Carl Barat, de The Libertines: ¡°Hab¨ªa algo muy bonito en mi amistad con Pete Doherty. No escond¨ªamos nuestros problemas y esa honestidad tuvo un efecto magn¨¦tico¡±
La banda brit¨¢nica ha sobrevivido, contra pron¨®stico, a sus a?os salvajes. Est¨¢ de gira celebrando el 20 aniversario de su debut y promete nuevo ¨¢lbum.
The Libertines est¨¢n de nuevo en la carretera. En realidad, la banda liderada por Pete Doherty y Carl Barat lleva desde 2014 tocando con regularidad alrededor del mundo: un espacio de tiempo sorprendentemente alto para un grupo que hizo bandera de la autodestrucci¨®n, el caos y la imprevisibilidad. Pero lo especial de esta gira -que no pasar¨¢ por Espa?a- es que sirve para celebrar el 20 aniversario de su legendario ¨¢lbum de debut, Up The Bracket. De camino a Bristol, donde iban a tocar la ¨²ltima noche de junio, el vocalista y guitarra Carl Barat responde a un tel¨¦fono que, de modo fastidioso, se entrecorta varias veces. ¡°En el escenario nos encontramos mejor que nunca. Pete y yo hemos vivido muchas cosas juntos, y nuestra qu¨ªmica es muy fuerte¡±, afirma el co-l¨ªder de la banda brit¨¢nica, con voz de satisfacci¨®n. ¡°Es mejor tocar ahora en The Libertines de lo que era hace veinte a?os, ?sobre todo si te gusta la cordura!¡±
?Es cierto que vais a grabar un nuevo ¨¢lbum en Jamaica?
?C¨®mo sabes eso? ?Se supone que es un gran secreto!
Pete lo ha dicho en un par de entrevistas, pero no sab¨ªa si cre¨¦rmelo.
Ya, ¨¦l no es muy bueno guardando secretos, ?verdad? (r¨ªe). S¨ª, ese es el plan. De momento no tenemos nada concreto, solo algunas ideas. Vamos a ver c¨®mo nos sentimos y c¨®mo va la cosa. Cada grabaci¨®n acaba siendo una instant¨¢nea de ese momento, as¨ª que no podemos aventurar c¨®mo va a sonar, pero tenemos ilusi¨®n por que sea una fant¨¢stica experiencia.
?C¨®mo es vuestra relaci¨®n ahora mismo?
Es estupenda, mucho mejor que hace veinte a?os, si te soy honesto. ?l est¨¢ m¨¢s centrado, en un lugar mejor, y te dir¨ªa que es tambi¨¦n mejor hombre de lo que ha sido.
Acaba de publicar un libro autobiogr¨¢fico, A Likely Lad. ?Lo has le¨ªdo? S¨ª, por supuesto. Pete me pas¨® el manuscrito antes de que se publicara. ?Qu¨¦ me ha parecido? Hay cosas que yo habr¨ªa narrado de forma diferente, en algunas cuestiones no estoy de acuerdo, pero si quiero contar mi versi¨®n de la historia tendr¨¦ que escribir yo mi propio libro.
?Qu¨¦ hay de cierto en el mito de que el era el esp¨ªritu libre, el poeta ca¨®tico, y t¨² la parte racional y calculadora, la que tiraba de la parte m¨¢s profesional del grupo?
?No, no digas eso! ?Para nada! Hemos pasado por circunstancias muy graves a lo largo de los a?os, no se deber¨ªa frivolizar con ello.
?C¨®mo recuerdas el primer concierto de The Libertines? ,
Fue en 1999, en el 12 Bar Club de Londres. Un momento m¨¢gico, no nos pod¨ªamos ni imaginar lo que iba a suceder, no est¨¢bamos seguros de si nos iban a pagar o si nos pelear¨ªamos con alguien.
En aquel final del milenio, en una capital brit¨¢nica que viv¨ªa los ¨²ltimos estertores del Britpop y se abr¨ªa cada vez m¨¢s a los sonidos electr¨®nicos, Doherty (Hexham, Reino Unido, 1979) y Barat (Basingstoke, Reino Unido, 1978) estaban condenados a encontrarse. El enlace fue Amy-Jo, la hermana mayor de Peter (quien, por cierto, lleva a?os viviendo en Madrid y se ha integrado muy bien), quien entonces compart¨ªa piso con Carl. En poco tiempo, se hicieron amigos ¨ªntimos. Dejaron sus estudios -de literatura inglesa Peter y arte dram¨¢tico Carl- y se fueron a compartir una casa en el barrio de Camden a la que bautizaron con el nombre de The Albion Rooms. El nombre m¨¢s antiguo con que se conoce a Gran Breta?a form¨® parte instant¨¢nea de la mitolog¨ªa de Doherty, cuyo destino era llegar a una idealizada Arcadia, un para¨ªso para artistas, poetas y diletantes.
