La ultraderecha ya tiene empleado del mes
El r¨¦gimen talib¨¢n es una gran p¨¦rdida de tiempo, eso es lo peor. Es volver al pasado para fracasar de nuevo.
Os invito a leer unas valoraciones de pel¨ªculas. ¡°La presentaci¨®n de algunos n¨²meros de canc¨¢n exige reservas. Para adultos con restricciones¡± (una de Walt Disney). ¡°La com¨²n amoralidad de varios personajes, su extrema desenvoltura sentimental, escenas y vestimentas no aceptables convierten el filme en negativo. Desaconsejado¡± (esta era de Elvis Presley). ¡°La f¨®rmula del w¨¦stern tradicional es rigurosamente respetada: victoria final del hombre de la ley y consecuente castigo de los malvados. No plantea problemas de orden moral. Para todos¡± (y esta era una de vaqueros como Dios manda). Son de u...
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Os invito a leer unas valoraciones de pel¨ªculas. ¡°La presentaci¨®n de algunos n¨²meros de canc¨¢n exige reservas. Para adultos con restricciones¡± (una de Walt Disney). ¡°La com¨²n amoralidad de varios personajes, su extrema desenvoltura sentimental, escenas y vestimentas no aceptables convierten el filme en negativo. Desaconsejado¡± (esta era de Elvis Presley). ¡°La f¨®rmula del w¨¦stern tradicional es rigurosamente respetada: victoria final del hombre de la ley y consecuente castigo de los malvados. No plantea problemas de orden moral. Para todos¡± (y esta era una de vaqueros como Dios manda). Son de un libro divertid¨ªsimo, las cr¨ªticas del Centro Cattolico Cinematografico italiano de 1965. Claro que entonces no era tan divertido. E Italia estaba avanzada respecto a Espa?a.
Los talibanes proh¨ªben el cine en general y, a las mujeres, hasta re¨ªrse en p¨²blico o llevar zapatos de tac¨®n, porque un hombre no puede o¨ªr los pasos de una mujer, no digamos la m¨²sica de una sonrisa. Lo cierto es que la teocracia afgana es la fantas¨ªa de todo fan¨¢tico religioso masculino, pero de cualquier religi¨®n. Al margen de an¨¢lisis geopol¨ªticos, ni se habla de algo de lo sobreentendido que est¨¢: es una cuesti¨®n religiosa. Recuerda la concepci¨®n arcaica en todas las religiones de la mujer y todo lo que tenga que ver con el sexo. Es su pecado original, del que siguen sin renegar. Los pa¨ªses dominados por la religi¨®n o sus valores m¨¢s necios suelen ser insoportables.
En Piazza Armerina, en Sicilia, hay una villa romana con un c¨¦lebre mosaico del siglo IV, unas mujeres haciendo deporte en biquini. Fue el ¨²ltimo siglo en el que se lo pudieron poner, luego vinieron 17 de religiones monote¨ªstas, obsesionadas con que se viera lo menos posible a la mujer, hasta el invento definitivo, el burka. El biquini como tal no reaparece hasta 1946. Lo llamaron as¨ª porque entonces en las islas Bikini realizaban pruebas nucleares y su creador pens¨® que tendr¨ªa sobre la poblaci¨®n masculina similares efectos at¨®micos. Desde luego a un talib¨¢n le estallar¨ªa la cabeza, o alguna otra parte de su anatom¨ªa con la que en realidad piensa. Porque todas esas medidas contra la mujer, si lo he entendido bien, quieren borrarlas para no excitar al hombre heterosexual, m¨¢s en concreto a unos barbudos iletrados (y feos). Al margen de que la alternativa tiene m¨¢s m¨¦rito a ojos de Dios y de las personas educadas ¡ªamar o aprender a dominarse, qu¨¦ demonios¡ª, la historia demuestra que es un error: es mucho peor. Si la ONU tuviera ¨ªndices serios de masturbaci¨®n per capita, el para¨ªso talib¨¢n ser¨ªa n¨²mero uno a a?os luz del segundo, seguido de Arabia Saud¨ª y otros paradigmas de la virtud en la tierra. Creer que se puede reprimir el sexo es perder el tiempo. El r¨¦gimen talib¨¢n es una gran p¨¦rdida de tiempo, eso es lo peor. Es volver al pasado para fracasar de nuevo.
En 1976, anteayer, Bernardo Bertolucci fue condenado por el Tribunal Supremo italiano a dos meses de c¨¢rcel por El ¨²ltimo tango en Par¨ªs y la sentencia orden¨® destruir todas las copias. El director replic¨®: ¡°No os hag¨¢is ilusiones, en la Italia de 1976 sois solamente una minor¨ªa en v¨ªas de extinci¨®n hist¨®rica, natural, biol¨®gica¡±. En esos a?os parec¨ªa claro, eran los ¨²ltimos coletazos de un mundo retr¨®grado en declive, el fin de una sociedad clerical. Lo que da miedo ahora son los eructos de un mundo retr¨®grado en ascenso. Para acabar de complicarlo, aparecen mentecatos como el de la falsa denuncia hom¨®foba en Madrid. La pr¨®xima v¨ªctima lo tendr¨¢ a¨²n m¨¢s crudo. La ultraderecha deber¨ªa hacerle empleado del mes.
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