La en¨¦sima resurrecci¨®n de Drew Barrymore: as¨ª se convirti¨® en la reina de las entrevistas confesionales
La actriz que fue ni?a prodigio, adolescente adicta, reina de la comedia y productora de ¨¦xito se ha reconvertido, poco a poco, en la cara visible de una nueva manera amable y compasiva de hacer televisi¨®n en Estados Unidos
Hace unas semanas, Jennifer Aniston y Adam Sandler visitaron The Drew Barrymore Show para lo que deber¨ªa haber sido una entrevista rutinaria dentro de la promoci¨®n de Misterio a la vista, su nueva pel¨ªcula juntos. As¨ª era hasta que la presentadora comenz¨® a dar s¨ªntomas de nerviosismo y revel¨® a sus invitados: ¡°Tengo mucho calor. Creo que estoy teniendo uno de los primeros sofocos de la premenopausia¡±. El clip, que se hizo viral inmediatamente, recibi¨® halagos por la ...
Hace unas semanas, Jennifer Aniston y Adam Sandler visitaron The Drew Barrymore Show para lo que deber¨ªa haber sido una entrevista rutinaria dentro de la promoci¨®n de Misterio a la vista, su nueva pel¨ªcula juntos. As¨ª era hasta que la presentadora comenz¨® a dar s¨ªntomas de nerviosismo y revel¨® a sus invitados: ¡°Tengo mucho calor. Creo que estoy teniendo uno de los primeros sofocos de la premenopausia¡±. El clip, que se hizo viral inmediatamente, recibi¨® halagos por la normalizaci¨®n que la actriz hizo de la menopausia, aunque tambi¨¦n provoc¨® una cierta sensaci¨®n de nostalgia: a los que la siguen viendo como la ni?a de E.T. les constern¨® descubrir que, tempus fugit, el tiempo pasa para todos.
A los seguidores del programa, que va por su tercera temporada en CBS, no les sorprendi¨® que Barrymore exteriorizarse un acontecimiento tan ¨ªntimo; que en lugar de intentar disimularlo agarrase las manos de sus invitados y les hiciese part¨ªcipes de ese momento (a ellos y a los m¨¢s de un mill¨®n de espectadores que la siguen a diario). Sus gestos espont¨¢neos son habituales: a veces la actriz se descalza y se hace un ovillo en el sof¨¢, se sienta en el suelo frente a su invitado como si estuviesen en un campamento de verano, o se tumba en el suelo para ser psicoanalizada por George Clooney.
Si hay una palabra que se repite a la hora de hablar de su show es t¨¢ctil. Tambi¨¦n infantil. Algunas actitudes de Barrymore han sido objeto de burla: momentos como su entusiasta baile bajo la lluvia, como si fuese la primera vez que asist¨ªa al fen¨®meno atmosf¨¦rico, provocaron risas maliciosas y una descacharrante parodia por parte de la c¨®mica del Saturday Night Live Chloe Fineman. Pero tambi¨¦n arrojan la sensaci¨®n de que si alguien tiene derecho a recuperar su infancia es alguien que no la ha tenido. ¡°Nadie est¨¢ sanando a su ni?a interior con mayor intensidad que Drew Barrymore¡±, tuite¨® al respecto la escritora Ashley C. Ford. A los once meses Barrymore se situ¨® por primera vez frente a las c¨¢maras, a los siete era a?os era una estrella intencional y a los trece estaba recluida en una instituci¨®n mental tras un intento de suicidio.
Y al s¨¦ptimo d¨ªa...
De todas las resurrecciones de la actriz, la de estrella de los talk show de buenos sentimientos era la m¨¢s improbable. Pero hay algo obvio en esa evoluci¨®n. Haber conocido la textura del lodo la ha ayudado a extraer lo m¨¢s ¨ªntimo de sus invitados, muchos de ellos con vivencias an¨¢logas a la suya, como Jason Ritter, hijo de John Ritter, que comparti¨® con ella sus problemas de alcoholismo y confes¨® c¨®mo afectaron a su relaci¨®n con su mujer, la estrella de Yellowjackets Melanie Lynskey, y su temor a no ser lo suficientemente bueno para ella.
