?tica y est¨¦tica del uso de las banderas en el mundo del arte
Los emblemas nacionales han sido objeto de representaciones art¨ªsticas de todo tipo, desde lo meramente est¨¦tico hasta lo m¨¢s reivindicativo. Tambi¨¦n se han creado banderas de pa¨ªses imaginarios e incluso para estados mentales. Repasamos el papel de estos pedazos de tela en el universo creativo
Una bandera es un trapo de colores. Pero una bandera tambi¨¦n es el s¨ªmbolo de una naci¨®n, una comunidad, un partido pol¨ªtico, un equipo de f¨²tbol, un grupo humano. De modo que, al tratar con banderas, estamos tratando con la dif¨ªcil relaci¨®n entre lo f¨ªsico y lo metaf¨ªsico, entre lo material y lo simb¨®lico, entre el ¨¢tomo y la idea. Un campo abonado para el arte o el dise?o, que suelen manipular banderas con resultados, por lo general, controvertidos.
En la Historia del Arte siempre han aparecido banderas, aunque su presencia ha sido m¨¢s bien circunstancial. Por ejemplo, en La libertad guiando al pueblo, de Delacroix, una mujer con un pecho al aire porta una bandera francesa en la Revoluci¨®n de 1830. La bandera forma parte de la escena, pero no es el tema principal, ni mucho menos el material con el que se realiza la obra. En algunas ramas del arte contempor¨¢neo, en cambio, la bandera empez¨® a ser utilizada como el propio tema de la obra o el medio f¨ªsico con el que se realiza.
Una de las m¨¢s famosas representaciones de la bandera es la que realiz¨® el artista pop Jasper Johns, quien cre¨® varias obras con la bandera estadounidense. En estas piezas reflexiona sobre lo que es una bandera y lo que representa, para algunos, el aspecto avejentado de las banderas. La utilizaci¨®n de la t¨¦cnica enca¨²stica ¨Cuna mezcla de pintura y cera¨C sugiere, para algunos, una lectura cr¨ªtica del s¨ªmbolo. Para otros, en una lectura m¨¢s simplista, se puede ver aqu¨ª una muestra de patriotismo. Otros artistas del pop art, como Rauschenberg o Lichtenstein tambi¨¦n utilizaron el motivo de la bandera. En 1990, el artista David Hammons cre¨® una bandera afroamericana, igual que la estadounidense, pero con colores m¨¢s propios del continente africano: rojo, verde, marr¨®n.
¡°El arte con banderas suele jugar con el ideario de las personas¡±, explica el artista y comisario Carlos TMori, que ha investigado sobre esta rama del arte. ¡°Por ejemplo, la bandera afroamericana de Hammons en Espa?a puede resultarnos una curiosidad, pero en ciertas comunidades conservadoras de sur Estados Unidos puede resultar controvertida¡±. TMori, por su parte, ha dise?ado banderas para pa¨ªses mash up, mezclados, sobre los que trabaja. Por ejemplo, la bandera de Applekist¨¢n, que mezclaba la empresa Apple y Afganist¨¢n, o la de bandera el Imperio Nacid, que mezcla el nazismo con el acid house, y por tanto lleva un smiley en vez de una esv¨¢stica.
?Son estos tiempos de auge de las identidades nacionales y socioculturales m¨¢s propicios para el arte realizado con banderas? ¡°En realidad las banderas se han venido utilizando de forma constante en el arte contempor¨¢neo¡±, explica TMori, ¡°otra cosa es que en estos tiempos haya m¨¢s personas que se fijen en estas obras, que entiendan las iron¨ªas o se vean ofendidas por ellas¡±.
Todas las banderas tienen un componente mental, el contenido que la mente de cada uno a?ade al trapo. Pero es curioso el trabajo de Matt Mullican, que en los ¨²ltimos a?os, dentro del proyecto Banners, ha ido dise?ando originales banderas que no describen estados pol¨ªticos, sino sus estados mentales, asignano colores a diferentes pensamientos: lo f¨ªsico es verde, lo rojo es subjetivo, lo cotidiano es azul, etc.
