Los ¡®ayusers¡¯

El ingl¨¦s dispone del sufijo -er, que sirve para formar adjetivos y sustantivos a partir de nombres y verbos con el fin de denotar una acci¨®n o una actividad. Cuando esa acci¨®n es continuada, se convierte a menudo en rasgo, oficio, ocupaci¨®n o profesi¨®n. Por ejemplo, del verbo to lose (perder), sale loser (perdedor); del sustantivo paint (pintura), sale painter (pintor). Del verbo to teach (ense?ar) se deriva teacher (profesor); y del sustantivo farm (granja), sale farmer (granjero).

Ese sufijo del ingl¨¦s tiene su paralelo principal en dos elementos similares del espa?ol (que adem¨¢s dispone de otros): -or y -ero, como acabamos de ver: ¡°perdedor¡±, ¡°profesor¡±, ¡°granjero¡±, ¡°ganadero¡±; si bien pueden darse otras terminaciones, por ejemplo en -¨ªn y en -ista: dancer se traduce como ¡°bailar¨ªn¡±, footballer como ¡°futbolista¡±. Y muchas opciones m¨¢s (photographer da ¡°fot¨®grafo¡±).

La productividad del sufijo -er en ingl¨¦s se ha implantado en las cabezas de algunos hablantes hispanos, que dicen por ejemplo ¡°es un runner¡± (de to run, correr: o sea, ¡°corredor¡±). Y esta semana se celebrar¨¢n en Oviedo los Encuentros Cincuenter, para reivindicar el papel de una generaci¨®n de mujeres injustamente penalizadas por su sexo y su edad. Y se ha acoplado incluso a nombres de marcas. Por ejemplo, youtuber (en espa?ol ser¨ªa ¡°youtubero¡± o ¡°yutubero¡±); o instagramer (¡°instagramero¡±). Est¨¢ por ver si esos anglicismos transitar¨¢n pronto el mismo camino que ya recorri¨® la ra¨ªz inglesa blog al pasar de blogger a ¡°bloguero¡±; m¨¢s lento que el vivido luego con la r¨¢pida adaptaci¨®n ¡°tuitero¡±.

Pero a¨²n se ha dado otra vuelta de tuerca: la aplicaci¨®n del sufijo -er a un apellido. Y ah¨ª nos viene ayusers; o sea, los seguidores de Isabel D¨ªaz Ayuso, la presidenta madrile?a.

Antes hubo suaristas, felipistas, guerristas, marianistas Ahora se nombra a unos supuestos ¡°sanchistas¡±. La derecha suele repetir mucho ¡°sanchistas¡± para centrar sus ataques en el presidente, con la conocida t¨¦cnica del chivo expiatorio, de tanto ¨¦xito entre nosotros.

En cambio, ayusers se ha venido usando en contextos favorables. Existe incluso una cuenta de Twitter denominada Ayusers, que se define as¨ª: ¡°Fans de @idiazayuso. ?Somos los #Ayusers! #YoConAyuso¡±. Tiene 4.059 seguidores (ellos dicen ¡°fans¡±) en el momento en que lo miro, viernes 18 a las 8.44. En Instagram, la cuenta Ayusers suma 27.900 seguidores bajo el lema ¡°Otra manera de hacer pol¨ªtica¡±, lo cual sin duda responde a la verdad.

Los ayusers tienen adem¨¢s una tienda en l¨ªnea (o sea, online para quien no lo entienda en espa?ol) donde venden camisetas, polos y bolsas con los lemas m¨¢s libertinos de la presidenta regional: ¡°Comunismo o libertad¡± y ¡°A Madrid se viene a que te dejen en paz¡±. La tienda ¡°de e-commerce¡± (o sea, de ciberventa) se llama Ayushop, por supuesto. ¡°Ayusotienda¡± habr¨ªa sido tomado como vulgar.

El anglocentrismo actual y la consecuente consideraci¨®n inferior de nuestros propios recursos ling¨¹¨ªsticos aparecen por doquier. Por eso les suena mejor ¡°soy un ayuser¡± que ¡°soy un ayusero¡±.

Las gentes del PP parecen felices con esto. Reservan la morfolog¨ªa del espa?ol para decir ¡°sanchista¡± y acuden al sufijo ingl¨¦s para su presidenta, en un rasgo de gran modernidad. No s¨¦ si tambi¨¦n estar¨¢ feliz el jefe del partido, Pablo Casado, quien tal vez andar¨¢ pregunt¨¢ndose por qu¨¦ hay tantos ayusers y no han aparecido todav¨ªa los casaders.

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