Al contrario de lo que suele ser habitual en este tipo de formatos, Barrymore no intent¨® que fuese m¨¢s lacrim¨®geno de lo que ya era. Orgullosa, cont¨® que ella misma llevaba casi cuatro a?os sin emborracharse, algo que sol¨ªa hacer habitualmente tras divorciarse en 2016 de su tercer marido: ¡°No estoy en rehabilitaci¨®n, pero el alcohol es mi veneno¡±. En todo momento la actriz emana ternura, fragilidad y una absoluta falta de impostura. Los espectadores conf¨ªan en ella porque la han visto crecer, las celebridades porque saben que es una di noi y la cr¨ªtica se divide ante un espect¨¢culo que considera inclasificable. ¡°The Drew Barrymore Show es demasiado ca¨®tico y desestabilizador para ser impostado. El abierto sentimentalismo del programa y las abundantes l¨¢grimas derramadas se ven contrarrestadas por su toque de torpeza imprevista¡±, escribi¨® Rachel Syme en The New Yorker. ¡°No est¨¢ revisitando su pasado, sino arrastr¨¢ndolo como una atadura llena de lecciones que esperan ser descubiertas. Si su espontaneidad es una actuaci¨®n, entonces es la mejor interpretaci¨®n de su vida.¡±
En Barrymore hay todav¨ªa mucha de la inocencia de la ni?a que pidi¨® una bufanda para abrigar a E.T. porque crey¨® que era real, tal como revel¨® en el programa su madre en la pel¨ªcula, Dee Wallace. ¡°Te encontramos hablando con E.T. y avisamos a Steven, que a partir de ese momento encarg¨® a dos tipos que mantuviesen a E.T. vivo para ti¡±. Spielberg fue una especie de padre para ella. Para sorprenderla por su 46 a?os, los productores del programa realizaron una videollamada con el director. ¡°Todav¨ªa me preocupo por ti. Siempre me he preocupado por ti desde la primera vez que ese peque?o hurac¨¢n rubio entr¨® en una audici¨®n en mi oficina y luego enamor¨® al mundo entero¡±, confes¨® Spielberg a una emocionada Barrymore. Y revel¨® una an¨¦cdota que explica su relaci¨®n. Cuando en 1995 apareci¨® desnuda en Playboy le envi¨® un montaje con un texto que dec¨ªa: ¡°C¨²brete¡±. ¡°Hice que un artista viniera e hiciera ropa con recortes de mu?ecas de papel que pegu¨¦ encima de todas sus fotograf¨ªas desnuda y se la envi¨¦ a Drew. Una semana despu¨¦s, me respondi¨® con algo que parec¨ªa una disculpa, tres fotograf¨ªas en las que aparec¨ªa disfrazada de monja en las que se pod¨ªa leer: ¡®Lo siento¡¯, ¡®He visto la luz¡¯ y ¡®Estoy en camino¡±. Acto seguido, mostr¨® a c¨¢mara que a¨²n tiene esas tres im¨¢genes enmarcadas y colgadas en su casa.
La realeza de la pantalla
E.T. la convirti¨® en una celebridad cuando apenas ten¨ªa siete a?os, pero en su haber ya hab¨ªa veinte anuncios publicitarios y un par de pel¨ªculas. No era una anomal¨ªa en su familia. Si hablamos de la realeza de Hollywood, los Barrymore ser¨ªan el equivalente a los Windsor. El apellido de la saga se remonta al siglo XIX en Inglaterra. Su abuelo, John Barrymore, fue una leyenda del Hollywood cl¨¢sico, al igual que sus t¨ªos Ethel y Lionel. Menos reconocido es su padre, un actor de carrera nada destacable sumido en el alcohol y las drogas que abandon¨® el hogar antes de su nacimiento y con quien apenas tuvo contacto. Su madre, la actriz de origen h¨²ngaro Jaid Barrymore, la cri¨® sola, pero m¨¢s que de progenitora ejerci¨® de representante y compa?era de farra. ¡°Yo ten¨ªa madre, pero ella actuaba m¨¢s bien como una mejor amiga. Me dec¨ªa: ¡®?Quieres ir a la escuela y que te hagan la vida imposible o venir conmigo a Studio 54?¡±.
Con 9 a?os beb¨ªa, con 12 esnifaba coca¨ªna. Nunca ha tratado de dulcificar su vida. Durante una pelea, seg¨²n cont¨® en su autobiograf¨ªa Little Girl Lost, su madre la llam¨® ¡°perdedora¡±, ¡°gilipollas¡± y ¡°perra¡± y Drew la abofete¨®. A los 13 a?os y despu¨¦s de un intento de suicidio, su madre la envi¨® a un centro de rehabilitaci¨®n. Lo abandon¨® dos meses despu¨¦s en contra del consejo m¨¦dico, rob¨® la tarjeta de cr¨¦dito de su madre y se dio un atrac¨®n de coca¨ªna antes de que Jaid contratara seguridad privada para que la localizasen y la llevasen de vuelta a la cl¨ªnica. A los 15 a?os se emancip¨® legalmente. Su carrera estaba acabada y se ganaba la vida sirviendo copas y participando en pel¨ªculas de serie Z.
Cuando parec¨ªa condenada a ser el en¨¦simo juguete roto de Hollywood, sin embargo, su carrera volvi¨® a coger vuelo e inesperadamente se convirti¨® en estrella de comedia rom¨¢ntica encadenando ¨¦xitos como Por siempre jam¨¢s, El chico ideal y Nunca me han besado, todas peque?os cl¨¢sicos de finales de los noventa. Consciente de lo r¨¢pido que sucede todo, mont¨® una productora y tuvo el acierto de sacar adelante la exitos¨ªsima versi¨®n cinematogr¨¢fica de Los ?ngeles de Charlie (2000).
