Amparo Mu?oz, el infierno televisado: cr¨®nica de todo lo que una sociedad y un tiempo hicieron mal
La nueva biograf¨ªa de la fallecida Miss Universo, que sucede a sus memorias de 2005, a?aden una mirada al contexto y las consecuencias de todo lo que rode¨® a la primera espa?ola que gan¨® ese certamen y a la primera mujer que, harta del acoso, renunci¨® a la corona de belleza
Sucedi¨® en Nueva York en el a?o 1974. Jane Fonda y Angela Davis recibieron la llamada del novio de Miss Universo, que les cont¨® que la joven reina de belleza estaba siendo explotada por la organizaci¨®n del certamen y viv¨ªa en espantosas condiciones. Las activistas quisieron hacer p¨²blico el caso, sabedoras que obtendr¨ªa una gran repercusi¨®n internacional, pero al final la Miss no quiso seguir adelante por cansancio o miedo. Pocos meses despu¨¦s, la situaci¨®n se le har¨ªa tan insostenible que ella misma dimitir¨ªa del puesto y dejar¨ªa plantada a la poderosa empresa para regresar su casa. Ella era Amparo Mu?oz, y la historia la relata Miguel Fern¨¢ndez en el libro La vida rota (Roca Editorial).
Miguel Fern¨¢ndez conoce de primera mano el material sobre el que trabaja porque fue ¨¦l quien redact¨® las memorias de la actriz y modelo en La vida es el precio, publicado en 2005. La vida rota, que se presenta como ¡°la biograf¨ªa definitiva de Amparo Mu?oz¡±, supone una mezcla de fragmentos dictados por la propia Amparo, de ensayo y de novelizaci¨®n de episodios reales. ¡°La vida es el precio recog¨ªa el testimonio de Amparo, pero sin atender al contexto¡±, explica a ICON Fern¨¢ndez. ¡°Para las generaciones posteriores a la suya o incluso para nosotros mismos, sus coet¨¢neos, a este relato le faltaba perspectiva y situar los acontecimientos en el mundo de hoy¡±.
¡°El libro tuvo varias ediciones y una acogida muy buena, pero hubo que aplazar la promoci¨®n porque Amparo se puso enferma. Pensamos en retomar el libro como yo lo he hecho ahora, con otras voces y miradas. La ¨²ltima vez que nos vimos quedamos en que yo me iba a poner a buscar a gente que la conociera. Pero ninguno de los dos sab¨ªamos que esa noche que est¨¢bamos cenando era la ¨²ltima que nos ¨ªbamos a ver. Se muri¨® dos meses despu¨¦s [Amparo Mu?oz falleci¨® en 2011]. Me qued¨® siempre la idea de aquella propuesta en el aire¡±.
La primera Miss Universo espa?ola y la primera Miss Universo que dijo ¡°no¡±
Mu?oz es una de las figuras que mejor ilustran la ¨¦poca que le toc¨® vivir. Pero la idea generalizada que a¨²n existe sobre ella, la de una existencia truncada por culpa de vaguedades como ¡°los vicios¡± o ¡°las malas compa?¨ªas¡±, cambia cuando se examinan de cerca a su protagonista y al mundo en el que se forj¨® su leyenda: ¨²ltimos a?os de la dictadura, inicio de la Transici¨®n. Su belleza la llev¨® a pasar de ser una joven an¨®nima de 19 a?os que trabajaba en una oficina de M¨¢laga a Miss Costa del Sol casi por casualidad y, despu¨¦s, Miss Espa?a, sin ser consciente de a qu¨¦ se enfrentaba. En Filipinas, durante el certamen de Miss Universo que acabar¨ªa ganando, su vida cambi¨® para siempre.
