?Greta Garbo en una peli porno gay? As¨ª fue el ¨²ltimo (e involuntario) papel de la estrella m¨¢s intrigante de la historia
Treinta a?os despu¨¦s de su muerte, la actriz sueca sigue levantando tanta intriga como lo hizo en vida. Uno de los aspectos menos conocidos de su carrera es su ¨²ltima aparici¨®n en el cine: no fue en 1941, como cuenta la versi¨®n oficial, sino en una pel¨ªcula porno de 1974. Solo que ella no lo sab¨ªa
Seg¨²n el discurso oficial, La mujer de las dos caras es la ¨²ltima pel¨ªcula de Greta Garbo. Estrenada en 1941, fue su pel¨ªcula n¨²mero 28 antes de retirarse para siempre del cine con 35 a?os. Su ¡°I wanna be alone¡± (¡°Quiero estar sola¡±) se convirti¨® en un lema ap¨®crifo (en realidad, es una cita de su personaje en Gran Hotel, ella nunca lo dijo en p¨²blico) que resume a la perfecci¨®n el hartazgo y el desenga?o que puede sufrir cualquiera, sea una estrella internacional o no. En una entrevista que concedi¨® a Life en 1955, ella misma aclar¨®: ¡°Nunca dije ¡®quiero estar sola¡¯, sino ¡®quiero que me dejen estar sola¡¯. Hay una gran diferencia¡±.
Bien, seg¨²n los datos no oficiales, la ¨²ltima aparici¨®n de Greta Garbo en una pel¨ªcula tuvo lugar, en realidad, en 1974 en una pel¨ªcula llamada Adam & Yves. La mujer de las dos caras cuenta la historia de una mujer que pretende ser su propia hermana gemela para recuperar el amor de su marido. Adam & Yves cuenta la historia de un estadounidense y un franc¨¦s que se conocen en Par¨ªs, hablan mucho, follan m¨¢s y acaban en una org¨ªa con otros 12 hombres en un cuarto de ba?o. Esa tambi¨¦n es una gran diferencia. Adam & Yves es una pel¨ªcula de porno gay, uno de esos ejemplos de cuando el porno se mezclaba con el arte y alternaba primeros planos de genitales masculinos con largas conversaciones a la luz de las velas. Es precisamente durante una de estas secuencias cuando ocurre lo extraordinario: en medio de un producto de pornograf¨ªa gay rodado de forma marginal, aparece una leyenda del cine.
Adam le est¨¢ contando a Yves que una vez vio a ¡°la m¨¢s grande¡± caminando por su calle en Nueva York. ¡°Al menos, creo que era ella. Se par¨® a hablar con alguien. Despu¨¦s se alej¨® y desapareci¨® de mi vista. Fue uno de los momentos m¨¢s excitantes de mi vida¡± (o al menos hasta la siguiente secuencia, en la que Yves, a cambio de una historia tan buena, regala a Adam una larga felaci¨®n). Durante el mon¨®logo de Adam se muestran las im¨¢genes de Greta: caminando con el pelo cano por la Primera Avenida, con sus gafas de sol, que eran marca de la casa durante su madurez, mientras daba uno de sus habituales paseos por los alrededores de su apartamento (desde 1953 hasta su muerte en 1990 vivi¨® en una lujosa residencia que ocupaba una planta entera en la calle 52 y que fue vendida en 2018 por ocho millones de euros).
Fue Peter de Rome, el director de Adam & Yves, quien rod¨® las im¨¢genes de Greta Garbo (de entonces 69 a?os) desde su terraza al darse cuenta de que no era extra?o verla pasear por su calle. La historia del realizador tampoco es menor: naci¨® en el sur de Francia, pilot¨® aviones en la Segunda Guerra Mundial, emigr¨® a Estados Unidos, vendi¨® joyas en TIffany¡¯s y acab¨® dirigiendo porno gay en los m¨¢rgenes de la legalidad. El juego de palabras entre Adam & Yves y Adam & Eve no es del todo casual: De Rome fue un pionero de esa industria que hoy mueve millones pero entonces era impensable. Fue el primero que se atrevi¨® a rodar pel¨ªculas sobre el sexo y el amor entre hombres cuando hacerlo estaba prohibido en casi todos los lugares de Estados Unidos (de la Espa?a de entonces, ni hablemos). Grababa sus pel¨ªculas de forma clandestina y las proyectaba para amigos ¨Ccomo Andy Warhol o William Burroughs¨C en fiestas privadas en las que las filmaciones de S¨²per 8 eran acompa?adas por m¨²sica de Miles Davis o una pieza de viol¨ªn de Hindemith.
