Ana Mendieta m¨¢s all¨¢ de la violencia y la tragedia: ¡°Su trabajo no era falso, ni iba detr¨¢s de la gloria¡±
Raquel Cecilia Mendieta, sobrina de la artista cubana, defiende el legado de su t¨ªa en esta entrevista con ocasi¨®n de la inauguraci¨®n de la muestra ¡®Ana Mendieta. En b¨²squeda del origen¡¯ en el MUSAC de Le¨®n
La exposici¨®n Ana Mendieta. En b¨²squeda del origen, en el MUSAC de Le¨®n, merece atenci¨®n por lo que ofrece, pero tambi¨¦n por lo que expresamente omite. En su haber, una exhaustiva recopilaci¨®n de obras de la artista cubano-estadounidense Ana Mendieta (La Habana, 1948-Nueva York, 1985) que la configuran como una pionera del arte eco-feminista, hoy bastante extendido, pero entonces en un estado preliminar. Sin embargo, la parte de la obra de Mendieta m¨¢s virulenta y peliaguda, sus rit...
La exposici¨®n Ana Mendieta. En b¨²squeda del origen, en el MUSAC de Le¨®n, merece atenci¨®n por lo que ofrece, pero tambi¨¦n por lo que expresamente omite. En su haber, una exhaustiva recopilaci¨®n de obras de la artista cubano-estadounidense Ana Mendieta (La Habana, 1948-Nueva York, 1985) que la configuran como una pionera del arte eco-feminista, hoy bastante extendido, pero entonces en un estado preliminar. Sin embargo, la parte de la obra de Mendieta m¨¢s virulenta y peliaguda, sus rituales con sangre que recuerdan al accionismo vien¨¦s pasados por el filtro de las religiones afrocaribe?as o su impactante Rape Scene (1973), quedan fuera del museo leon¨¦s, como tambi¨¦n lo hacen las circunstancias de su muerte. Si el visitante no supiera de antemano que Mendieta falleci¨® al caer desde el piso 34 de un rascacielos de Greenwich Village donde viv¨ªa con su marido, el tambi¨¦n artista Carl Andre (fallecido, por cierto, tres d¨ªas antes de esta inauguraci¨®n), y que ¨¦l fue acusado de asesinato, pero que el juicio subsiguiente lo exculp¨® por falta de pruebas m¨¢s all¨¢ de la duda razonable, tampoco aqu¨ª se enterar¨ªa de ello. La cronolog¨ªa del folleto, que desgrana las distintas etapas biogr¨¢ficas, informa que ¡°Mendieta fallece el 8 de septiembre de 1985¡å, sin m¨¢s pormenor.
Lo mismo ocurre en esta entrevista con Raquel Cecilia Mendieta (Nueva York, 1972), sobrina de la artista y cabeza visible de su legado, adem¨¢s de cineasta que ha dirigido varias piezas documentales sobre ella, que ha viajado a Le¨®n para la inauguraci¨®n de la muestra. Las circunstancias de la muerte de su t¨ªa quedan excluidas de la conversaci¨®n, seg¨²n se advierte previamente y con insistencia a este periodista. Se entiende la voluntad de sortear los enfoques amarillistas o el ¨¦nfasis en el suceso dram¨¢tico que a menudo empa?a el trabajo de una artista fundamental de la segunda mitad del siglo XX. Pero la entrevistada tampoco responder¨¢ a ninguna pregunta relativa a Carl Andre ¨Cincluidas las estrictamente art¨ªsticas¨C, ni a los grupos feministas que mantienen viva la memoria de Ana Mendieta y reclaman justicia por su muerte. A cambio, a lo largo de la charla se desmontan varios clich¨¦s sobre la personalidad, el transcurso vital y el trabajo de la artista.
Por ejemplo, a Ana Mendieta siempre la ha acompa?ado un aura de gravedad, incluso de crispaci¨®n, cuando gran parte de su obra puede interpretarse desde la iron¨ªa y sugiere un c¨¢ustico sentido del humor. ¡°S¨ª, ella era muy ingeniosa y sagaz¡±, coincide Raquel Cecilia Mendieta. ¡°Siempre se le ocurr¨ªan comentarios agudos. Puedes ver ese humor en algunos de sus trabajos, sobre todo al inicio, aunque luego se volvi¨® m¨¢s seria. Pero segu¨ªa siendo l¨²dica. Por ejemplo, su obra Sandwoman [hay varias piezas de esta serie de 1983 en la exposici¨®n] remit¨ªa un poco a cuando de ni?a juegas en la arena. Dicen que el cuerpo guarda memoria de esas experiencias, y para ella rememorarlas era curativo¡±.