¡°Todo aquello fue una grand¨ªsima operaci¨®n de marketing pol¨ªtico¡±, explica Miguel Fern¨¢ndez. ¡°La corporaci¨®n [Miss Universo] se dedicaba a blanquear la imagen de reg¨ªmenes que estaban en horas bajas o en una situaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica complicada. Hab¨ªan probado con la Grecia de los Coroneles, donde les fue muy bien y ganaron mucho dinero, as¨ª que repitieron la operaci¨®n con la Filipinas de la familia Marcos y ten¨ªan ya el tercer candidato que era Espa?a. El cliente natural era el franquismo: pensaban que al r¨¦gimen le iba a venir estupendamente, adem¨¢s hab¨ªa una Miss formidable de la Costa del Sol, con el auge del turismo. Pero aqu¨ª se plante¨® un problema: el car¨¢cter de la muchacha, que no era d¨®cil ni sumisa¡±.
¡°Ella se da cuenta de este asunto y empieza a protestar ¡ªcontin¨²a el autor¡ª, a amenazar con hablar. Los desaf¨ªa. Pero es que luego llegan a la conclusi¨®n de que Franco se puede morir en cualquier momento y no se pueden embarcar en la aventura de organizar un evento que puede coincidir con su muerte. Adem¨¢s hay una coyuntura complicada, con grupos terroristas, una crisis econ¨®mica en puertas¡ As¨ª que Espa?a se retira de la organizaci¨®n del certamen del a?o siguiente. Se fueron a El Salvador, ?de dictadura en dictadura!¡±. Aunque la propia organizaci¨®n empez¨® a difundir rumores de que iban a arrebatarle la corona a Mu?oz, fue ella la que, harta de todo, renunci¨® a su reinado tras seis meses, una decisi¨®n que tom¨® al pasar las Navidades de 1974 en su casa, en M¨¢laga, con su familia. No solo fue la primera Miss Universo espa?ola: tambi¨¦n la primera Miss Universo en decir ¡°no¡±.
El relato que Fern¨¢ndez (y Amparo Mu?oz en su testimonio) hacen de esos seis meses como Miss Universo es de historia de terror. La joven est¨¢ sujeta a un control absoluto, empezando por la figura de una chaperona encargada de vigilarla, Ana Mar¨ªa Cumba, que llevaba ya varios a?os trabajando para los organizadores del concurso. ¡°Lo primero que me choca es la imposici¨®n de la chaperona¡±, record¨® Mu?oz en sus memorias. ¡°?C¨®mo es eso de una figura extra?a que va a vigilar mi intimidad? Pero en el sentido m¨¢s b¨¢sico y f¨ªsico del t¨¦rmino, ?es una se?ora que va a entrar conmigo al ba?o!¡±.
La gran l¨ªder que la causa perdi¨®
Siendo Miss Universo tiene que viajar de forma constante, siguiendo unos horarios desordenados que le generar¨¢n insomnio para siempre; no posee ninguna capacidad de decisi¨®n sobre sus movimientos o los actos promocionales en los que debe participar, ni siquiera le dan informaci¨®n sobre el programa que le espera. Tiene la sospecha de que la chaperona esp¨ªa sus conversaciones telef¨®nicas, y eso cuando no le restringen el uso del tel¨¦fono. Su familia y su pareja, el actor M¨¢ximo Valverde (al que conoci¨® poco despu¨¦s de ser nombrada Miss Espa?a) encuentran muchas dificultades para ponerse en contacto con ella. Desorientada, cansada, sinti¨¦ndose muy sola, sin apenas hablar ingl¨¦s, su salud se resiente. Se desmaya en varias ocasiones, le diagnostican agotamiento y la someten a una cura de sue?o en Honduras de apenas tres d¨ªas.
En M¨¦xico sufre de nuevo una bajada de tensi¨®n y acaba rog¨¢ndole al m¨¦dico que la trata que no deje que se la lleven de nuevo. Es in¨²til. A todo esto se suman episodios de acoso sexual que no se limitaban ni mucho menos al mundo de los concursos de belleza. Antes de presentarse a Miss Costa del Sol, Amparo ya hab¨ªa tenido que dejar un trabajo en unos grandes almacenes porque un jefe la persegu¨ªa y hostigaba. Fue en este contexto cuando M¨¢ximo Valverde logr¨® hablar con Jane Fonda y Angela Davis, que estaban muy implicadas en la organizaci¨®n del pr¨®ximo A?o Internacional de la Mujer, 1975.