Se desconoce si Greta Garbo supo alguna vez de su aparici¨®n involuntaria en una pel¨ªcula de esta naturaleza. Hubiese sido f¨¢cil que la informaci¨®n llegase a ella, porque el hecho no pas¨® desapercibido. ¡°El regreso de Greta Garbo tras 35 a?os¡± fue anunciado en la revista de cine brit¨¢nica Films & Filming, una noticia que luego tuvo su reflejo tambi¨¦n en una peque?a noticia publicada por EL PA?S en 1979 con el titular ¡°?Greta Garbo en un porno gay?¡±. Garbo pod¨ªa haber denunciado el uso de su imagen sin permiso en una pel¨ªcula, pero eso hubiese sido lo normal. Y Greta no era normal. ¡°Casi siempre sola, Garbo vagaba regularmente por las calles 50 y 60 Este, donde los neoyorquinos disfrutaban de fugaces destellos de su fascinante rostro¡±, se pod¨ªa leer en el obituario publicado por The New York Times tras su muerte en 1990. ¡°Llevaba atuendos sencillos pero a la moda, sombreros grandes y zapatos planos e iba casi sin maquillaje. Las descripciones ocasionales de ella ofrecidas por amigos sugieren que ten¨ªa una inocencia infantil y era ego¨ªsta y ensimismada¡±. Para alguien que llevaba d¨¦cadas huyendo de la prensa y la publicidad, demandar a un director de una pel¨ªcula de estas caracter¨ªsticas hubiese llevado todos los focos hacia ella, y adem¨¢s en el contexto de un esc¨¢ndalo. Ser¨ªa convertir en noticia algo que se prefer¨ªa silenciar, un efecto Streisand antes de que se le diese un nombre. Si Garbo se enter¨®, call¨® elegantemente.
La presencia de Greta Garbo en Adam & Yves es importante no solo por la excepcional aparici¨®n de una superestrella en una pel¨ªcula porno gay clandestina y de escaso presupuesto, sino por ser la superestrella m¨¢s evasiva e intrigante del mundo. Su carrera en Hollywood dur¨® solo 15 a?os y la mayor¨ªa de sus pel¨ªculas no han trascendido como cl¨¢sicos atemporales (apenas se reivindican en el siglo XXI), pero ninguna actriz ha vuelto a lograr ese nivel de fascinaci¨®n y misterio. Apenas se supo sobre su vida, sus amor¨ªos han dado lugar a historias de todo tipo (muchos de ellos, con mujeres, est¨¢n contados en el libro Safo va a Hollywood, de Diana MacLellan) e incluso d¨¦cadas despu¨¦s de retirarse tanto fot¨®grafos como ciudadanos neoyorquinos practicaban lo que se llamaba garbo watching, o sea, buscar a la estrella dando sus habituales paseos por las avenidas que rodeaban su apartamento. Una admiradora que la sigui¨® durante una hora declar¨® en 1981 a la revista Variety, en un reportaje sobre la intrigante senectud de Garbo: ¡°No necesit¨¦ ni hablar con ella, fue suficiente con estar en su presencia, con respirar su mismo aire¡±. En 1984 Sidney Lumet dirigi¨® Buscando a Greta, sobre un hombre que sacrifica su vida para cumplir el ¨²ltimo deseo de su madre moribunda: encontrarse a Greta Garbo en uno de sus famosos paseos. Cruzarse con la estrella por Nueva York era un reclamo tur¨ªstico casi a la altura de visitar el Empire State.
Garbo falleci¨® en 1990, dejando una colecci¨®n de arte valorada en millones de d¨®lares y ning¨²n heredero directo. Para entonces, Peter de Rome ya hab¨ªa dejado la pornograf¨ªa para tener un trabajo gris como publicista en Paramount. Antes de morir en 2014 pudo ver c¨®mo algunas de sus pel¨ªculas, que el paso del tiempo hab¨ªa revalorizado como arte y rebajado como porno (visto lo que vino despu¨¦s, aquellas escenas de hombres teniendo sexo resultan casi rom¨¢nticas), eran seleccionadas para el archivo del British Film Institute y proyectadas en algunos festivales del Reino Unido. De ¨¦l dijo The Guardian en un sentido obituario: ¡°Su legado no son ¨²nicamente sus pel¨ªculas, sino su compromiso, determinaci¨®n y gracia. Siempre crey¨® que su homosexualidad era algo natural y alegre¡±.
De Garbo, a la que probablemente su tiempo y educaci¨®n jam¨¢s permiti¨® sentirse igual de libre, remarc¨® The New York Times en el suyo: ¡°Nunca hizo nada que fuese de segunda divisi¨®n¡±. Es cierto, porque Adam & Yves tampoco fue de segunda divisi¨®n. El tiempo la ha dejado como un cl¨¢sico extra?o e hipn¨®tico sobre el momento en que dos personas de mundos diferentes (Adam e Yves, Greta y el director de porno gay) se cruzan en un lugar que, en realidad, a los dos les era ajeno. Seg¨²n todas las gu¨ªas de narrativa, as¨ª es como empiezan las grandes historias.
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