Hay vida m¨¢s all¨¢ del espumill¨®n: los excesos que cometemos con la decoraci¨®n navide?a, a juicio
Diferentes especialistas en dise?o e interiorismo nos dan las claves para decorar la casa en Navidad sin que parezca un escenario de pel¨ªcula: desde trabajar el ¨¢rbol con contenci¨®n a evitar el espumill¨®n y las luces con forma de reno
Black Friday, Cyber Monday, hordas de gente paseando con orejitas de reno en la cabeza, el alcalde de Vigo queriendo que sus calles iluminadas se vean desde el espacio. O ayuntamientos que compiten por el Bel¨¦n m¨¢s descomunal de Espa?a. Si hay algo claro es que, desde hace a?os, no existe evento en el calendario capaz de generar un ¨¦xtasis social equiparable al de la Navidad, como tampoco ninguna otra celebraci¨®n logra que medio mundo transforme los interiores de sus casas para sumarse al esp¨ªritu festivo. ¡°Y ese es el problema, que uno acaba decorando su piso con cosas puramente navide?as pero que no le gustan ni le representan¡±, opina Laura Mart¨ªnez del Pozo, fundadora de la tienda de dise?o sostenible Peseta: ¡°Como el t¨ªpico angelito horroroso que jam¨¢s en tu vida comprar¨ªas¡±.
Toni Torrecillas, de la tienda La Oficial, especializada en cer¨¢mica al peso, utiliza una palabra para definir esto: normatividad. ¡°En las bodas, personas que en el d¨ªa a d¨ªa suelen vestir normalitas de pronto las ves con trajes de ping¨¹ino llenos de brillos. Ah¨ª es cuando sale la verdad de la gente. En la Navidad ocurre lo mismo, se act¨²a seg¨²n unas normas, pensando que es lo correcto y lo que hay que hacer, cuando en realidad tu piso no es un palacio, ni el comedor te lo van a publicar en ninguna revista. Son vacaciones y hay que aprovechar las fiestas. Para m¨ª lo ideal es mantener el esp¨ªritu verbenero haciendo que la casa sea disfrutona y gozosa, un lugar donde los invitados celebren que est¨¢n contigo, no con otra persona¡±.
Para la interiorista Cristina Carulla, una decoraci¨®n honesta pasa por la consistencia, es decir, evitar sacar del ba¨²l de los recuerdos objetos de aqu¨ª y all¨¢. ¡°Es mejor tener menos cosas y que est¨¦n unificadas que poner velitas y guirnaldas en todas las encimeras de la casa, o lo t¨ªpico de aprovechar cualquier hueco para colocar los calcetines de turno¡±. Su propuesta es centrarse solo en la puerta principal de la vivienda y en el ¨¢rbol de Navidad, y trabajar ambos elementos desde la contenci¨®n.
Por ejemplo, Carulla hace tres a?os que lleva instalando en su puerta una corona con el material original de este adorno, las ramitas de abeto, que ella misma prepara combin¨¢ndolas en los tonos cl¨¢sicos de la Navidad, rojo, verde, dorado y color plata. ¡°Luego suelo ponerle un lazo bien grande con una cinta gruesa que cuelga desde arriba¡±. Para Torrecillas otra opci¨®n muy econ¨®mica consiste en a?adirle a un bodeg¨®n de ramas secas varias l¨¢grimas de l¨¢mparas antiguas como las que venden en los mercadillos en diferentes formas y tama?os: ¡°En el Rastro de Madrid se pueden encontrar por cinco euros¡±.
En cuanto al ¨¢rbol, si los metros cuadrados no abundan una soluci¨®n es optar por los abetos peque?os, que una vez pasados los Reyes se pueden desvestir para que convivan con la decoraci¨®n habitual de la casa, tal y como propone Laura Mart¨ªnez. En la florister¨ªa Dandelion, su due?o Javier Bone-Carbone menciona uno de los ¨¢rboles m¨¢s resolutivos que ha visto en los ¨²ltimos a?os: un abeto pinsapo decorado solo con mazorcas de ma¨ªz, las cuales actuaban de bola mientras que las hojas de cada mazorca funcionaban a modo de lazo. Bone hizo lo mismo en un ¨¢rbol en el que tampoco hab¨ªa bolas sino cabezas de hortensias, y a dos ¨¢rboles que acaba de entregar a clientes suyos, ambos de pl¨¢stico, les ha agregado vegetaci¨®n natural que ir¨¢ sec¨¢ndose poco a poco a lo largo de la Navidad. Uno lo ha resuelto cubierto enteramente de paniculata blanca. Y el otro, de eucalipto, magnolia, boj y madro?o junto con ilex y bayas rosas.
