Tres curiosas tradiciones televisivas de Nochevieja alrededor del mundo
Alemania y Escandinavia r¨ªen con humor ingl¨¦s de los sesenta. Los japoneses ven un concurso de canto y los rusos vuelven a?o tras a?o a un telefilme sovi¨¦tico. Porque no todo es ver campanadas
Algunos pa¨ªses han hecho de ver algo concreto en televisi¨®n durante la Nochevieja un ritual. El atractivo de estas tradiciones puede parecer un tanto dif¨ªcil de entender si se ajeno a ellas, pero las costumbres espa?olas de tragar una docena de uvas o ponerse ropa interior roja tampoco es que tengan una explicaci¨®n l¨®gica por detr¨¢s.
Alemania y Escandinavia: ver el mismo sketch desde 1962
Dinner for One (Cena para uno) es un segmento humor¨ªstico protagonizado por Mary Warden y Freddie Finton, grabado por la televisi¨®n alemana en 1962. A pesar de estar en ingl¨¦s (Warden y Finton eran brit¨¢nicos) y que han pasado seis d¨¦cadas desde su emisi¨®n original, el sketch se ha convertido en un ritual de Nochevieja en pa¨ªses como Alemania, Austria, Suiza, parte de las naciones b¨¢lticas y toda Escandinavia.
Christopher Lundell-Ek es un estudiante de psicolog¨ªa sueco de 32 a?os que vive en Malm?, cerca de la frontera con Dinamarca. ?l afirma a ICON que uno de sus primeros recuerdos era re¨ªrse viendo Dinner for One con sus abuelos. ¡°Cuando era ni?o, verlo en Nochevieja era tan importante como los fuegos artificiales¡±, recuerda con nostalgia. El estudiante indica que el segmento se ha emitido en Suecia desde 1969, con la ¨²nica excepci¨®n de 2004 por respeto a los fallecidos del maremoto en el Oc¨¦ano ?ndico.
El argumento de Dinner for One es bastante sencillo: Miss Sophie, encarnada por Warden, es una se?ora de clase alta que celebra su nonag¨¦simo cumplea?os en una mesa vac¨ªa, atendida por James (Finton), su fiel mayordomo. A lo largo de la cena de tres platos se deduce que los amigos de Miss Sophie ya no est¨¢n con nosotros y James le sigue la corriente, ocupando sus sitios y brindando (y bebiendo) como si fueran los invitados ausentes.
Cada paso de la cena es puntualizado por una pregunta del sirviente: ¡°?La misma operaci¨®n que el a?o pasado?¡± A lo que su se?ora siempre repite de manera positiva. Al final de la velada ¡ªy de varios tropezones de un James ebrio como una cuba con una alfombra de tigre¡ª Miss Sophie sube a su alcoba de brazo del mayordomo a continuar con la misma operaci¨®n del a?o pasado¡
¡°La frase ¡®?La misma operaci¨®n que el a?o pasado?¡¯ como pregunta y respuesta encapsulan el sketch y la tradici¨®n que le rodea¡±, opina Lundell-EK, quien opina que su trama sencilla y su humor ligero y f¨¢cil de seguir, adem¨¢s de las pocas alternativas para ver en televisi¨®n en aquella ¨¦poca, ayudaron que Dinner for One se convirtiera en un cl¨¢sico de la televisi¨®n internacional.
El segmento solo dura 18 minutos y ni siquiera tiene tem¨¢tica navide?a. Tampoco es famoso en su pa¨ªs de origen, d¨®nde Warden y Finton lo interpretaban en revistas musicales de pueblos tur¨ªsticos de la cosa inglesa. En uno de ellos fueron vistos por un productor del canal de televisi¨®n hamburgu¨¦s NDR que les contrat¨® para filmarlo.
Se han hecho reportajes y documentales sobre el fen¨®meno, tambi¨¦n gui?os en la cultura popular y parodias como una en que Miss Sophie es Angela Merkel y el mayordomo es Nicolas Sarkozy en plena crisis de 2008. Hasta Netflix en alem¨¢n hizo un remake un tanto cutre, en donde entre los invitados ausentes est¨¢n Frank Underwood, Saul Goodman y Crazy Eyes de Orange is The New Black.