El nombre de The Libertines se lo inspir¨® una novela del Marqu¨¦s de Sade, y en sus letras se dec¨ªa influir por escritores como Emily Dickinson, William Blake, Thomas Chatterton, John Keats, Charles Baudelaire o Jean Genet, mientras que Barat guardaba en aquellos primeros a?os un aspecto al estilo Oscar Wilde. Precisamente en las Albion Rooms montaron sus primeros conciertos improvisados. ¡°All¨ª nos mezcl¨¢bamos y nos fund¨ªamos la banda y los fans. Fue una ¨¦poca m¨¢gica y ca¨®tica¡±, recuerda nuestro interlocutor. ¡°Todos viv¨ªamos en squats (casas okupas), y hab¨ªa un mont¨®n de espa?oles en ellos, por cierto. No hab¨ªa sentimiento de propiedad, todo era muy libre, ¨ªbamos de un lado a otro y nos amold¨¢bamos a cada situaci¨®n¡±.
The Libertines habr¨ªa sido una m¨¢s de las miles de bandas an¨®nimas sepultadas en las calles de Londres de no producirse en 2001 el estallido de The Strokes. Eso les anim¨® a presentar sus maquetas en el prestigioso sello independiente Rough Trade, que hab¨ªa publicado el primer single de los neoyorquinos. Y fueron fichados. No solo eso: enseguida, el jefe de la discogr¨¢fica, Geoff Travis, los jaleaba como la respuesta brit¨¢nica a la banda de Julian Casablancas. ¡°La aparici¨®n de The Strokes fue, sin duda, muyimportante¡±;, concede Barat. ¡°Ellos y nosotros hab¨ªamos estado haciendo las mismas cosas durante a?os. No creo que fu¨¦ramos la respuesta brit¨¢nica a los Strokes, pero s¨ª que, de no haberlo hecho nosotros, otra banda habr¨ªa llegado en nuestro lugar¡±.
Preguntado por si hab¨ªa rivalidad o camarader¨ªa entre ambas formaciones, el brit¨¢nico ironiza con que los neoyorquinos estaban en otro nivel. ¡°Eran mucho m¨¢s famosos que nosotros, algo que tambi¨¦n result¨® m¨¢s f¨¢cil para ellos porque eran muy ricos, y nosotros ¨¦ramos chicos pobres. Lo que realmente nos un¨ªa es que nos gustaban el mismo tipo de bandas¡±.
Pero la ¨¦lite de la independencia brit¨¢nica pronto se bati¨® por su padrinazgo. Alan McGee, de Creation Records, fue su m¨¢nager por un tiempo, y lleg¨® a afirmar que ha sido el grupo m¨¢s dif¨ªcil con el que ha trabajado en su vida. Barat le da la raz¨®n. ¡°Hab¨ªa muchos problemas con los que ¨¦l tuvo que lidiar: enfermedades mentales, adicciones a drogas, ser j¨®venes y salvajes¡ Supongo que pod¨ªa ser un ambiente un poco desagradable en el que desenvolverse. Y supongo que lo positivo era que todas esas historias las volc¨¢bamos en el rock and roll¡±. The Libertines, de modo casi vamp¨ªrico, se alimentaron creativamente de la energ¨ªa desprendida de la fricci¨®n constante entre sus dos cabecillas. Segu¨ªan, en ese sentido, la rica tradici¨®n brit¨¢nica que empez¨® con Lennon y McCartney (Beatles) y Jagger y Richards (Rolling Stones Doherty y Barat eran, de hecho, casi hermanos de sangre. Ambos llevaban el mismo tatuaje en el brazo con el nombre del grupo y sus im¨¢genes juntos siempre desprend¨ªan un aura ic¨®nica muy poderosa.
Time for heroes, el v¨ªdeo que rodaron en Madrid.
Su primer single, What A Waster, lleg¨® en junio de 2002, publicado por Rough Trade. Bernard Butler (ex Suede) hab¨ªa producido el single, y Mick Jones (The Clash) fue el encargado de grabar el ¨¢lbum, Up The Bracket, que sali¨® en octubre con excelentes cr¨ªticas.
A finales de noviembre, la banda toc¨® en Espa?a por segunda vez, la primera hab¨ªa sido en el Festival Isladencanta en Magaluf (Mallorca), esta vez para actuar ante no m¨¢s de doscientas personas en peque?as salas de Barcelona (Razzmatazz 3), Valencia (Roxy), Madrid (Moby Dick) y Bilbao (Azkena). Se recuerdan como conciertos vibrantes, con el t¨¢ndem Doherty-Barat en uno de sus mejores momentos. Su paso por Madrid, por cierto, quedar¨ªa documentado en el videoclip de Time For Heroes, en el que, entre otros momentos de felicidad y locura, se les ve jugando en la ducha del hotel con un grupo de chicas entre las que figuraba la ahora celebrity televisiva Natalia Fervi¨². ¡°Fue muy especial aquella primera gira, lo pasamos realmente bien¡±, confirma el m¨²sico.
