Delgados, descuidados, adictos y tiranos: vuelve la era m¨¢s controvertida de la moda
La est¨¦tica ¡®indie sleaze¡¯, que impusieron iconos problem¨¢ticos como Pete Doherty, vuelve al cine, la m¨²sica y las alfombras rojas con la alerta de no repetir los c¨®digos ¨¦ticos que se escond¨ªan tras los est¨¦ticos
Las tostadas de pan con queso cebaron a la estrella del indie sleaze. El tratamiento de rehabilitaci¨®n narc¨®tico-alcoh¨®lico tambi¨¦n, pero sobre todo el pan con queso, denominaci¨®n de origen normanda. Y, sin embargo, ah¨ª estuvo, en primera fila del desfile de Celine que el pasado febrero hac¨ªa por fin oficial el regreso de la actitud ¨Cmovimiento, cultura o subcultura, si lo prefieren¨C del que una vez fuera patibulario...
Las tostadas de pan con queso cebaron a la estrella del indie sleaze. El tratamiento de rehabilitaci¨®n narc¨®tico-alcoh¨®lico tambi¨¦n, pero sobre todo el pan con queso, denominaci¨®n de origen normanda. Y, sin embargo, ah¨ª estuvo, en primera fila del desfile de Celine que el pasado febrero hac¨ªa por fin oficial el regreso de la actitud ¨Cmovimiento, cultura o subcultura, si lo prefieren¨C del que una vez fuera patibulario poster boy, Pete Doherty.
De aquel momento de poes¨ªa, drogas y esquel¨¦tico romanticismo rockero que ahora vuelve por sus fueros est¨¦ticos todav¨ªa tiene mucho que decir Pete Doherty. A finales de septiembre, el Festival de Cine de Z¨²rich ver¨¢ el estreno de Stranger in My Own Skin, el documental dirigido por su esposa y reciente madre de su tercer reto?o, la cineasta y m¨²sico francesa Katia de Vidas, a prop¨®sito de sus d¨ªas de fama (e infamia) primero junto a Carl B?rat en The Libertines y luego en solitario al frente de BabyShambles. Poco antes, el 21, llegar¨¢ a nuestras librer¨ªas la traducci¨®n al espa?ol de Ana P¨¦rez Galv¨¢n de A Likely Lad, las memorias que public¨® en 2022 y que aqu¨ª editar¨¢ Anagrama con el t¨ªtulo Un muchacho prometedor.
¡°No ten¨ªa ni idea de que hab¨ªa sido etiquetado como fen¨®meno de moda, pero lo secundo feliz. ?He sido la cabeza visible del indie sleaze durante a?os!¡±, respond¨ªa jocoso, inquirido sobre la cuesti¨®n por el semanario NME durante su comparecencia en el festival de Glastonbury de 2022, reunido de nuevo con B?rat en The Libertines (habr¨¢ disco a principios de 2024, si no se tuerce). Entonces, la vuelta de las maneras estil¨ªsticas a las que se entreg¨® una generaci¨®n tan revuelta como sus interesantes peinados ya era pasto de titulares, en alas virales del hashtag #indiesleaze en TikTok y la cuenta de Instagram del mismo nombre, archivo visual de ¡°la decadencia de mediados-finales de los ¡®00 y la escena festiva que muri¨® en 2012¡å. En diciembre, la plataforma de compra y buscador de moda The Lyst la aventuraba como tendencia a considerar seriamente este 2023. Y tiene su l¨®gica.
Tras la glorificaci¨®n de la est¨¦tica dosmilera del Y2K, toca recuperar las camisetas con esl¨®ganes ir¨®nicos (las de Henry Holland, por ejemplo, lucidas por Agyness Deyn, modelo, musa y novia de guitarristas y hoy actriz de culto), las chupas de cuero escurridas calzadas con bailarinas, las Ray-Ban Wayfarer de colores, los vaqueros pitillo (dicen que est¨¢n de vuelta, algunos a¨²n no recuerdan cuando se fueron). Regodearse en las instant¨¢neas de Mark Hunter, alias Cobrasnake, fot¨®grafo oficial de la escena y ubicuo en toda fiesta de guardar (el fot¨®grafo Gerard Estadella, o Icanteachyouhowtodoit, sigui¨® su estela en Espa?a). Admirar la habilidad de una quincea?era Cory Kennedy, la proclamada primera it girl de Internet, reina de MySpace, para vestirse como si se hubiera revolcado sobre la ropa sucia apilada en la cama.
La escritora brit¨¢nica Rihannon Lucy Cosslett pintaba no hace mucho una escena tremenda, apelando a la memoria de una amiga de la ¨¦poca, en su columna en The Guardian: ¡°Mis mayores recuerdos incluyen matarme de hambre para poder embutirme en el uniforme requerido de vaqueros cortados, el ghosting que me hac¨ªan tipos diez a?os mayores que yo con pitillos de Topshop y meterme tanta droga por la nariz que a¨²n tengo insensible la fosa nasal derecha. Era una chica delgada, blanca y convencionalmente atractiva, bienvenida en aquel universo hedonista en el que los chicos que ten¨ªan una banda eran los reyes y las chicas tristes, sus cortesanas. Y les perdon¨¢bamos todo ¨Cque nos robaran el dinero para sus drogas, las infidelidades en serie, la misoginia rampante¨C con tal de que no nos llamaran aburridas¡±.