La ense?a nacional y su simbolismo
En Espa?a varios artistas en activo han trabajado con banderas. Por ejemplo, el siempre pol¨¦mico Santiago Sierra, que cre¨® una bandera republicana con tela negra. Disgustado por la existencia de las fronteras, iz¨® otra bandera negra, anarquizante, en el Polo Sur geogr¨¢fico. Mateo Mat¨¦ bord¨® banderas con motivos florales, como si fueran manteles o servilletas, o, a la inversa, convirti¨® manteles en estandartes, en una especie de ¡°nacionalismo dom¨¦stico¡±, quit¨¢ndole toda solemnidad a lo simb¨®lico. Rogelio L¨®pez Cuenca se invent¨® una nueva bandera para Europa, que en vez de un c¨ªrculo de estrellas mostraba un c¨ªrculo de s¨ªmbolos raros, o coloc¨® la palabra poes¨ªa al lado de las banderas de varios pa¨ªses.
Uno de los ¨²ltimos y m¨¢s pol¨¦micos casos es el del artista Marcos Guti¨¦rrez Cru. El esc¨¢ndalo prendi¨® cuando varios medios difundieron la noticia (falsa) de que el Ayuntamiento de Madrid se hab¨ªa gastado 12.750 euros en renovar las banderas de Espa?a deterioradas que los vecinos cuelgan en los balcones. No sonaba inveros¨ªmil, dado el gusto del actual Ayuntamiento por la bandera nacional, que ha colocado all¨¢ donde ha podido, pero la realidad era otra: ese dinero era una ayuda a la creaci¨®n obtenida por Guti¨¦rrez. ¡°Con mi obra quiero cuestionar la importancia o no de una bandera como una entidad agrupadora¡±, dice el artista.
En efecto, su proyecto consiste en recoger las banderas viejas, pero para hacer con ellas una obra de arte que a¨²n est¨¢ en proceso. A Guti¨¦rrez le sorprend¨ªa tanto amor a la patria y que luego las banderas estuvieran hechas un asco. ¡°He recogido muchas banderas deshilachadas y quemadas por el sol¡±, explica. ¡°No le doy tanta importancia a las banderas como las personas que las cuelgan, pero si lo hacen lo l¨®gico es que las mantengan en buen estado¡±. Guti¨¦rrez Cru ya hab¨ªa trabajado anteriormente con banderas, por ejemplo, en el proyecto Bandeiras pretas (Banderas negras), que recog¨ªa diversas acciones en diferentes pa¨ªses. Una de ellas tuvo lugar en Ja¨¦n, en el marco del festival Art Ja¨¦n, donde cambi¨® la bandera de Espa?a que ondeaba en una plaza por una bandera negra, una especie de no-bandera. ¡°Supuestamente ten¨ªamos los permisos para la acci¨®n, pero los bomberos bajaron la bandera negra y oper¨® una extra?a censura: ninguno de los medios presentes aquel d¨ªa inform¨® de la acci¨®n¡±, explica el artista. Tocar banderas, aunque sea en una obra de arte, toca la fibra sensible de muchos.
Irene Mohedano tambi¨¦n ha trabajado con la bandera espa?ola en el espacio p¨²blico en su acci¨®n Wash Lies All. En una c¨¦ntrica calle de Valladolid coloc¨® un barre?o y se arrodill¨® a fregar una ense?a nacional, para indignaci¨®n de parte del sector conservador de la ciudad.
En su obra Herencia, Julia Eme y Byron Maher crearon unas banderas rojigualdas que por un lado mostraban el aguilucho preconstitucional y por el otro rostros de pol¨ªticos (Rato, Aznar¡), para evidenciar su conexi¨®n con la dictadura franquista. El c¨®mico Dani Mateo, en El Intermedio, hizo el adem¨¢n de sonarse los mocos con la bandera y sufri¨® una sonada persecuci¨®n en redes; tal vez podr¨ªa encuadrarse esta acci¨®n en la disciplina de la performance.
