La pel¨ªcula m¨¢s vista de Netflix es de 2019 y retrata a Espa?a como un pa¨ªs de pandereta
En tres d¨ªas, 31 millones de personas han visto 'Criminales en el mar', con Adam Sandler y Jennifer Aniston. Y se han llevado una imagen de nuestro pa¨ªs rancia y estereotipada
Una mujer vestida de flamenca se abanica de forma compulsiva con una mano mientras con la otra mueve su falda de faralaes, da vueltas sobre s¨ª misma y taconea compulsivamente. A su lado, un guitarrista que la jalea y anima a seguir rotando sobre s¨ª misma cual peonza humana. La escena no sucede en un tablao flamenco para disfrute de los turistas, sino en el aeropuerto de M¨¢laga, en medio de un acceso a la carretera por donde pasan los coches. Todo transcurre ante la mirada desconcertada de Adam Sandler y Jennifer Aniston, los protagonistas de Criminales en el mar (Murder mystery), la ¨²ltima comedia de las dos estrellas de Hollywood que estren¨® Netflix el pasado viernes y que han visto en tres d¨ªas 31 millones de usuarios, r¨¦cord de una pel¨ªcula en la famosa plataforma. ?Espa?a, un pa¨ªs de pandereta? En efecto.
?Un tablao flamenco improvisado en medio de la salida de un aeropuerto malague?o?, ?un autob¨²s 'made in Spain' que se cae a pedazos para hacer una largu¨ªsima ruta por carretera?, ?espa?oles que se apellidan ¡°Gonz¨¢les¡± y visten con la bandera nacional?
Esta comedia de suspense sobre un asesinato en un barco, inspirado en las novelas de Agatha Christie, tiene su momento m¨¢s surrealista (y hay unos cuantos) antes de subir al yate en el que transcurre la rocambolesca trama. Los Spitz (Sandler y Aniston) han decidido rememorar su luna de miel de hace 15 a?os recorriendo Europa en autob¨²s y vuelan desde EE UU a M¨¢laga para comenzar el itinerario. En el vuelo conocen a un adinerado y atractivo magnate (Luke Evans) que los seduce para que los acompa?e en un crucero. Ella, peluquera con ganas de disfrutar de la vida, se ve tentada a embarcarse en tan sugerente experiencia; ¨¦l, un detective en horas bajas que se ha gastado sus ahorros en la caprichosa excursi¨®n, convence a su mujer para que sigan con la ruta marcada, esto es, coger el autob¨²s espa?ol una vez que desciendan del avi¨®n.
Y as¨ª es como llegamos a ese aeropuerto donde los Spitz se encuentran con un pa¨ªs de pandereta. La flamenca y el m¨²sico amenizan la llegada del autob¨²s, un veh¨ªculo destartalado, como de los a?os cincuenta. A ¨¦l se van subiendo todo tipo de personajes ruidosos, mientras suena insistente la guitarra. El gu¨ªa, un tipo con sombrero fedora, vestido con los colores de la bandera de Espa?a ¨Cchaqueta amarilla, polo de color rojo¨C, va metiendo prisa a los turistas para que ocupen sus asientos. La empresa que regenta, y cuyo nombre se lee en un lado del autob¨²s, se llama Gonz¨¢les Tour, como si estuvi¨¦ramos en un pa¨ªs latinoamericano. Un viajero grita que d¨®nde est¨¢ la copa de champ¨¢n que les prometieron (los espa?oles no son de fiar, claro est¨¢). Normal que Adam Sandler y Jennifer Aniston se miren a los ojos y huyan despavoridos sin mirar atr¨¢s de esa Espa?a de chiste que no hace ninguna gracia. Nosotros tambi¨¦n lo har¨ªamos. Por cierto, aunque se especifica que nos encontramos en M¨¢laga, ni siquiera rodaron all¨ª, si no en el aeropuerto de Malpensa en Mil¨¢n (Italia).
La pel¨ªcula perpet¨²a ciertos estereotipos que no hacen sino subrayar el desconocimiento que tienen los creadores de la pel¨ªcula del pa¨ªs que intentan describir. No es un caso aislado ¨²ltimamente. Hay que recordar un episodio de la serie C¨®mo conoc¨ª a vuestra madre en el que los mariachis pululaban por Espa?a y sit¨²an M¨¦rida en Portugal.
Varias preguntas sobre la trama de Criminales en el mar que se puede hacer el espectador espa?ol: ?un tablao flamenco improvisado en medio de la salida de un aeropuerto malague?o?, ?un autob¨²s made in Spain que se cae a pedazos para hacer una largu¨ªsima ruta por carretera?, ?espa?oles que se apellidan Gonz¨¢les y visten con la bandera nacional, prometiendo copas de champ¨¢n en un autob¨²s? Solo faltaba en la postal la aparici¨®n de Torrente poniendo multas al veh¨ªculo, pues recordemos que Santiago Segura se prest¨® a salir disfrazado de polic¨ªa ca?¨ª surfeando en calzoncillos en la pel¨ªcula Jack y su gemela.
Las pel¨ªculas de Netflix se han convertido en un g¨¦nero en s¨ª mismas. Estrellas de Hollywood y directores con premios Oscar han sido tentados por la plataforma de streaming para protagonizar o dirigir alguno de sus filmes. Se estrena antes (o exclusivamente) en Netflix que en las salas de cine de las ciudades. ?La ventaja? El producto estar¨¢ accesible en todo el mundo, al mismo tiempo, creando un boca oreja inmediato, alimentado por las redes sociales. Un ejemplo de esta estrategia es Criminales en el mar, con el potente aliciente de contar con el todoterreno Adam Sandler y la actriz de Friends, Jennifer Aniston. La pareja volv¨ªa a coincidir tras protagonizar hace ocho a?os otra comedia de mucho ¨¦xito en taquilla, S¨ªgueme el rollo.
En 2014, Adam Sandler firm¨® un contrato con Netflix por seis proyectos, cinco pel¨ªculas ¡ªcasi todas ellas con p¨¦simas cr¨ªticas¡ª y un mon¨®logo c¨®mico (100% Fresh, 2018) con rese?as positivas. Como, seg¨²n la plataforma ¡ªque no suele hacer p¨²blico el n¨²mero de visualizaciones¡ª, las audiencias son alt¨ªsimas siempre que llevan su sello, extendi¨® el acuerdo con su productora, Happy Madison.
Lo que no se esperaba nadie, incluidos sus creadores, es que Criminales en el mar iba a romper r¨¦cords. 31 millones de personas (muchas m¨¢s al final de esta semana) viendo que en Espa?a somos as¨ª de folcl¨®ricos y graciosetes.
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