C¨®mo el legado de Garc¨ªa Lorca est¨¢ redefiniendo el arte tras la pandemia
De la mano de la Fundaci¨®n Federico Garc¨ªa Lorca, ocho artistas han abierto sus procesos creativos en el proyecto ¡®Otros formatos¡¯, rompiendo el letargo de la pandemia con m¨²sica, danza, literatura y artes pl¨¢sticas. La comisaria Amelie Aranguren comparte las claves del proyecto y su inspirador resultado
¡°Arte no es lo que uno hace, sino lo que uno hace que ocurra¡±. La cita no es de Lorca, sino del artista ingle?s Jeremy Deller, cuyo concepto colaborativo de la creacio?n arti?stica ha vertebrado el proyecto Otros formatos, promovido por la Fundacio?n Garci?a Lorca en Granada. La idea surgio? mucho antes que el coronavirus, bajo la premisa de que ¡°la cultura ya no se recibe en modo pasivo, se hace entre todos, aleja?ndonos del mito del creador genial encerrado en su estudio¡±. Amelie Aranguren ¡ªcuya trayectoria esta? asociada a nombres como Museo Reina Sofi?a, Jeu de Paume, Miquel Barcelo? o galeri?a Max Estrella¡ª defiende con esta iniciativa para el Centro Garci?a Lorca un concepto del arte ¡°alejado de lo objetual y del mercado¡±, poniendo el foco en la experiencia del pu?blico, abriendo los procesos a la gente. Tras dos an?os de investigacio?n y, a pesar de los matices que la covid-19 impuso en su disen?o, Otros formatos llego? en el propicio momento en que Granada empezaba a recuperar su caracteri?stica vida en la calle y el p¨²blico pudo disfrutar de este proyecto del 7 al 29 de mayo.
Las artes performativas de Bele?n Maya, Amalia Ferna?ndez, Ana Buitrago y Laila Tafur llenaron calles, patios y salas del Centro Lorca con diferentes propuestas de danza y canto. Tambie?n tuvo su espacio la literatura con la invitacio?n del escritor Rafael Navarro de Castro a recorrer las localizaciones de su novela, La tierra desnuda, por las estribaciones de Sierra Nevada (arte y medio rural, de hecho, son dos factores habituales en los proyectos comisariados por Amelie Aranguren). Las dos propuestas pla?sticas del proyecto tambie?n jugaron a ser efi?meras, aunque se muevan en el terreno de lo tangible.
Resultan significativas dentro del programa porque trabajaron sobre dos polos del mito de Lorca: por un lado, la accio?n de Paloma Ga?mez en torno a la muerte del poeta. La artista compartio? con el pu?blico un paseo por el Barranco de Vi?znar, el pinar montan?oso de las afueras de Granada sobre el que planea el asesinato de Lorca ¡ªy de otras muchas personas¡ª en los inicios de la Guerra Civil. Ga?mez vertebro? el recorrido inspira?ndose en una obra ya existente, La brecha de Vi?znar, un cuadro abstracto del pintor local Jose? Guerrero que ya capturo? el lugar en 1966 matizando la toponimia. ¡°Paloma quiso recorrer el barranco para entender desde do?nde habi?a pintado Guerrero esa tragedia, pocas obras la han representado como e?l¡±, comenta la comisaria. El paseo estuvo cargado, como el propio barranco y el cuadro de Guerrero, de una solemnidad que tambie?n destila la instalacio?n esculto?rica que Paloma Ga?mez creo? para el vesti?bulo del Centro Lorca: una sucesio?n de ocho lienzos de un contundente color negro (en contraste con la piedra lunar del edificio y la luz que lo invade). La pieza generaba un espacio diagonal, una nueva brecha por la que se podi?a transitar, invitando a experimentar el recuerdo de aquella noche de 1936 que sigue rondando el imaginario colectivo de Granada.
En el otro extremo del mito de Lorca ¡ªel festivo, el imaginativo, el que le ha llevado a ser uno de los creadores espan?oles con ma?s reconocimiento internacional de la historia por accio?n de su vida, no de su muerte¡ª, se apoyo? la propuesta de Pablo Capita?n del Ri?o. Una tarde calurosa de jueves, ante el bullicio creciente de la plaza de la Romanilla, Pablo realizo? una obra en directo sobre la fachada del Centro, basa?ndose en la sonrisa de Lorca. Una serie de muelles verticales fueron llenando la chapa retra?ctil que cubre el exterior del edificio y que, al abrirse, generaban una sonrisa meta?lica, como un saludo a la plaza. ¡°Pablo es un artista muy concentrado en el vivo, en el hacer¡±, explica Amelie, que destaca de la actuacio?n de Capita?n el valor de ¡°lo que no se puede repetir¡±, de lo presencial tras tantos meses de vida digital forzosa.
Mientras el edificio sonrei?a ante la mirada curiosa de los primeros turistas sin estado de alarma, se congregaba en una cola el aforo completo del auditorio del Centro para asistir a la accio?n de otro mito, Eric Jime?nez, baterista de Los Planetas y Lagartija Nick (arti?fice, en parte, del famoso Omega de Enrique Morente), que relato? musicalmente un ¡°viaje al centro de su cerebro¡± a una mezcla de vecinos del barrio, fara?ndula, allegados de la familia Garci?a-Lorca ¡ªincluidas las sobrinas del poeta¡ª y toda persona que cupo en el teatro bajo las normas de seguridad. Los Planetas son muchos planetas.
¡°Paseos, talleres, juegos, conferencias, microexposiciones, recitales, conciertos y otras formas que los propios artistas han inventado. Propuestas cuyos me?todos de produccio?n y reproduccio?n esta?n basados en el intercambio social, abriendo nuevas posibilidades de expresio?n, ana?lisis, cooperacio?n y compromiso. Al fin y al cabo, el pu?blico hace a los artistas¡±, resume Aranguren. Como la vida y la obra de Lorca, Otros formatos es una iniciativa rompedora. Rompe con la creacio?n elitista, con la cuarta pared, con el confinamiento. Y, segu?n el resultado que relata su comisaria, con el bulo de que el arte contempora?neo no interesa: ¡°Todas las actividades se han llenado, especialmente de gente joven y no necesariamente conocedora de la obra de Lorca¡±. La organizacio?n esta? tan satisfecha que baraja la idea de convertir el proyecto en un festival anual que siga potenciando la creacio?n contempora?nea multidisciplinar desde Granada. ¡°El Centro Lorca tiene una escala muy buena, como la propia ciudad, y ha alcanzado una madurez muy interesante¡±, apunta.
El influjo de Lorca y la actividad de la Fundacio?n que mantiene su memoria ayudan a impulsar nuevas formas de creacio?n cultural. Otras maneras de disfrutar Granada y su potente entramado creativo, que se mueve con admirable soltura bajo la luz omnipresente de la Alhambra, esquivando el atropello ocasional del turismo de can?as y tapas que, en los coletazos de la pandemia, vuelve a contagiar la ciudad de segways, grupos voraces y despedidas de soltero y soltera. Arte, arte. Arte contra la pandemia.
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