones en el distrito de Tetu¨¢n¨C, les gustaba mucho los muebles y objetos que hac¨ªa con In¨¦s Llasera, la otra responsable de Tornasol, y quer¨ªan que fuera ¨¦l quien estuviera al mando del complejo. El dinero no les importaba, pero s¨ª le pidieron que aquello no supusiera a la larga un pozo sin fondo de p¨¦rdidas.

La propuesta definitiva, inaugurada a finales de mayo, gira en torno a un concepto habitual en el sector tecnol¨®gico en Estados Unidos. ¡°Es como un centro apoyado por capital privado, solo que lo enfocamos a la innovaci¨®n y el dise?o¡±, informa el director. ¡°Pero no es un coworking¡±. ?Entonces? ¡°La idea es generar un lugar en el que el dise?o emergente de la ciudad pueda profesionalizarse y crecer¡±, aclara. En Fonte, as¨ª se llama la iniciativa, solo van a aceptar a aut¨®nomos y estudios creativos de dos a diez miembros que hasta ahora no hayan conseguido expandir la escala de sus proyectos, bien por falta de m¨²sculo econ¨®mico o porque no han podido darse a conocer.

El despacho de arquitectura Hanghar ya figura entre los primeros miembros junto a Tornasol, y tambi¨¦n la estilista Johanna Jaskowska y la librer¨ªa online Tambourine especializada en revistas nicho y libros de autor. Todos est¨¢n a mitad camino entre el perfil junior y el senior, una condici¨®n que se va a cumplir a rajatabla, seg¨²n Trapiello: ¡°Nos vino hace unos meses una agencia de comunicaci¨®n de arte que estaba interesada, nos hizo una oferta estupenda y aun as¨ª la rechazamos¡±. Lo hicieron porque no encajaba. ¡°Si hay 40 plazas disponibles y entra una empresa de 20 personas, la voluntad del espacio va a quedar totalmente fagocitada por esa compa?¨ªa¡±, argumenta.

El interior del espacio lo reform¨® la arquitecta Vega Ortiz antes de saber que all¨ª se emplazar¨ªa Fonte, colocando butacas y sof¨¢s de la firma italiana Arper. El resto de muebles corren a cargo de Tornasol, que solo escogi¨® la l¨¢mpara Mayday, de Konstantin Grcic, editada por el fabricante Flos. Podr¨ªan haber comprado m¨¢s piezas, pero hab¨ªa que amueblar metros y metros cuadrados y tuvieron que hacerlo a finales del a?o pasado, justo en plena crisis de transporte. ¡°Ni los b¨¢sicos de Ikea estaban disponibles¡±, recuerda el dise?ador. Para las mesas, por ejemplo, prepararon unos modelos en los que la materialidad de sus estructuras, una especie de soportes met¨¢licos, se hace m¨¢s que evidente. E igual ocurre con Knowledge Turbine, una estanter¨ªa cil¨ªndrica y giratoria cuyo cuerpo lo determina el aluminio con el que est¨¢ hecho.

¡°Tiene que ver mucho con la identidad de Zuazo, porque ¨¦l trabajaba con un ingeniero que se llamaba Eduardo Torroja¡±, cuenta Trapiello. ¡°A los dos les encantaban las estructuras y que el material fuera el que hablara de la forma arquitect¨®nica¡±. Aparte, la mayor¨ªa de muebles de Fonte se confeccionaron con ruedas para que puedan desplazarse de un lado a otro, adaptarse al tama?o de los equipos y albergar en la cuarta planta charlas y presentaciones, o experimentos gastron¨®micos en la azotea ¨Cel chef Aitor Sua ser¨¢ el que comience el ciclo a partir de septiembre con su cocina fricci¨®n¨C. Lo que el dise?ador pretende con esto es que, cuando el centro alcance los 40 o 50 miembros, el ¨¢tico se convierta en el comedor del complejo.

Del precio tambi¨¦n se habla abiertamente: trabajar sentado en una mesa compartida cuesta 200 euros al mes, gastos de limpieza, luz y agua incluidos. Y si se precisa una mesa privada, 300 euros. Por supuesto, con acceso a salas de reuniones y a las terrazas ¨Clas que instal¨® Zuazo en los chaflanes¨C y con la posibilidad de participar en la programaci¨®n del espacio. Tambi¨¦n se acepta el trueque como moneda de cambio cuando un aut¨®nomo o proyecto de estudio se encuentra en una fase muy junior o sin recursos econ¨®micos. En tal caso, lo que se prev¨¦ es un intercambio de obra o servicio. ¡°Es otra de las cosas que nos diferencia de un coworking¡±, puntualiza el director.

Pero, ?y qu¨¦ gana la fundaci¨®n con todo esto? Los dos socios de Cirat le han pedido a Trapiello que no comparta sus nombres. Tampoco existe una web en la que se cuente las iniciativas que llevan adelante adem¨¢s de Fonte, como la galer¨ªa Mujer Rayo o los estudios de grabaci¨®n Los invernaderos. ¡°Est¨¢n invirtiendo para que cada proyecto salga adelante por su cuenta, supongo que con ¨¢nimo de hacer bien las cosas y dejar su granito¡±, considera el dise?ador. ¡°De hecho, antes de que lleg¨¢ramos nosotros ten¨ªan detr¨¢s a empresas grandes dispuestas a pagar lo suyo por el alquiler del espacio, y les dijeron que no, que prefer¨ªan ir por otro camino¡±.

Puede que algunos cuestionen la viabilidad y el futuro del complejo, aunque ya se han dado casos parecidos de ¨¦xito fuera de Espa?a. En 2016, al sur de Mil¨¢n abrieron la casa Base Milano de 12.000 metros cuadrados con 10 habitaciones compartidas para que artistas y dise?adores, pagando de 35 a 125 euros, puedan hospedarse mientras organizan instalaciones y acuden a talleres y conferencias. Hay azulejos sicilianos, mobiliario de la firma Vitra, piezas hechas a mano, otras vintage, terraza en la azotea y un restaurante bistr¨®, todo dentro de un edificio p¨²blico, gestionado por una empresa privada sin ¨¢nimo de lucro y con la financiaci¨®n de varias ONG y compa?¨ªas. La diferencia es que all¨ª se conoce el porqu¨¦ del inter¨¦s ajeno: para fomentar el mecenazgo en el pa¨ªs, el gobierno italiano aprob¨® en 2014 el Art Bonus, un incentivo fiscal de los m¨¢s grandes que existen hoy en Europa dentro del ¨¢mbito cultural.