El ¨¢rbol de Carulla tambi¨¦n es de pl¨¢stico, lo compr¨® hace diez a?os en una tienda a las afueras de Barcelona: ¡°Me cost¨® un past¨®n pero es fant¨¢stico, nadie se entera de que no es natural, cuando lo guardo y lo vuelvo a sacar al a?o siguiente est¨¢ perfecto. Hay opciones artificiales en el mercado muy buenas¡±. Lo que la interiorista s¨ª cambia cada diciembre es la forma de vestir el ¨¢rbol, estableciendo siempre un m¨¢ximo de dos colores ¨Cm¨¢s el verde de las ramas¨C con la idea de evitar el batiburrillo visual. ¡°Los adornos los reduzco a luces y bolas, o a bolas con lazos, o a veces juego con la familia de una misma bola, pero no mucho m¨¢s¡±, detalla, dejando claro que el espumill¨®n por su casa no entra. ¡°No estoy demasiado a favor de utilizarlo¡±.
Tampoco Javier Bone le tiene mucho aprecio a esta guirnalda: ¡°Pasados los a?os noventa creo que no tiene cabida, aunque, ojo, un ¨¢rbol todo lleno de espumill¨®n sin ning¨²n otro adorno podr¨ªa hasta gustarme. Puede tener su punto¡±.
?Y qu¨¦ hay de la mesa de Nochebuena? Toni Torrecillas apuesta por vestirla con mantel de tela, nunca de papel: ¡°Hoy en d¨ªa venden unos quitamanchas fant¨¢sticos para el vino tino, porque hay que asumir que el mantel se va a manchar y m¨¢s cuando pretendes que la gente disfrute¡±. La clave est¨¢ en rescatar la manteler¨ªa que uno ya tiene en casa, o ir a cualquier tienda que vendan telas por metro ¨CLaura Mart¨ªnez recomienda las cl¨¢sicas a cuadros vichy rojos y blancos¨C. ¡°Por menos de 25 euros tienes un mantel ad hoc, y adem¨¢s es una opci¨®n sostenible¡±, se?ala el cofundador de La Oficial, que a la vez da un consejo sobre los complementos: ¡°Lo importante es que los invitados se puedan mover con facilidad, as¨ª que no recargues¡±.
Para los centros de mesa sugiere frutas de temporada y flores frescas, igual que Javier Bone: an¨¦monas y hortensias, las dos de invierno, y flor de eucalipto, rodajas de naranja y canela, elementos que secan bien y dejan un olor peculiar. Sobre los cubiertos, de nuevo, nada de d¨¢rselas de lo que uno no es: ¡°Nosotros no somos de esa generaci¨®n que al casarse les regalaban un mueble de madera noble enorme con una cuberter¨ªa buena en la cajonera, somos de esa otra que nos hemos comprado en un viaje tres cubiertos sueltos¡±, dice Torrecillas, ¡°y otros tres en otro sitio¡±. Su soluci¨®n: ¡°Yo lo resolver¨ªa con los cubiertos que utilizas todos los d¨ªas para comer, sabiendo que hay un cuchillo para el pescado y otro para la carne. Y si tienes un set de cucharillas que un d¨ªa viste en un rastro, s¨¢calo. Es tu casa, son tus vivencias. Eso te dar¨¢ un punto de proximidad con tu gente¡±.
En cuanto a la vajilla ¨¦l subraya lo siguiente: ¡°Hay una serie de artesan¨ªa nacional, como la cer¨¢mica costera de N¨ªjar (Almer¨ªa) o la de Fajalauza (Granada), que en Par¨ªs es lo m¨¢s. Incluir en la mesa alg¨²n elemento de este tipo, tan nuestro, har¨¢ que el escenario sea informal y los invitados se sientan a¨²n m¨¢s relajados¡±.
En relaci¨®n a las luces en el balc¨®n, hay discrepancia. Javier Bone no se imagina una Navidad sin ellas: ¡°Ahora bien, siempre blancas y con un blanco un poquito c¨¢lido¡±. Cristina Carulla no lo ve, ni mucho menos las luces intermitentes o las que dibujan el perfil de un reno. ¡°Una cosa es que quieras ponerlas en la puerta de casa donde recibes a tu gente, pero de ah¨ª a generar contaminaci¨®n lum¨ªnica porque sientas que todo aquel que pasa por la calle le apetecer¨¢ ver tu tem¨¢tica navide?a, pues no. Si tienes un balc¨®n, pon un par de poinsettias (la flor de Pascua) y ya est¨¢¡±. ?Hay alguna soluci¨®n inteligente que la interiorista, durante estas fechas, haya visto en hoteles o casas de amigos? ¡°El tema de la decoraci¨®n de Navidad es que es bastante sota, caballo, rey. Tampoco puedes estirar mucho el chicle¡ hacia hacerlo mejor. Hacia peor s¨ª, porque es un pozo sin fondo. Ah¨ª no hay frenos que valgan¡±.
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