Barrymore transita ahora por un camino trillado antes por nombres legendarios: la ic¨®nica Oprah, figura suprasegmental que pas¨® de la miseria a reinar en las ma?anas y sonar como candidata a la presidencia de los Estados Unidos, o Ellen DeGeneres, que tras 19 a?os de ¨¦xito y 30 premios Emmy vio como su programa desaparec¨ªa tras las denuncias de clima t¨®xico laboral, racismo y acoso realizadas por trabajadores del programa.
El programa de Drew Barrymore emiti¨® su primer programa durante la pandemia y se revel¨® como un b¨¢lsamo en tiempos en los que el cinismo no cotizaba. No estuvo exento de cr¨ªticas, pero en su tercera temporada parece plenamente consolidado y nos ha dejado un buen pu?ado de momentos tan emotivos como virales. Cuando el actor y cantante Jordan Fiscer le revel¨® su trastorno alimenticio, Barrymore se arrodill¨® ante ¨¦l y se fundieron en un abrazo. Una entrevista tan sincera como la que mantuvo con Brooke Shields, con quien comparti¨® recuerdos sobre crecer ante las c¨¢maras, renunciar a la infancia, lo que verdaderamente significa ¡°malas madres¡± y sobrevivir en un mundo de adultos siendo ni?as.
La actriz y activista transg¨¦nero Dylan Mulvaney, diana de las cr¨ªticas de las feministas transexcluyentes por sus campa?as publicitarias para BudLight y Nike, tambi¨¦n pas¨® por el sof¨¢ de Barrymore. Mientras hablaban de sus infancias tr¨¢gicas, la actriz se arrodill¨® ante la influencer, un gesto marca de la casa que le ocasion¨® ataques furibundos. ¡°Las mujeres ahora se est¨¢n poniendo de rodillas para mostrar solidaridad con un hombre que ha vivido como mujer durante menos de un a?o. Verdaderamente el truco m¨¢s astuto del patriarcado¡±, escribi¨® Greg Price, director de comunicaciones del ultraderechista Freedom Caucus.
La capacidad para abrirse de Barrymore parece ser infinita. No duda en revelar (y mostrar) que usa ¡°bragas de abuela¡± o hablar de su falta de sexo. Cuando Andrew Garfield revel¨® que durante el rodaje de Silencio hab¨ªa mantenido seis meses de abstinencia sexual, la convicci¨®n con la que la actriz declar¨® que medio a?o no le parec¨ªa una gran marca llev¨® a que d¨ªas despu¨¦s una mujer que se encontrase en el gimnasio le espetase: ¡°Te pareces a Drew Barrymore, excepto porque parece que est¨¢s bien de la cabeza y adem¨¢s... ?ella odia el sexo!¡±.
La actriz quiso puntualizar su postura y escribi¨® un texto en su blog el que explicaba por qu¨¦ no ha mantenido relaciones sexuales en los ¨²ltimos a?os. ¡°Estoy segura de que hubo un momento en mi vida en el que seis meses me parecieron una barbaridad, pero ahora estoy en el otro lado. A mis casi 48 a?os tengo sentimientos muy distintos sobre la intimidad a los que ten¨ªa antes. No tuve padres que me sirvieran de modelo y me relacion¨¦ con la gente de forma adulta desde una edad muy temprana. Buscaba compa?¨ªa, validaci¨®n, emoci¨®n, placer, hedonismo, diversi¨®n. ?Y aventuras! Ahora, como no puedo entrar en una m¨¢quina del tiempo y cambiar mi historia, ?elijo mirar a trav¨¦s de una lente positiva, que es que sobreviv¨ª!¡±.
Barrymore ha estado casada tres veces: a los diecinueve a?os y durante tan s¨®lo 39 d¨ªas con Jeremy Thomas, due?o de un bar en Los ?ngeles; algo m¨¢s, 163 d¨ªas, dur¨® su matrimonio con el c¨®mico Tom Green. Con su ¨²ltimo marido, Will Kopelman, con quien tiene dos hijas, estuvo casada durante cuatro a?os y la ruptura la llev¨® a tocar fondo, algo de lo que, por supuesto, ha hablado abiertamente en su programa. ¡°Realmente me tom¨¦ muy mal el divorcio¡± afirm¨®. Recay¨® en el alcohol y s¨®lo la intervenci¨®n de amigos como Cameron Diaz, una constante en su vida desde que se conocieron en el bar en el que Barrymore pon¨ªa copas en el momento m¨¢s bajo de su carrera, la ayudaron a recuperarse. Tambi¨¦n fue esencial que la idea de realizar un talk show diario apareciese en el horizonte. Ese fue el impulso definitivo para rehabilitarse. ¡°Creo que la oportunidad de hacer un espect¨¢culo como este realmente me centr¨®¡±, confes¨®. Una recompensa mejor que ning¨²n Emmy.
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