Cory Kennedy, que pas¨® por varias instituciones mentales cuando la fiesta se acab¨®, tambi¨¦n da fe: ¡°Nunca tuve el control de la narrativa¡±, confesaba en una entrevista con The Cut el pasado abril. ¡°La golfa favorita de los clubes¡±, la hab¨ªa tildado L.A. Weekly para regocijo del planeta. Eran otros tiempos, antes del #MeToo, se podr¨¢ arg¨¹ir. S¨ª, pero es el mismo fantasma que se agazapa tras el revival de la alegre mugre indie, espoleado por el voraz apetito juvenil de calle y juerga tras la pandemia de covid.
¡°Todas quieren salir con los chicos de la banda / se retuercen y gritan por los chicos de la banda¡±, bramaban The Libertines en su himno generacional Boys in The Band. Por supuesto, siempre se trat¨® de ellos, los tipos con pelo grasiento, palabrer¨ªa po¨¦tica y ojos de cordero degollado, apenas un palmo de carne entre pecho y espalda. Si el Y2K se?ala la infantilizaci¨®n de la mujer, condenada a una talla adolescente de extrema delgadez, vulnerable y sexualizada, el indie sleaze apunta a su contrapartida masculina, convenientemente romantizada. Un ideal que ha calado en la moda desde que Hedi Slimane comenzara a moldearlo a finales de los noventa como director creativo de la l¨ªnea Rive Gauche de Yves Saint Laurent. ¡°No me interesa la belleza cl¨¢sica, sino cierta gracia y vibraci¨®n, un profundo sentido del estilo personal y un rostro potente. As¨ª introduje una idea de identidad y belleza masculina distinta en la moda de hombre, y me empe?¨¦ hasta la militancia¡±, le contaba el dise?ador franc¨¦s a la periodista estadounidense Lizzy Goodman, en una conversaci¨®n que quer¨ªa poner en contexto Age of Indieness, la colecci¨®n femenina de oto?o/invierno 2023-2024 de Celine que present¨® en el teatro Wiltern de Los ?ngeles.
A Slimane le debemos el mayor giro de guion en la silueta del hombre de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, rejuvenecida v¨ªa Dior Homme con unas hechuras ¨ªnfimas que se ajustaban al canon del nuevo rock¡¯n¡¯roll emergente entre la dominaci¨®n electr¨®nica de baile. ¡°El tipo sobre el escenario era el chico sobre mi pasarela¡±, revel¨® para sorpresa de nadie. Y con ¨¦l lleg¨® el nuevo canon en formato ef¨¦bico y escuchimizado. ¡°Nunca he tenido una idea ortodoxa sobre c¨®mo debe ser un modelo, o un tipo cualquiera en general. Para m¨ª siempre se ha tratado de una mente fuerte, determinada, bajo la apariencia de vulnerabilidad, un equilibro entre masculinidad y feminidad tan ficticio como natural, y una ausencia total de definici¨®n en t¨¦rminos de g¨¦nero. A finales de los noventa, la tolerancia respecto a un cuerpo que no fuera musculoso, deportivamente tonificado, era muy limitada, por decir algo. Mis modelos eran todos andr¨®ginos, de una novedosa identidad indefinida que defend¨ª sin ambages. Entonces, un cuerpo fino, esbelto, se identificaba como gay, y las reacciones al casting de mis desfiles no escapaban a la homofobia. Hasta que, a?os despu¨¦s de poner en marcha Dior Homme, mi idea de modelo masculino se extendi¨® por la industria y los est¨¢ndares cambiaron¡±, le explic¨® a Goodman.
Si la presentaci¨®n de Celine en Los ?ngeles (avalada por las actuaciones de The Strokes, Interpol e Iggy Pop) sirvi¨® para recordar el m¨²sculo creativo del dise?ador de la triste figura, la de su colecci¨®n masculina para la temporada entrante en el legendario club parisino Le Palace, en febrero, confirm¨® que los d¨ªas del rockerillo de mirada gacha, melena sucia y anatom¨ªa huesuda est¨¢n de vuelta. Hasta Prada, Saint Laurent, Diesel o Gucci se han subido al carro, que ni dispuestas a dinamitar la utop¨ªa del body positivity. En televisi¨®n se ha visto The Idol, la ya cancelada serie de HBO de retorcida mirada (masculina) sobre una delgad¨ªsima Lily-Rose Deep. El cantante Troye Sivan, uno de sus protagonistas, se vio inmerso en una peque?a controversia en julio no solo por la nula diversidad corporal exhibida en su ¨²ltimo videoclip, Rush, sino tambi¨¦n por la excesiva delgadez de unos bailarines que, sin embargo, eran un festival de la inclusi¨®n de g¨¦nero. ¡°Comed algo, est¨²pidos twinks¡±, recriminaba la cr¨ªtica del portal Vulture. Y continuaba alertando del regreso del ¡°fascismo corporal y la cultura de la delgadez¡±. El m¨²sico australiano, que ha sufrido el escarnio del body shaming en propios huesos por un f¨ªsico escaso, se defend¨ªa: ¡°Evidentemente, nunca dijimos: ¡®Queremos un tipo espec¨ªfico de persona¡¯. Solo grabamos el v¨ªdeo, no hab¨ªa que pensar mucho m¨¢s¡±.
Mientras tanto, Timoth¨¦e Chalamet toma el testigo (acaba de ser visto fum¨¢ndose un cigarro junto a Kylie Jenner en un concierto de Beyonc¨¦) y el padrino de todo esto, Pete Doherty, deja una conclusi¨®n un tanto peregrina sobre su relaci¨®n con todo esto: ¡°Mientras siga as¨ª de gordo, no tengo que preocuparme. No hay yonquis gordos¡±.
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