El origen citado en el t¨ªtulo adquiere aqu¨ª varios sentidos. Por una parte, enfatiza la secci¨®n dedicada a los inicios de la artista y sus poco mostradas pinturas, realizadas cuando a¨²n era estudiante. Pero tambi¨¦n alude a la constante b¨²squeda de sus ra¨ªces. Raquel Cecilia Mendieta explica: ¡°Nos interesaba mostrar todo el camino desde el inicio hasta el final, pero tambi¨¦n hay en eso un significado dual, porque el trabajo de Ana buscaba el origen. En ¨¦l aparece el ciclo de la vida: nacimiento, muerte y renacimiento¡±.
Proveniente de una familia cubana de clase media-alta con intereses art¨ªsticos, la revoluci¨®n castrista provoc¨® que, cuando ten¨ªa doce a?os, Ana Mendieta fuera evacuada a los Estados Unidos junto a su hermana mayor Raquel, Raquel¨ªn, la madre de Raquel Cecilia. Les hab¨ªan asegurado que aquella situaci¨®n ser¨ªa provisional, pero no fue as¨ª. De pronto, ambas llevaban varios a?os viviendo en Iowa, y no hab¨ªa demasiadas perspectivas de regresar a su pa¨ªs natal. ¡°Aquella fue una experiencia muy traum¨¢tica para ellas, porque pensaban que iban a estar en los Estados Unidos solo por un tiempo, como sol¨ªa hacerse cada vez que en Cuba hab¨ªa una revoluci¨®n¡±, rememora Raquel Cecilia Mendieta. ¡°Pero aquello se alarg¨®, despu¨¦s su padre fue encarcelado por el nuevo r¨¦gimen y en cierto momento se hizo evidente que no iban a volver, lo que fue dram¨¢tico porque ellas nunca pudieron despedirse de su familia, de sus padres, t¨ªos, abuelos y primos. Eso es algo que nunca se va. De hecho, mi madre todav¨ªa sigue fracturada por ello¡±. Las dos hermanas descubrieron que ellas mismas eran lo m¨¢s importante que ten¨ªan: ¡°Mi madre cuenta que eran hermanas y mejores amigas, pero por momentos tambi¨¦n madre e hija, papeles que se intercambiaban seg¨²n lo fueran necesitando¡±.
Las dos hermanas cursaron estudios art¨ªsticos, aunque Ana pronto llam¨® la atenci¨®n con sus v¨ªdeos y performances, tras finalizar su posgrado en la Universidad de Iowa. La llegada a M¨¦xico en 1971 para visitar unas excavaciones arqueol¨®gicas supuso un acercamiento a sus ra¨ªces, pese a lo distintos que en principio son social y culturalmente M¨¦xico y Cuba. ¡°Ana se enamor¨® de M¨¦xico¡±, afirma la sobrina de la artista. ¡°Dijo que hasta entonces no se hab¨ªa dado cuenta de lo mucho que echaba de menos escuchar su propia lengua. Adem¨¢s, la gente de all¨ª se le parec¨ªa m¨¢s f¨ªsicamente, as¨ª que no se sent¨ªa desplazada, al contrario de lo que ocurr¨ªa en Iowa, donde nadie era como ella. Le encantaba su gente y su arte: era muy admiradora del trabajo de Frida Kahlo, por ejemplo. All¨ª cre¨® obras importantes. Sigui¨® volviendo, una y otra vez, hasta 1980, el a?o de su regreso a Cuba¡±.
