La trampa
Por qu¨¦ muchos de los que antes votaban a la izquierda ahora lo hacen a la extrema derecha
Hoy se celebran elecciones auton¨®micas en Andaluc¨ªa y la segunda vuelta de las legislativas en Francia. Cuando se conozcan sus resultados, los analistas se preguntar¨¢n c¨®mo es posible que una parte de los ciudadanos que en el pasado votaron una y otra vez a la izquierda hayan...
Hoy se celebran elecciones auton¨®micas en Andaluc¨ªa y la segunda vuelta de las legislativas en Francia. Cuando se conozcan sus resultados, los analistas se preguntar¨¢n c¨®mo es posible que una parte de los ciudadanos que en el pasado votaron una y otra vez a la izquierda hayan girado hacia la extrema derecha. A explicar el caso franc¨¦s, pero con vocaci¨®n generalista, se dedica el documental Regreso a Reims, recientemente estrenado en las pantallas espa?olas.
Basada en el libro del mismo t¨ªtulo del soci¨®logo galo Didier Eribon (Ediciones del Zorzal), la tan sugerente como pol¨¦mica pel¨ªcula ayuda a pensar. Describe la evoluci¨®n de la clase obrera francesa en el ¨²ltimo medio siglo, la radiograf¨ªa a trav¨¦s de los antecesores obreros del soci¨®logo, hombres condenados al trabajo alienante de las f¨¢bricas, y esposas abnegadas y sufridoras que siempre hab¨ªan escogido a la izquierda y que un d¨ªa, quiz¨¢ con verg¨¹enza, confiesan que han votado al Frente Nacional de Le Pen. ¡°Toda mi familia era ¡®comunista¡¯ en el sentido en que la pertenencia al Partido Comunista constitu¨ªa el horizonte incontestable de la relaci¨®n con lo pol¨ªtico, su principio organizador. ?C¨®mo se transform¨® en una familia a la que le pareci¨® posible, e incluso casi natural, otorgar su voto a la extrema derecha?¡±.
En la pel¨ªcula se desarrollan, entre otras, dos grandes razones: la primera, m¨¢s local, es el racismo estructural de la clase obrera blanca ante la llegada de centenares de miles de inmigrantes argelinos o subsaharianos (como antes fueron los espa?oles o los portugueses). Aparece una clase todav¨ªa m¨¢s pobre y marginada que la suya: los inmigrantes. La segunda raz¨®n es m¨¢s universal: las promesas sistem¨¢ticamente incumplidas de los partidos de izquierda, que dicen una cosa en la oposici¨®n y practican otra en el gobierno, o porque entran en la l¨®gica de la derecha o porque son impotentes para cumplir los programas con los que fueron llevados al poder. Ciudadanos que se sienten abandonados, que observan c¨®mo aquellos que se denominan de izquierdas se olvidan y no toman medidas a favor de los m¨¢s desfavorecidos: se comportan como la derecha. La traici¨®n hace que nunca vuelvan a confiar en ellos y se refugian en los discursos populistas de Le Pen y compa?¨ªa.
El director del documental, Jean-Gabriel P¨¦riot, saca im¨¢genes de Fran?ois Mitterrand. Cuando fue elegido presidente en 1981, la presi¨®n de los mercados oblig¨® a su Gobierno, compuesto de ministros socialistas y comunistas, a dar marcha atr¨¢s a muchas de las medidas que hab¨ªan comenzado a activar: incremento del salario m¨ªnimo, expansi¨®n de la demanda a trav¨¦s de la inversi¨®n p¨²blica, reducci¨®n de la jornada laboral, nacionalizaci¨®n de los principales bancos, aumento del d¨¦ficit p¨²blico, etc¨¦tera.
En las d¨¦cadas posteriores, en las que la globalizaci¨®n se hizo m¨¢s omnipresente, fue a¨²n m¨¢s dif¨ªcil. El analista conservador norteamericano Thomas Friedman escribe que aquella obliga a todos los pa¨ªses a ponerse una ¡°camisa de fuerza dorada¡±, que est¨¢ confeccionada con las reglas fijas a las que deben someterse todos los gobiernos: libre comercio, mercados de capitales libres, equilibrio presupuestario, sector p¨²blico m¨ªnimo¡ ¡°Si a tu pa¨ªs no le han tomado las medidas para hacerse una, lo har¨¢n pronto¡±, concluye Friedman. Ello significar¨ªa la imposibilidad de otro tipo de pol¨ªticas, sea quien sea el que gane las elecciones.
De refil¨®n, el director de la pel¨ªcu?la y el autor del libro entran en el debate sobre la meritocracia. Tanto uno como otro se definen como hijos de la clase obrera que consiguieron utilizar el ascensor social. El director deja claro que son casos aislados utilizados de forma pol¨ªtica, y declara: ¡°Cuando obtuvimos posiciones que no estaban previstas para nosotros, el sistema nos utiliza para decir: ¡®Mirad, lo hac¨¦is bien, pod¨¦is lograrlo¡¯. Mis hermanos y mis primos no llegaron a mi situaci¨®n, y si yo lo consegu¨ª no es porque el sistema funcione, sino por azar. Usarlo como ejemplo hace que una parte de la clase obrera lo utilice como contraejemplo y piense que si ellos no lo logran es porque lo han hecho mal¡±.
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