De sostener colchones a integrarse en el paisaje: c¨®mo el somier conquist¨® el campo espa?ol
Se ha convertido en una herramienta sostenible, f¨¢cil de transportar y, sobre todo, que cumple con su cometido con efectividad. Aunque tiene un gran impacto visual en los senderos y comparte protagonismo con otro cl¨¢sico, la ba?era, reconvertida en abrevadero para animales
Dicen que no se le pueden poner puertas al campo, pero nadie dijo nada del somier. Cualquiera que haya paseado por zonas rurales los ha visto instalados para delimitar terrenos o ejercer de barrera de acceso a fincas agr¨ªcolas o ganaderas. El somier ha pasado de sujetar colchones a convertirse en parte del paisaje campestre gracias a sus cualidades: es una herramienta gratis, sostenible, f¨¢cil de transportar y, sobre todo, cumple con su cometido con efectividad. Comparte protagonismo con otro cl¨¢s...
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Dicen que no se le pueden poner puertas al campo, pero nadie dijo nada del somier. Cualquiera que haya paseado por zonas rurales los ha visto instalados para delimitar terrenos o ejercer de barrera de acceso a fincas agr¨ªcolas o ganaderas. El somier ha pasado de sujetar colchones a convertirse en parte del paisaje campestre gracias a sus cualidades: es una herramienta gratis, sostenible, f¨¢cil de transportar y, sobre todo, cumple con su cometido con efectividad. Comparte protagonismo con otro cl¨¢sico, la ba?era, reconvertida en abrevadero para animales. Aparecen, juntos o por separado, en tierras tan alejadas como Andaluc¨ªa, Huesca, Cantabria o Galicia. Y comparten lo que parece ser su ¨²nico problema: escasa belleza. ¡°Es dif¨ªcil tener un compromiso entre la est¨¦tica y la utilidad¡±, asume el arquitecto Maxi Mateos, residente en la comarca granadina de La Alpujarra, donde el somier abunda y es muy visible junto a senderos como el que une las localidades de Bubi¨®n y Capileira.
Raro es el senderista que no ha visto un somier en alguna de sus excursiones campestres. Suelen ser, adem¨¢s, objeto de fotograf¨ªa por su singularidad. Por eso, en redes sociales como Pinterest es f¨¢cil encontrar im¨¢genes de muchos de ellos. ¡°Somier infranqueable¡±, define un usuario al mostrar una imagen tomada precisamente en La Alpujarra. ¡°Modernidad y tradici¨®n unidas en una puerta funcional¡±, describe. Otros le ponen guasa. ¡°Ikea lanza ma?ana en exclusiva y solo para territorio gallego su serie S?ngbotten-V?tlla, somieres para cierres y vallado de fincas gallegas¡±, escriben en el blog Galiciadeprisa. Son muestra de que el campo lleva haciendo realidad d¨¦cadas lo que la ciudad intenta con m¨¢s palabras que hechos: reutilizar antes que reciclar o, directamente, tirar al vertedero. ¡°Hab¨ªa que aprovechar y gastar lo menos posible¡±, relata el agricultor y artesano malague?o Diego Guerrero, nacido y afincado en Parauta, peque?o pueblo del Valle del Genal (M¨¢laga). Cuenta que la llegada del somier a las fincas agr¨ªcolas tiene mucho que ver con la econom¨ªa de subsistencia y las dificultades pasadas durante la posguerra. Se lo transmitieron su padre y su abuelo. ¡°Cuando fue todo un poquito mejor y se empezaron a cambiar por canap¨¦s u otro m¨¢s moderno, casi nadie los tir¨®: se reutilizaron en las fincas¡±, afirma Guerrero. ¡°Es un nuevo uso positivo¡±, indica Rafael Yus, portavoz de Ecologistas en Acci¨®n en la comarca malague?a de la Axarqu¨ªa. ¡°Otra cosa es su impacto visual¡±, advierte.
En Galicia forman parte de lo que administraciones y medios de comunicaci¨®n definieron como fe¨ªsmo. Los ha estudiado durante a?os el grupo de arquitectos unidos en la cooperativa Ergosfera, que desde 2006 realiza investigaciones de largo recorrido sobre el territorio. En 2011 arrancaron el proyecto ?Eu si quero fe¨ªsmo na mi?a paisaxe! (?Yo s¨ª quiero fe¨ªsmo en mi paisaje!) como reacci¨®n a las iniciativas p¨²blicas ¡°que buscaban legislar en el territorio a partir de cuestiones est¨¦ticas¡±, explica el arquitecto Iago Carro. ¡°La prensa empez¨® entonces a hablar de chapuza, de fe¨ªsmo, de destrucci¨®n del paisaje. Incluso se ligaba a personas de bajo nivel cultural. Pero cuando lo analizas, todo cambia. Adem¨¢s, las basuras, los excedentes, son las materias primas de nuestro tiempo. En otras ¨¦pocas sobraba tierra, arcilla¡ y todo se reutilizaba. Pues ahora tambi¨¦n. Es algo atemporal y global: ha pasado siempre en todas las sociedades¡±, insiste. No es casualidad, por ejemplo, que en la muralla ¨¢rabe de Marbella tenga incrustados trozos de columnas j¨®nicas romanas. Estaban por all¨ª, abandonadas y rotas. Y las reutilizaron. Como los somieres ahora.