¡°Sobre este asunto de Jane Fonda y Angela Davis que quieren localizarla... ¡ªmedita Fern¨¢ndez¡ª, ella no ten¨ªa formaci¨®n para valorar eso, lo hac¨ªa todo de forma intuitiva. Le parec¨ªa que estaba mal lo que le estaba pasando, pero si hubiera tenido preparaci¨®n, habr¨ªa salido al encuentro de ellas y se habr¨ªa hecho una l¨ªder de la causa¡±.
Amparo acab¨® enfrent¨¢ndose a las amenazas de la organizaci¨®n y dejando el reinado a la mitad. La explotaci¨®n tambi¨¦n fue econ¨®mica: recibi¨® solo un tercio de los 10.000 d¨®lares prometidos, y pese a ser, seg¨²n la chaperona, la Miss de los ¨²ltimos a?os que m¨¢s hab¨ªa viajado y que en m¨¢s actos promocionales hab¨ªa trabajado, no vio nada de aquellos meses. Los regalos con los que la obsequiaron en los distintos pa¨ªses ¡ªcomo coches¡ª nunca pudieron llegar a Espa?a debido a los complejos tr¨¢mites aduaneros con los que nadie le ech¨® una mano.
¡°Lo que subyace detr¨¢s es explotaci¨®n pura y dura¡±, critica Fern¨¢ndez. ¡°Se parece mucho a la de las organizaciones que hoy trafican con mujeres: me llevo a una chica joven, la a¨ªslo de su contexto familiar, le proh¨ªbo las llamadas, las visitas, la controlo las 24 horas del d¨ªa con personal de la corporaci¨®n, la hago cambiar constantemente de sitio para que no tenga arraigo, la llevo a cenas con personajes con oscuros o clar¨ªsimos intereses¡ ?Es el mismo sistema que usa la trata de mujeres!¡±.
Un protector, no un compa?ero
Establecida en Madrid, hacia la segunda mitad de los setenta Amparo retom¨® su incipiente carrera cinematogr¨¢fica trabajando con directores como Vicente Aranda o Eloy de la Iglesia. Fue en el rodaje de La otra alcoba (1976), dirigida por este, donde conoci¨® a Patxi Andi¨®n, m¨²sico y militante de izquierdas todav¨ªa en la clandestinidad. Se casaron tras un corto romance, pero el matrimonio no termin¨® bien. El retrato que hizo Mu?oz de aquella ¨¦poca no es nada halag¨¹e?o, aunque el autor respet¨® el silencio del m¨²sico, fallecido en 2019 y que tras el divorcio nunca quiso hablar sobre su relaci¨®n.
¡°El Patxi Andi¨®n que aparece en el libro es el de 1977. Fui a la hemeroteca y no quise emitir ning¨²n juicio por mi parte sobre un v¨ªnculo emocional para el que no estaban preparados ni ella ni ¨¦l. ?l, porque incluso esta gente de la izquierda tambi¨¦n hab¨ªa sido educada para ser dura, fuerte e insensible. Estaban sometidos a una educaci¨®n patriarcal que les forzaba a ser de una manera que tal vez ni a ¨¦l le gustase¡±.
Mu?oz habla de su siguiente romance de peso ¡ªel productor El¨ªas Querejeta, a comienzos de los ochenta¡ª en t¨¦rminos muy distintos. ¡°El¨ªas es el paternalismo: la premia, la castiga, la orienta, la manda, la pone a leer¡, no deja de ser un sometimiento¡±, opina Fern¨¢ndez. ¡°Pero ella siempre tuvo muy buen recuerdo de ¨¦l. En La vida es el precio, el cap¨ªtulo en el que habla de El¨ªas empieza as¨ª: ¡®Con El¨ªas llegaron los libros a mi vida¡¯. Ven¨ªa de vivir con Patxi Andi¨®n, que tampoco era un ga?¨¢n, pero ella con Querejeta estaba deslumbrada, era el productor de moda, la llevaba a Nueva York, ve la vida de color de rosa¡, encarna esa obsesi¨®n de ella de la b¨²squeda de un hombre como su padre. Da la sensaci¨®n de que idealizaba el mito masculino en t¨¦rminos de protecci¨®n y seguridad, pero nunca como compa?ero¡±.