Tras el levantamiento de la prohibici¨®n de viajar a su pa¨ªs natal, regresar¨ªa a Cuba de manera recurrente con el fin de reconectar con su familia, pero tambi¨¦n para trabajar. Fue, de hecho, la primera exiliada que obtuvo permiso para crear arte en Cuba. Quiz¨¢ lo m¨¢s relevante que all¨ª realiz¨® fueron unas intervenciones escult¨®ricas en las cuevas del Jaruco, cerca de La Habana, en la actualidad bastante mermadas. Pero, seg¨²n se?ala Raquel Cecilia, as¨ª estaba previsto: ¡°Algunas de esas obras han desaparecido y otras siguen ah¨ª, aunque en parte reabsorbidas por la naturaleza. Eso a ella le parec¨ªa bien. Aunque en aquellos momentos tambi¨¦n estaba investigando c¨®mo hacer obras de exterior que fueran permanentes, y creo que fue precisamente a ra¨ªz de esa experiencia¡±. Al final de sus d¨ªas estaba experimentando con el bronce, quiz¨¢ como parte de esta investigaci¨®n.
En 1983, tras haber obtenido el Prix de Rome concedido por la Academia Americana de Roma, se traslad¨® a la capital italiana, donde sigui¨® trabajando en sus ic¨®nicas Siluetas. No pareci¨® acusar ninguna influencia del repertorio art¨ªstico cl¨¢sico, sino que reincidi¨® en las formas precolombinas que hab¨ªa descubierto en M¨¦xico. ¡°En Roma sigui¨® haciendo lo que hac¨ªa antes¡±, admite su sobrina. ¡°Ella dijo que no le influy¨® mucho el arte que vio all¨ª, pero que s¨ª lo hizo la arquitectura. Compr¨® muchos libros, hizo fotos y viaj¨® a lugares arqueol¨®gicos. Y trat¨® de mantener un di¨¢logo con todo ello¡±.
Frente a la imagen que a menudo la presenta como una personalidad irracional o alejada de la erudici¨®n, conviene tambi¨¦n destacar su lado intelectual y acad¨¦mico. Escribi¨® numerosos textos ¨Censayo y poes¨ªa¨C, fue profesora de arte en el sistema de ense?anza p¨²blica norteamericana, y era capaz de desenvolverse en franc¨¦s e italiano, adem¨¢s de en espa?ol e ingl¨¦s. ¡°Ana comisari¨® una exposici¨®n sobre el aislamiento [Dialectics of Isolation: An Exhibition of Third World Women Artists in the United States, en la galer¨ªa A.I.R. de Nueva York en 1980, junto a las tambi¨¦n artistas Kazuko Miyamoto y Zarina]. Esa fue una experiencia muy importante. Y no solo cre¨® arte, sino que tambi¨¦n particip¨® en mesas redondas, y viaj¨® a distintas universidades para impartir ponencias y talleres y trabajar con estudiantes. En su faceta de profesora, dec¨ªa que nunca se es demasiado joven para aprender sobre arte, que hasta el ni?o m¨¢s peque?o deber¨ªa hacerlo. Ella cre¨ªa que a los ni?os se les deber¨ªa ense?ar historia del arte del mismo modo que se les ense?a lengua o matem¨¢ticas¡±.
¡ª ?Cree que para ella lo mejor estaba por venir?
¡ª Quiz¨¢ s¨ª. Lleg¨® a hacer muchos trabajos buenos, ?sabe? Pero es cierto que su obra iba haci¨¦ndose cada vez m¨¢s ambiciosa.
¡ª ?Cu¨¢l es hoy en d¨ªa el legado de Ana Mendieta?
¡ª Dicen que Ana es una artista de artistas. A los artistas les encanta su trabajo, porque es muy aut¨¦ntica. No era algo falso, ni iba detr¨¢s de la fama y la gloria. Lo que hac¨ªa era porque ten¨ªa que hacerlo, y eso los artistas lo respetan. Los j¨®venes de hoy ven su trabajo y dicen: ¡°Guau, mira lo que hizo, tan joven y tan atrevida¡±.
¡ª ?Cu¨¢ndo cree que terminar¨¢ el largometraje documental que lleva a?os realizando sobre ella, Rebel by Nature?
¡ª Estoy tratando de reunir los fondos para terminarlo, porque los largometrajes son dif¨ªciles de financiar. Ya tengo mucho material, y he entrevistado a mucha gente que la conoci¨®. Espero que para el pr¨®ximo a?o podamos tenerlo. Y exhibirlo en Espa?a.