Entre las principales conclusiones de la investigaci¨®n de Egosfera destacan las numerosas cualidades asociadas a dar una nueva vida a un somier supuestamente inservible. ¡°Solo hay que pensar en el complejo proceso que pone en marcha la colocaci¨®n de una verja est¨¢ndar de Leroy Merlin o Bricoking, que requiere dise?o, producci¨®n, distribuci¨®n, publicidad, venta y transporte, frente a la reutilizaci¨®n de un antiguo somier¡±, relata el estudio. ¡°En t¨¦rminos de sostenibilidad es incomparable¡±, remata Carro, que apunta otras tres caracter¨ªsticas interesantes. La primera, que muchos de los procesos que habitualmente son criticados est¨¢n fuera de la l¨®gica del mercado. ¡°No interesan porque nadie va a sacar r¨¦dito de ellos y eso les granjea un gran n¨²mero de enemigos¡±, se?ala. La segunda, la transgresi¨®n que suponen este tipo de autoconstrucciones populares frente a las culturas dominantes y acad¨¦micas, que las rechazan. Y, la tercera, su capacidad de autorreplicaci¨®n. Es decir, nunca hubo anuncios publicitarios o estudios acad¨¦micos que recomendaran el uso de somieres como puertas. ¡°Y al final hay por toda Espa?a porque mucha gente lleg¨® a la misma conclusi¨®n de que reusarlos era lo m¨¢s l¨®gico¡±, insiste Carro, quien cree que este tipo de procesos populares que suponen experimentaci¨®n con materiales distintos a los habituales, pueden llegar a adquirir valor arquitect¨®nico. Pone como ejemplo Villa Somier, construcci¨®n levantada a partir de decenas de ellos en una aldea de Galicia, aunque ya fue derribada.
Hay m¨¢s factores. ¡°En el campo los valores han estado siempre asociados a la econom¨ªa familiar, a apa?arse con lo que hay y dedicar recursos solo a lo importante: sobrevivir¡±, apunta Kiko Llorente, profesor de Antropolog¨ªa Social de la Universidad de M¨¢laga. ¡°?Para qu¨¦ gastar en una puerta o construir un abrevadero si puedo poner un somier y una ba?era que ya no utilizo?¡±, cuestiona el especialista, que destaca el valor de uso de esos elementos, la utilidad para quienes lo instalan ¡°porque les sirve¡±. Llorente destaca que adem¨¢s del valor instrumental que tiene un somier utilizado como puerta ¨Ces decir, impedir el paso de animales y personas¨C tambi¨¦n tiene otro m¨¢s simb¨®lico, el de delimitar un trozo de tierra como propio, fruto del cambio de valores en estos contextos. Con el paso del tiempo ha dejado de servir un ¨¢rbol o una piedra como referencia de los l¨ªmites de las propiedades, ahora es necesario algo m¨¢s f¨ªsico: un cercado. Adem¨¢s, ahora hay mejores comunicaciones para acercarse a adquirir los materiales a una ciudad cuando hace a?os era impensable.
Gema Villa y ?ngel Sancho, trabajadores del Ayuntamiento de Zaragoza, crearon en 2010 el blog Reinventos porque quer¨ªan mostrar las muchas ideas que hay para dar una segunda vida ¡°a las cosas que mucha gente tirar¨ªa, en el mejor de los casos, al punto limpio¡±. Hoy cuenta con 2.115 entradas, de las que 72 corresponden a somieres, ¡°la mayor¨ªa utilizados como vallas y puertas de fincas¡±, explica Villa, que destaca que otros sirven para que las pepineras trepen por ellos, protegen las hortalizas de los p¨¢jaros, ejercen de secadero o tejadillo o protegen pozos. Tambi¨¦n disponen de 40 fotograf¨ªas de ba?eras en zonas rurales, algunas procedentes del stock de f¨¢bricas de sanitarios que los ofrecen a bajo precio para sacarlos del almac¨¦n. ¡°Para nosotros la reutilizaci¨®n de objetos es la forma m¨¢s eficiente de reciclar¡±, indica la impulsora de un blog donde tambi¨¦n tienen presencia los neum¨¢ticos, muy reutilizados en el campo. M¨¢s all¨¢ hay pal¨¦s, botellas y un sinf¨ªn de objetos. ¡°Son buen ejemplo de econom¨ªa circular¡±, destaca Antonio Pulido, con una larga trayectoria en la gesti¨®n de espacios naturales protegidos en Andaluc¨ªa. Eso s¨ª, tambi¨¦n tienen sus desventajas. Una de ellas es que los tradicionales abrevaderos de piedra permit¨ªan a las aves beber con facilidad e incluso se convert¨ªan en zonas de cr¨ªa de anfibios, pero las ba?eras se convierten ahora en trampas mortales por sus formas suaves y redondeadas: algunos p¨¢jaros caen al agua y no pueden escapar, como tampoco consiguen salir las larvas de tritones o salamandras.