A lo largo de los ochenta, tras romper con El¨ªas, continu¨® trabajando como actriz mientras protagonizaba portadas para el recuerdo de la prensa rosa como la de su boda balinesa con Fabio Labarca. Y en 1987, su nombre acapar¨® titulares por motivos muy distintos: en el marco de la Operaci¨®n Primavera, fue detenida por posesi¨®n de drogas en el barrio del Raval de Barcelona. ¡°Hay una beautiful people que se deja seducir por los encantos de algo nuevo y moderno que ha llegado y ella cae sin saber las consecuencias que eso va a traer¡±.
Camar¨®n, Carlos Berlanga y una yonqui
La noticia convirti¨® a Mu?oz en pasto del sensacionalismo y de lo que hoy conocemos como fake news. En 1990 se public¨® la noticia (falsa) de que la actriz ten¨ªa sida, en una ¨¦poca en la que este diagn¨®stico generaba alarmismo y estigma social (Rosa Villacast¨ªn, la periodista que public¨® el bulo, explica en La vida rota c¨®mo y por qu¨¦ sucedi¨®). Mientras, con una vida sentimental y personal muy agitada, Amparo se convert¨ªa en un personaje sobreexpuesto al que persegu¨ªa la prensa rosa ¡ªcon la que colaboraba tambi¨¦n¡ª y a menudo maltratado por los medios.
¡°?C¨®mo hemos podido estar tan ciegos?¡±, se pregunta Fern¨¢ndez. ¡°Ante temas como la droga, por ejemplo, ?con qu¨¦ frivolidad se ha tratado un problema social? El morbo que provoca el famoso drogadicto se multiplica si es una mujer. Cuando se cuenta que va a comprar droga en un taxi con Camar¨®n de la Isla o Carlos Berlanga, ellos son grandes creadores y ella es la yonqui. Cuando es un hombre el que se aproxima a la droga y lo narra desde su experiencia personal es un artista, pero ella es una mu?eca rota¡±.
Que todo esto parezcan elementos para una gran historia no es casual. En oto?o de 2020 EL PA?S public¨® que la vida de Amparo dar¨ªa pie a un nuevo proyecto de los Javis tras el ¨¦xito obtenido con la serie sobre la Veneno. Aparte, otros productores han contactado a Miguel Fern¨¢ndez con vistas a adquirir los derechos de su libro. Se mire hacia ella con nostalgia o desde una perspectiva nueva, sin conocer apenas su azarosa existencia, la trayectoria de Amparo resulta apasionante y su carisma permanece intacto.
¡°A ella la plantearon como la princesa de un cuento de hadas en clave siglo XX¡±, concluye el bi¨®grafo. ¡°Cogieron a una muchacha que ven¨ªa de un entorno humilde y la pusieron a vivir en la Quinta Avenida de Nueva York. Era simp¨¢tica y su car¨¢cter era natural, cercano a la gente. Incluso en sus pel¨ªculas, como Familia o Mam¨¢ cumple cien a?os, siempre era la buena. Eso hizo que en los avatares de la vida la gente le concediera el beneficio de la duda. Todav¨ªa ahora se me acerca gente, se?oras de sesenta a?os, diciendo lo importante que era para ellas. Sigui¨® siendo un referente. Lo que le pas¨®, las desdichas emocionales, los asuntos de la droga, las fake news¡, no empa?aron el afecto que la ciudadan¨ªa le hab¨ªa tomado. Incluso ve¨ªan lo que le pasaba como la calamidad de la princesa del cuento, aunque m¨¢s bien lo que se encontraba detr¨¢s era todo un sistema muy complejo de opresi¨®n. En la prensa de aquella ¨¦poca, cuando entrevistaban a una mujer, daba igual que fuese actriz, cantante, artista de lo que fuera, la primera pregunta siempre era: ¡®?Tienes novio?¡¯. Intento entender por qu¨¦. Si nos fij¨¢semos m¨¢s en lo que han tenido que pasar las mujeres podr¨ªamos entender mucho mejor lo que nos ha pasado a todos como sociedad¡±.
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