Lundell-Ek, quien trabaja en un centro social para j¨®venes, admite que la televisi¨®n no es tan monol¨ªtica y relevante para las generaciones m¨¢s nuevas, lo que hace que la costumbre de ver Dinner for One se limite cada vez m¨¢s a gente de cierta edad. ¡°Las tradiciones siempre han sido fundamentales para los seres humanos¡±, puntualiza el sueco. ¡°Espero que se mantenga por muchos a?os m¨¢s¡±.
Rusia: aquel viejo telefilme sovi¨¦tico
La Nochevieja tiene una curiosa importancia en Rusia y muchos pa¨ªses de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica. Maria Vinogradova, profesora auxiliar del Instituto Pratt de Nueva York, comenta el porqu¨¦ a ICON. ¡°El gobierno comunista, en su intento de erradicar la influencia de la iglesia en la sociedad, prohibi¨® todas las fiestas religiosas y las costumbres laicas navide?as fueron transferidas al A?o Nuevo¡±, relata la acad¨¦mica. Entre el ¨¢rbol de a?o nuevo y la entrega de regalos del Abuelo del Fr¨ªo el 31 de diciembre, surgi¨® una comedia rom¨¢ntica al estilo de Love, Actually pero con Leningrado ¡ªactual San Petersburgo¡ª en vez de Londres y con unos amigos emborrach¨¢ndose en una sauna tradicional rusa como el detonante de la historia.
La iron¨ªa del destino, o ?Goce de su ba?o! es un telefilme sovi¨¦tico de 1975 que todav¨ªa goza de popularidad en las fechas decembrinas dentro de los pa¨ªses que formaron parte de la URSS. El periodista ruso Stepan Kravchenko explica a ICON desde Mosc¨² el atractivo de la pel¨ªcula. ¡°Trata temas cercanos al coraz¨®n ruso: el alcohol como compa?ero catalizador del cambio y la imagen de una mujer de voluntad fuerte, en las ant¨ªpoda del caos masculino¡±, resume Kravchenko.
El telefilme tiene una duraci¨®n de m¨¢s de tres horas y comienza con Zhenya, interpretado por Andrei Myagkov, abordando por accidente un avi¨®n de Mosc¨² a Leningrado en plena borrachera. El protagonista se monta en un taxi, da su direcci¨®n y, gracias a la uniformidad del urbanismo y la arquitectura sovi¨¦tica, ambas ciudades tienen la misma calle, con el mismo bloque de apartamentos, la misma cerradura y casi los mismos muebles. As¨ª es c¨®mo Zhenya conoce a Nadya (Barbara Brylska), la residente del piso, quien lo descubre durmiendo en su cama. Una serie de enredos y disputas con sus respectivas parejas hace que ambos terminen juntos y enamorados en A?o Nuevo.
¡°A los rusos les encanta esta historia porque les permite vivir en la utop¨ªa anal¨®gica de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en un ambiente cordial, hogare?o e indulgente a la imperfecci¨®n. Un mundo muy contrario a la realidad¡±, opina el periodista, quien a?ade que La iron¨ªa del destino suele estar puesta en la televisi¨®n cuando celebra el A?o Nuevo en casa de sus padres. ¡°Esta pel¨ªcula sigue siendo el n¨²mero uno para muchos rusos¡±.
Vinogradova se muestra de acuerdo con Kravchenko. ¡°La nostalgia por el pasado sovi¨¦tico tambi¨¦n es parte de la experiencia de los televidentes contempor¨¢neos en Rusia¡±, escribe la acad¨¦mica. ¡°Las dificultades econ¨®micas y las desigualdades sociales sociales nacidas justo despu¨¦s de la URSS hicieron que muchos extra?asen un pasado que parec¨ªa m¨¢s c¨¢lido y sencillo. Los problemas de los protagonistas parecen m¨¢s humanos en comparaci¨®n a los retos actuales¡±.
El entusiasmo por el telefilme gener¨® La iron¨ªa del destino 2 en 2007, en que los hijos de los protagonistas de la original repiten la misma trama. La continuaci¨®n, indica Vinogradova, se volvi¨® uno de los grandes ¨¦xitos de taquilla en la Rusia contempor¨¢nea: 50 millones de d¨®lares (unos 44 millones de euros) de un presupuesto de cinco millones. ¡°La secuela fue realizada cuando cualquier adulto ruso a¨²n pose¨ªa recuerdos propios de la URSS y se enfoca en la continuidad entre estas dos sociedades y las tradiciones que perduran a pesar de los cambios¡±, se?ala la acad¨¦mica
Sin embargo, Kravchenko pone en duda que La iron¨ªa del destino sobreviva al paso del tiempo. ¡°Creo que la popularidad de la pel¨ªcula caer¨¢ cuando desaparezcan las generaciones que se identifican como sovi¨¦ticas, que todav¨ªa mantienen un impacto cultural tangible¡±, concluye el periodista.
