De ¡®Outlander¡¯ a Gaultier: ?ha llegado el momento de la falda para hombre?
Ahora que el mundo est¨¢ de acuerdo en que un hombre con falda es sexy y que ocupan las pasarelas y las series de televisi¨®n, no deber¨ªan quedar razones para que esta prenda no se generalice. Hablamos con sus defensores
Estamos en 2021 y un hombre con falda sigue siendo noticia. El pasado febrero, las faldas plisadas hasta la altura de la rodilla de la colecci¨®n para hombre de Burberry volvieron a reunir en los titulares estas dos palabras que, por alg¨²n motivo, siguen generando un estremecimiento de emoci¨®n en los ex¨¦getas de la indumentaria. Otro ejemplo: el actor Billy Porter recorriendo las alfombras rojas de 2019 con faldas que hubieran hecho tropezar a la mism¨ªsima Sissi, en un gesto de reivindicaci¨®n queer que le permiti¨® abrir infinitas fotogaler¨ªas.
Estas dos an¨¦cdotas podr¨ªan indicar que un hombre con falda es siempre una declaraci¨®n de intenciones. Pero, para desmentirlo, ah¨ª est¨¢ el origen de todo, el kilt escoc¨¦s, esa falda plisada a cuadros que han llevado Carlos de Inglaterra, Guy Ritchie de tiros largos o Mel Gibson en Braveheart. Y, para complicarlo un poco m¨¢s, Jean Paul Gaultier, que desde los a?os ochenta ha proclamado una variedad de cortes, usos y patrones que permite transformar esta prenda viril en un artilugio punk capaz de transgredir la frontera del g¨¦nero. O Men in Kilts (Movistar Series), una serie de no ficci¨®n estrenada el 9 de abril que recorre a modo de roadtrip los lugares y tradiciones del coraz¨®n de Escocia de la mano de los dos protagonistas m¨¢s carism¨¢ticos de Outlander: Sam Heughan (Jamie) y Graham McTavish (que interpret¨® en la serie al t¨ªo de Jamie, Dougal MacKenzie).
Las cosas podr¨ªan ser menos complicadas. ¡°La falda, hist¨®ricamente, es la base de la indumentaria: un trozo de tela enrollado en la cintura¡±, explica el dise?ador ?ngel Vilda. El fundador de la firma barcelonesa Brain&Beast lleva a?os reivindicando la falda como prenda masculina, y cuenta que muchos clientes acuden a ¨¦l en busca de versiones de la llamada utility kilt, ¡°una falda que visten los carpinteros escoceses, que se confecciona en tejido vaquero y que muchos hombres piden, porque no se ven feminizados¡±. Xavi Garc¨ªa, cofundador de la marca 44Studio, coincide en que el g¨¦nero no est¨¢ en la prenda en s¨ª, sino en la silueta: ¡°El patr¨®n de la falda para hombre es diferente, es m¨¢s recto y recuerda a la falda de tablas. Todo depende de c¨®mo se lleve y con qu¨¦ se combine¡±. Por eso, explica, es m¨¢s f¨¢cil convencer a clientes reticentes con dise?os h¨ªbridos, como bermudas con una pieza delantera o pantalones anchos. Si lo llamas pareo, deja de dar miedo.
Claro que, a veces, la intenci¨®n es justo la contraria. ¡°Hoy la falda tiene este punto tocapelotas que me encanta, porque sacude los cimientos de la masculinidad rancia¡±, reivindica Vilda. ¡°Para un hombre, es como un bolso de cadena. Por ejemplo, un hombre con falda tubo me parece lo m¨¢s disidente y hardcore. Una falda tubo ci?e las caderas, nos hace caminar de una forma determinada, acortando el paso. Pero eso es lo que me gusta. Hay dise?adores que buscan la belleza, y a m¨ª lo que me interesa es cuestionar los est¨¢ndares y los paradigmas¡±. En lo que coinciden todos los interpelados es en que este debate est¨¢ lejos de resolverse. M¨¢s bien parece que la falda, como avanzadilla de la revoluci¨®n unisex, regresa c¨ªclicamente para invitarnos a mirar nuestro armario ¨Cy nuestro cuerpo¨C desde otro punto de vista. Ya lo dijo Miguel Adrover: la mitad de los hombres del mundo llevan falda desde siempre. Tal vez por eso este debate sigue siendo tan entretenido.
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