¡°Por esa mirada les podr¨ªa denunciar por acoso y violaci¨®n¡±. Carla Toscano, el azote del feminismo de Vox
Con una camiseta con el lema #NotMeToo, La diputada atac¨® la ley del ¡®solo s¨ª es s¨ª' en el Congreso la semana pasada
Carla Toscano est¨¢ en contra de las medidas de discriminaci¨®n positiva que intentan garantizar la presencia de mujeres en las instituciones. Su partido, Vox, ha prometido abolirlas. Pero, si no fuera por las cuotas, probablemente no habr¨ªa sido elegida diputada en abril de 2019. La llamada ley cremallera obliga a que ning¨²n sexo tenga m¨¢s del 60% de representaci¨®n entre los cinco primeros candidatos al Congreso. Los tres primeros de la lista de Vox por Madrid eran inamovibles (Santiago Abascal, Javier Ortega ?Smith e Iv¨¢n Espinosa de los Monteros), as¨ª que los dos siguientes ten¨ªan que ser, forzosamente, mujeres. Vox sac¨® cinco diputados por Madrid y Toscano era la quinta.
Hace tres lustros, cuando era parlamentario vasco del PP, Abascal se puso de acuerdo (seg¨²n cuenta en un libro) con la candidata que le preced¨ªa para burlar la ley electoral. Ella dimiti¨® y ¨¦l ocup¨® su esca?o. En 2019 no hizo falta. Vox cumpli¨® escrupulosamente la ley. Escrupulosamente, ni un mil¨ªmetro m¨¢s. Por eso, su grupo es el que tiene menos mujeres del Congreso (27%).
Carla Toscano de Balb¨ªn (Madrid, 43 a?os) es portavoz de Vox en la comisi¨®n sobre violencia de g¨¦nero, algo que para Vox no existe. Puede parecer contradictorio, pero tambi¨¦n se presenta a las elecciones auton¨®micas y quiere suprimir las autonom¨ªas.
Vox siempre ha encargado a una mujer el papel de azote del feminismo y ariete contra lo que llama ¡°la ideolog¨ªa de g¨¦nero¡±. La pionera en esta tarea fue Alicia Rubio, autora de Cuando nos prohibieron ser mujeres¡ y os persiguieron por ser hombres, la biblia de los negacionistas de la violencia contra la mujer. Hasta que su partido le dio la espalda: tras haber sido candidata al Congreso en 2015, se qued¨® fuera de la lista en 2019 y Abascal la sac¨® de su ejecutiva meses despu¨¦s. Recal¨® en la Asamblea de Madrid, donde sigui¨® escandalizando con frases como ¡°el feminismo es c¨¢ncer¡±, pero ning¨²n dirigente de Vox acudi¨® a presentar su siguiente libro.
Para sustituirla, Abascal eligi¨® a Toscano, licenciada en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, m¨¢ster en ling¨¹¨ªstica aplicada a la ense?anza del espa?ol y especialista en ayuda humanitaria, seg¨²n su curr¨ªcu?lo.
El a?o antes de ser diputada no cobr¨® un c¨¦ntimo por su trabajo, pero su declaraci¨®n en el Congreso refleja 96.099 euros de dividendos (su familia tiene un negocio de locales industriales) e ingresos de 800 del alquiler de una casa. Toscano pag¨® 804,59 euros de IRPF en 2018.
Alta, delgada y con larga cabellera negra, luciendo camisetas de bandas de hard rock como Gun N¡¯ Roses o AC/DC y con miles de seguidores en las redes sociales, Toscano resultaba m¨¢s glamurosa y moderna que Rubio, aunque no menos grosera. ¡°Feministas, voy a ser breve: dais asco¡± o ¡°cerdas¡± (dirigido a las activistas de Femen), dej¨® escrito en su cuenta de Twitter. Aunque lo m¨¢s inquietante fue su felicitaci¨®n de fin de a?o en 2019: ¡°Feliz 1936. Y guardad las sobras de la cena de hoy, las vais a necesitar¡±. Sus compa?eros de esca?o aseguran que en privado es ¡°educad¨ªsima, cordial y emp¨¢tica¡±.
El 25 de noviembre de 2020, D¨ªa Internacional de la Eliminaci¨®n de la Violencia contra la Mujer, se pase¨® con una camiseta con el lema ¡°L¨¢grimas de feminista¡±; y en agosto pasado, una asociaci¨®n de hombres separados, que dice que la mayor¨ªa de las denuncias de malos tratos son falsas, la premi¨® por defenderles. Se da la circunstancia de que Toscano est¨¢ separada y tiene dos hijos.
Su momento estelar lleg¨® el pasado d¨ªa 14, cuando subi¨® a la tribuna para oponerse a la llamada ley del solo s¨ª es s¨ª con el lema ¡°#Notmetoo¡± en el pecho. ¡°Se?or Simancas, ?me est¨¢ mirando? ?Se?or Guijarro? Es que a lo mejor no me gusta c¨®mo me miran. Si fuera otro tipo de mujer, por esa mirada les podr¨ªa denunciar por acoso y violaci¨®n, y habr¨ªa que creerme porque soy mujer¡±, espet¨® a la bancada de la izquierda. No era la primera vez que usaba ese truco. En septiembre de 2020 anunci¨® que no denunciar¨ªa a Pablo Iglesias por la mirada lasciva que supuestamente le hab¨ªa dirigido al pasar ante su esca?o. Pero entonces tuvo menos eco.
Para oponerse a la ley, Toscano hizo una caricatura de ella. Lo que castiga el proyecto son las ¡°expresiones, comportamientos o proposiciones de car¨¢cter sexual que creen en la v¨ªctima una situaci¨®n objetivamente humillante, hostil o intimidatoria¡±. No parece que baste una mirada.
En agosto pasado, Toscano se quejaba del inter¨¦s ¡°morboso y enfermizo¡± de la izquierda por ¡°promocionar la homosexualidad [como] la opci¨®n m¨¢s maravillosa del mundo¡±. Su verdadero objetivo, aseguraba, es ¡°dinamitar a la familia¡±. No alud¨ªa, obviamente, a la familia que pueden formar dos personas del mismo sexo, sino a la ¨²nica que le merece tal nombre, la tradicional.
Tras haberlos tachado de ¡°chiringuitos¡±, Vox est¨¢ montando ahora sus propias asociaciones feministas (o, m¨¢s exactamente, femeninas). Una de ellas, Mujeres por la Igualdad, propugna un ¡°feminismo sano y equitativo¡±, asegura que la igualdad entre ambos sexos ya est¨¢ lograda, rechaza el aborto y pone como prioridades ¡°la protecci¨®n de la familia¡± y ¡°el derecho a ser madre¡±.
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