Jap¨®n: el ¨²nico concurso musical de la televisi¨®n con m¨¢s a?os que Eurovisi¨®n
¡°El D¨ªa de A?o Nuevo en Jap¨®n es a nivel espiritual y cultural el m¨¢s importante del a?o y por extensi¨®n, tambi¨¦n lo es Nochevieja¡±, explica a ICON la artista pl¨¢stica japonesa Kanako Noda. ¡°No hacemos grandes fiestas o eventos especiales. Nos quedamos en casa y nos relajamos o, mejor dicho, estamos ocupados prepar¨¢ndonos para el D¨ªa de A?o Nuevo. Ver Kohaku en la televisi¨®n es parte de ese ritual anual¡±, comenta por tel¨¦fono.
Noda vive en Montreal, Canad¨¢, desde hace varios a?os pero recuerda bien Kohaku Uta Gassen (La batalla de las canciones rojas y blancas), un concurso de canto emitido cada 31 de diciembre por el canal p¨²blico japon¨¦s NHK. La artista lo describe como toda una instituci¨®n en la naci¨®n asi¨¢tica. ¡°Mi familia y yo no ¨¦ramos muy aficionados al programa, pero a¨²n as¨ª lo ve¨ªamos todos los a?os. Cuando veo la palabra ¡®Kohaku¡¯ o escucho a la gente hablar del programa, pienso que ya se acerca el final del a?o¡±, rememora la artista por tel¨¦fono.
En principio, no pareciera tan diferente que otros concursos de telerrealidad: Un equipo rojo (de mujeres) y uno blanco (de hombres), ambos conformados por una veintena de m¨²sicos, compiten mientras los espectadores votan desde el estudio o desde sus hogares a los diferentes espect¨¢culos que se presentan a lo largo de cuatro horas. Un poco antes de la medianoche, el equipo ganador es revelado. Ambos equipos despiden el a?o con una canci¨®n.
La participaci¨®n del programa es un asunto bastante exclusivo. Solo lo mejor y m¨¢s exitoso de la industria musical japonesa es invitado a Kohaku. Noda describe que el repertorio de la competencia musical mezcla lo m¨¢s tradicional con las modas m¨¢s recientes: ¡°Cuando los m¨²sicos se hacen famosos y son invitados a participar en el programa, significa que se han convertido en referentes y figuras populares de la sociedad japonesa¡±. Una versi¨®n espa?ola, por ejemplo, podr¨ªa tener a C. Tangana y Raphael contra Isabel Pantoja y ARCA.
Otra cosa que distingue esta competencia musical es su pasado. Kohaku comenz¨® en la radio en 1951 y desde 1954 se ha emitido en televisi¨®n de forma ininterrumpida. El Libro Guinness de los records le otorg¨® en 2017, durante su edici¨®n 65, el t¨ªtulo de La Competencia Musical M¨¢s Longeva de la Televisi¨®n a Nivel Nacional. El Festival de la Canci¨®n de Eurovisi¨®n, iniciado en 1956 e interrumpido en 2020 debido a la Covid-19, posee el mismo t¨ªtulo pero a nivel internacional. Paul Simon, Cyndi Lauper y Sarah Brightman, entre otros, son de los pocos artistas occidentales que han cantando en el programa de Nochevieja de NHK, que en siete d¨¦cadas de historia apenas a cambiado su formato.
¡°Nunca he sido aficionada a Kohaku porque no me gusta la m¨²sica enka, que siempre es parte del programa¡±, indica Noda. La artista se refiere a un g¨¦nero musical nip¨®n de influencia occidental, parecido a la balada y que goz¨® de gran popularidad en el Jap¨®n de posguerra. ¡°Aunque creo que eso forma parte de uno de los elementos propios de Kohaku: No solo es sobre los j¨®venes y la m¨²sica de moda, sino tambi¨¦n de la m¨²sica de generaciones anteriores¡±.
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