Del meme de la semana al esmoquin plata: Cannes demuestra que otra alfombra roja es posible

El ¨²ltimo meme inesperado ¨Dde lo contrario, no ser¨ªa un meme¨D del verano ha surgido de la imagen de Timoth¨¦e Chalamet, Wes Anderson, Tilda Swinton y Bill Murray durante la presentaci¨®n en el 74? Festival de Cannes de The French Dispatch, la nueva pel¨ªcula de Anderson. Y la culpa la tiene la ropa. O, mejor dicho, la notoria falta de coordinaci¨®n estil¨ªstica entre los miembros del equipo. Chalamet acudi¨® con vaqueros, botas y camiseta serigrafiada. Anderson, con traje claro y corbata. Swinton, con un elegante traje cruzado azul brillante. Y Murray, con camisa de manga corta y estampado multicolor, bermudas, zapatillas y sombrero de paja. La vida misma: cuatro elecciones aparentemente incompatibles que se prestan a todo tipo de comparaciones ¡ªbusque su preferida en Twitter¡ª y han ca¨ªdo como agua de mayo en un p¨²blico ansioso de humor, moda y glamour sin mascarilla.

Fen¨®menos como estos caracterizan al festival de Cannes, un evento que a su vez agrupa muchos m¨¢s eventos: estrenos de pel¨ªculas, galas de inauguraci¨®n y clausura, fiestas y cenas organizadas por marcas y fugaces carreras por el aeropuerto. En Cannes todo se fotograf¨ªa y todo es susceptible de trascender los l¨ªmites de ese g¨¦nero period¨ªstico llamado cr¨®nica de alfombra roja.

En la ciudad de la Costa Azul, lo m¨¢s interesante con frecuencia est¨¢ all¨¢ donde la etiqueta indumentaria no alcanza. Y no se trata de un fen¨®meno nuevo: uno de los mitos fundacionales de la leyenda del festival no tuvo lugar en una recepci¨®n elegante, sino en la recoleta playa privada del hotel Carlton. All¨ª, en 1953, Kirk Douglas le trenz¨® el pelo a una int¨¦rprete poco conocida pero con im¨¢n para las c¨¢maras que estaba a punto de convertirse en Brigitte Bardot, la actriz francesa m¨¢s famosa de su generaci¨®n.

Este a?o, los eventos, alfombras rojas, estrenos y photocalls de Cannes han dejado varias im¨¢genes notables tras un a?o largo de pandemia. Algunas son rutilantes y respiran ese glamour exc¨¦ntrico a la europea que caracteriza a una alfombra roja m¨¢s libre, relajada y heterodoxa que la estadounidense. Por ejemplo, Bella Hadid con un vertiginoso vestido de Schiaparelli que, en un trampantojo muy del gusto de la hist¨®rica firma parisina hoy dise?ada por Daniel Roseberry, superpone al pecho descubierto un complicado collar que replica la forma de los bronquios pulmonares.

En el sector masculino, el impacto ha venido de la mano de Timoth¨¦e Chalamet con un esmoquin de seda metalizada en plata y oro firmado por Tom Ford, una firma que comparte con Chalamet el talento necesario para prodigarse lo justo, desaparecer durante un tiempo y regresar en un golpe de efecto capaz de acaparar titulares.

Entre los esm¨®quines habituales en los estrenos vespertinos destacan los de Jon Kortajarena o el cantante y actor Benjamin Biolay: as¨ª se lleva un tup¨¦. Ganan terreno los hombres que deciden vestir traje oscuro y camisa negra sin corbata. Es lo que han decidido Pedro Almod¨®var ¡ªfiel a sus gafas de sol¡ª o Louis Garrel.

La apuesta por el color de Spike Lee ¡ªzapatillas Air Jordan, esmoquin cruzado fucsia¡ª dialoga con los gestos sofisticados de los modelos Jordan Barrett y James Turlington, de color beis el primero y de oscuro el segundo. Incluso el esmoquin cruzado Louis Vuitton que ha lucido Tahar Rahim aboga por una sofisticaci¨®n menos alambicada que la dictada por la etiqueta. Puede no sonar al Hollywood cl¨¢sico, pero grita moda, igual que el repertorio con que Tilda Swinton ha vuelto a coronarse como la reina del imaginario conceptual.

El festival, por supuesto, da para mucho m¨¢s. Hay actores que salen de la zona de embarque del aeropuerto ¡ªBrooklyn Beckham, Fran?ois Civil de Fendi¡ª dando ejemplo de lo que significa la moda en estos tiempos obsesionados por lo urbano, lo c¨®modo y lo espont¨¢neo. En los estrenos matinales, la Croisette se llena de trajes exc¨¦ntricos, camisas hawaianas, muchas gafas de sol ¡ªen la Costa Azul el sol aprieta estos d¨ªas¡ª, sombreros, bermudas y chaquetas ligeras.

Tras un a?o sin apenas agenda social, Cannes es un escaparate impagable para las colecciones de verano de las firmas de lujo. Y tambi¨¦n la constataci¨®n de que, en ocasiones, lo m¨¢s interesante de las alfombras rojas es lo que sucede fuera de sus c¨®digos.

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