C¨®mo se dise?an las banderas
¡°Aunque hay elementos anteriores parecidos a las banderas, por ejemplo, en el antiguo Egipto o en el Imperio Romano, los vexillos eran estandartes de lana y no pod¨ªan ondear, los or¨ªgenes propiamente dichos de las banderas son militares: se utilizaban desde el medievo para identificar barcos de guerra o tropas¡±, explica Jos¨¦ Manuel Erbez, secretario de la Sociedad Espa?ola de Vexilologia (SEV). Las banderas se asociaban a reyes, a dinast¨ªas, no a pa¨ªses. Con la llegada de la idea de naci¨®n y el naci¨®n-estado, en los siglos XVIII y XIX, la bandera pasa a identificar a un gran n¨²mero de personas que vive en un territorio. ¡°En los nacionalismos es muy importante la bandera, por eso, si no la hay, es de lo primero que se crea¡±, dice Erbez.
A partir de este uso, la bandera fue utiliz¨¢ndose para identificar a otros colectivos, partidos pol¨ªticos, equipos de f¨²tbol, ciudades, opciones sexuales o ideol¨®gicas y hasta pa¨ªses ficticios, como la de Modernonia, una rep¨²blica ficticia popularizada por los c¨®micos del programa de radio La Vida Moderna (se ha visto incluso en algunos balcones).
Respecto a su formato, las banderas suelen ser rectangulares o cuadradas, aunque hay algunas m¨¢s extra?as, como la de Nepal, compuesta de dos tri¨¢ngulos no equil¨¢teros. Los motivos m¨¢s comunes son las franjas de colores horizontales o verticales, o las cruces rectas o diagonales, f¨¢cilmente identificables. La primera en popularizarse fue la holandesa (franjas horizontales, rojo, blanco y azul), debido a su poder¨ªo mar¨ªtimo, que sirvi¨® de inspiraci¨®n para la rusa. Despu¨¦s de la Revoluci¨®n Francesa, muchas naciones tomaron su bandera (franjas verticales, azul, blanco y rojo) como plantilla para la propia. Los pa¨ªses se fueron imitando unos a otros en la elecci¨®n de su bandera, seg¨²n sus filias y fobias. Los escandinavos, por ejemplo, fueron adoptando la caracter¨ªstica cruz de San Olaf, descentrada hacia la izquierda del pa?o. Algunas banderas m¨¢s recientes est¨¢n mucho m¨¢s dise?adas, y, por tanto, son m¨¢s dif¨ªciles de reproducir, como las de Brasil o Turkmenist¨¢n.
La bandera espa?ola, la rojigualda, fue elegida por Carlos III en 1785, buscando unos colores que la hiciesen inconfundible en el mar. Anteriormente no hab¨ªa una bandera ¨²nica asociada a Espa?a, se utilizaban diferentes banderas dentro del ¨¢mbito militar. Una de ellas es la de la Cruz de Borgo?a o San Andr¨¦s (cruz roja diagonal sobre fondo blanco), luego relacionada con el movimiento carlista. De la Armada la rojigualda pas¨® a simbolizar todo el pa¨ªs. En la Guerra de la Independencia el pueblo espa?ol la utilizaba para diferenciarse del franc¨¦s invasor.
La bandera espa?ola levanta pasiones en varias direcciones pol¨ªticas. El fil¨®sofo Santiago Alba Rico, en su reciente libro Espa?a (Lengua de Trapo), teoriza sobre la bandera nacional y su significado. En su opini¨®n es una bandera fallida, Espa?a no tiene bandera, ya que no todos los ciudadanos compiten por apropi¨¢rsela. En Estados Unidos, por ejemplo, todas las corrientes pol¨ªticas quieren hacer suya la bandera. Mientras, aqu¨ª, en ciertos sectores de la izquierda espa?ola todav¨ªa hay adhesi¨®n a la bandera de la Rep¨²blica Espa?ola derrotada por Franco, cuya franja inferior no es roja sino morada, y la ultraderecha nost¨¢lgica a¨²n saca a pasear la rojigualda con el emblema del aguilucho. ¡°Las banderas tienen una doble faceta¡±, concluye Erbez, ¡°es cierto que sirven para unir a una comunidad, pero tambi¨¦n para separarla de las otras: para dividir¡±
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