Pero, unos meses despu¨¦s, cuando regresaron a Espa?a en junio de 2003, todo hab¨ªa cambiado. Doherty no estaba, y hab¨ªa sido reemplazado por su t¨¦cnico de guitarras. Su progresiva adicci¨®n a las drogas lo ten¨ªa, en aquella ¨¦poca, con un pie dentro y otro fuera de la banda. Ese verano hab¨ªan grabado uno de sus mejores singles, Don¡¯t Look Back Into The Sun, pero la tensi¨®n hab¨ªa estallado en el estudio. Barat ya no aguantaba al s¨¦quito de amigos drogatas que rodeaba siempre a su compa?ero de grupo, y ¨¦ste respondi¨® neg¨¢ndose a ir con ellos a su gira europea. Durante aquellos meses, el d¨ªscolo miembro dio forma a otra banda, Babyshambles, y, en una noche infausta, asalt¨® la casa de Barat para robarle. Termin¨® en la c¨¢rcel. ¡°Fue un momento realmente dif¨ªcil, dram¨¢tico¡±, recuerda su compa?ero. ¡°Nos vimos obligados a expulsar a Pete de la banda, porque a muchos conciertos no aparec¨ªa debido al estado en que se encontraba. Nos vimos obligados a recortar el repertorio en directo. El p¨²blico se indignaba mucho, se pon¨ªa furioso con raz¨®n¡±.
Pese a todos los problemas, todav¨ªa prevalec¨ªa la voluntad de no romper la amistad entre los dos componentes. Barat fue a esperar a Doherty a la puerta de la c¨¢rcel y, el mismo d¨ªa, este se reincorpor¨® a The Libertines y ofrecieron una actuaci¨®n en un pub de Kent cargada de emoci¨®n. La revista New Musical Express, de hecho, lo eligi¨® mejor concierto de 2003. Volvieron los d¨ªas de gloria, con varios directos triunfales en Londres, pero cuando se encerraron de nuevo en el estudio, en la primavera de 2004, para dar forma a su segundo ¨¢lbum, The Libertines, los problemas volvieron a aflorar. Acab¨® inmortalizado como el disco en cuya portada se ve a los dos amigos semiabrazados, mostrando ambos sus tatuajes con el nombre de la banda, pero la realidad era muy distinta. Doherty no termin¨® las sesiones, se fue a rehabilitaci¨®n y la banda continu¨® su gira sin ¨¦l. En diciembre de aquel a?o, en un concierto en Par¨ªs, Barat dijo basta. No ten¨ªa sentido que The Libertines continuaran sin Doherty.
Curiosamente, es aqu¨ª cuando comienza el salto a la fama del m¨²sico rebelde. En 2005 comenz¨® su relaci¨®n con Kate Moss. De repente, se dej¨® de hablar de ¨¦l en las publicaciones musicales para hacerlo en los medios generalistas y del coraz¨®n, que se preguntaban qui¨¦n era el nuevo novio rockero y drogota de la s¨²permodelo. Seg¨²n Barat, aquello trajo mucha presi¨®n y problemas adicionales a la relaci¨®n entre los m¨²sicos, pero tambi¨¦n mantuvo vivo el inter¨¦s por The Libertines y, con la banda disuelta, acrecent¨® su mito. ¡°De no ser por esa atenci¨®n, no estar¨ªamos teniendo esta conversaci¨®n ahora¡±, afirma. En 2010 se reunieron para tocar en grandes festivales -fueron cabeza de cartel en Benic¨¢ssim- y, en 2015, con Doherty aparentemente rehabilitado, grabaron un tercer ¨¢lbum, Anthems For Doomed Youth. Actualmente, ¨¦l vive en Normand¨ªa, en Francia, con su actual pareja, Katia de Vidas -compa?era tambi¨¦n en su banda paralela, Peter Doherty And The Puta Madres-, ha engordado considerablemente y se mantiene sobrio y feliz. Su imagen de poeta rom¨¢ntico se ha enriquecido como la de un artista expatriado viviendo una madurez pl¨¢cida en comuni¨®n con la naturaleza, como se advierte en la ¨²ltima entrevista que ha concedido a The Guardian.
Carl, ?por qu¨¦ crees que The Libertines se convirti¨® en un grupo tan ic¨®nico y adorado?
Creo que hab¨ªa algo muy bonito en nuestra amistad y el hecho de que no escond¨ªamos nuestros problemas. Mucha gente se sinti¨® identificada con nosotros porque todo el mundo tiene rupturas o conflictos con sus amigos. Si eres honesto con eso y cuentas la verdad, puedes tener un efecto magn¨¦tico, que te perciban como alguien real, y ayudar a otra gente a entender sus propios problemas.
?C¨®mo ves vuestro futuro como banda?
Nosotros nunca hemos hecho pron¨®sticos en ese sentido. Espero que la gira vaya bien y que podamos grabar el nuevo disco, pero, ya sabes, en The Libertines es todo imprevisible.
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