Oro, acero, palmeras y meteoritos: as¨ª es lo nuevo de Rolex

La feria telem¨¢tica Watches & Wonders se ha convertido en el epicentro del universo relojero en un a?o en que las presentaciones tradicionales ¨Clos salones de toda la vida¨C siguen ausentes. Y Rolex ha aprovechado la ocasi¨®n para presentar globalmente una selecci¨®n de modelos que presumen de m¨²sculo, artesan¨ªa, historia y sana excentricidad.

El protagonismo es para los Explorer, esos relojes que la marca somete a un gimnasio brutal para asegurarse de que aguantan las pruebas aventureras m¨¢s duras. Aqu¨ª aparece el Oyster Perpetual Explorer, que retoma los 36 mm de su versi¨®n original, surgida en 1953, y que arroja una pregunta:?estamos entrando en una era de cajas m¨¢s peque?as? El padre de este reloj fue el que Rolex fabric¨® para que Sir Edmund Hillary y Tenzing Norgay conquistaran la cima del Everest. La nueva generaci¨®n de este mito mezcla la aleaci¨®n Rolesor (con oro de 18 kilates) en el bisel y correa con una esfera negra. El resultado es una composici¨®n repleta de elegancia, se?or¨ªo, buena presencia y precisi¨®n. En sus entra?as golpea con fuerza el calibre aut¨®matico 3230, creado el pasado a?o con tecnolog¨ªas exigentes ¨Cpor ejemplo, de espectro antimagn¨¦tico¨C que garantizan fiabilidad y resistencia a los golpes. Por supuesto, en oro y acero, una combinaci¨®n que lleva a?os acaparando la atenci¨®n de los aficionados.

Pero vamos ahora al Oyster Perpetual Explorer II. Su esfera lacada en blanco destaca por su acabado mate, los marcadores de hora, cuyo revestimiento negro se aplica mediante PVD (Physical Vapour Deposition), y las agujas de las horas, minutos y segundos lacadas en negro. La manecilla de 24 horas conserva su caracter¨ªstico tono naranja, que es el mismo color de la inscripci¨®n Explorer II que aparece en la esfera desde 2011. El primer Explorer II naci¨® en 1971, destinado a aquellos aventureros que se mov¨ªan en condiciones extremas, regiones polares y otros espacios al l¨ªmite. Este modelo, con un segundo huso horario, puede ejercer tambi¨¦n de br¨²jula, zambullirse hasta 100 metros de profundidad y mantener sus 42 mm de di¨¢metro sin heridas. Robustez a prueba de balas.

Como toda gran manufactura, a Rolex tambi¨¦n le gusta dar a conocer su sabidur¨ªa, esas filigranas artesanas que solo los grandes maestros relojeros con pulso de hierro saben llevar a cabo. La nueva colecci¨®n Datejust 36 (atenci¨®n, de nuevo, al di¨¢metro) incluye cuatro esferas con distintas artes que merecen una oportunidad. Est¨¢n orientados al p¨²blico masculino, pero no exclusivamente.

Son cuatro nuevas versiones de su Oyster Perpetual Datejust 36 con nuevos motivos de esfera en forma de ¡°palmera¡± y ¡°acanalado¡±. El motivo de la palma evoca bosques tropicales exuberantes y vibrantes, mientras que el motivo estriado muestra un patr¨®n procedente de una gama de biseles Rolex, y que se ha convertido en uno de los sellos est¨¦ticos de la marca.

Tres de los nuevos relojes evocan la imagen de la palmera. En el primero, en Oystersteel y equipado con una pulsera Oyster, el patr¨®n est¨¢ presente en una esfera verde oliva. Tambi¨¦n decora la esfera dorada del segundo reloj, una versi¨®n Rolesor amarilla (que combina Oystersteel y oro amarillo de 18 quilates) equipada con un brazalete Oyster, y la esfera plateada del tercer reloj, una versi¨®n Everose Rolesor (que combina Oystersteel y Everose de 18 quilates). El estriado se encuentra en la esfera dorada, otra visi¨®n amarilla de Rolesor. Por supuesto, con movimientos autom¨¢ticos. Por si alguien no lo supiera, el Datejust de Rolex es el arquetipo del reloj cl¨¢sico gracias a una combinaci¨®n casi eterna de funcionalidad y est¨¦tica. Lanzado en 1945, fue el primer reloj de pulsera cron¨®metro impermeable de cuerda autom¨¢tica que mostraba la fecha en una ventana a las 3 en punto en la esfera, y consolid¨® las principales innovaciones que la marca hab¨ªa aportado al reloj de pulsera moderno hasta entonces.

El ¨²ltimo modelo masculino que se ha puesto de gala esta temporada de lanzamientos es el Cosmograph Daytona. Como su nombre y apellidos muestran, es un cron¨®grafo autom¨¢tico musculoso, potente, nervioso, pero con esa tranquilidad tan Rolex. En dos palabras: velocidad y conducci¨®n. Su primera visita al mundo tuvo lugar en 1963 y fue dise?ado y perfeccionado por pilotos profesionales de las cuatro ruedas. Equipado con un bisel taquim¨¦trico y un movimiento mec¨¢nico de alto rendimiento completamente desarrollado y fabricado por Rolex, este legendario cron¨®grafo es el instrumento de elecci¨®n para medir intervalos de tiempo y determinar velocidades medias.

Sin embargo, lo m¨¢s interesante de este modelo es otra cosa. Con sus or¨ªgenes en los confines del sistema solar, el material que adorna la esfera de estos nuevos relojes Cosmograph Daytona, un meteorito met¨¢lico, proviene de un asteroide que explot¨® hace millones de a?os. En su viaje entre planetas, fragmentos de este material extraterrestre natural, compuesto principalmente de hierro y n¨ªquel, se enfr¨ªan unos pocos grados Celsius cada mill¨®n de a?os, creando una cristalizaci¨®n ¨²nica y distintiva dentro del material que es imposible de recrear en la Tierra. El meteorito met¨¢lico es raro y dif¨ªcil de trabajar, pero una vez que se corta en secciones delgadas y se le aplica un tratamiento qu¨ªmico, se revela el prodigio de su estructura interna entretejida. Estas fascinantes y variadas formaciones se conocen como patrones de Widmanst?tten. Conclusi¨®n: cada reloj (cada esfera) es ¨²nico.

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