Asuman su responsabilidad
Son los hombres quienes deben asumir la responsabilidad en la prevenci¨®n de la violencia contra la mujer
En 2021 hubo 48 asesinatos de mujeres (49 en 2022). Se registraron 162.848 denuncias por violencia machista (446 diarias), se adoptaron 31.212 ¨®rdenes de protecci¨®n, de las que 23.834 fueron ¨®rdenes de alejamiento; se dictaron 54.318 sentencias por violencia machista, de las que 40.738 fueron condenatorias. El 13,7% de las denuncias nacieron en una intervenci¨®n directa de la polic¨ªa, el 8,3% por servicios m¨¦dicos (partes de lesiones) y el 1,5% (pocas) por familiares. El resto, por las afectadas. Ninguna po...
En 2021 hubo 48 asesinatos de mujeres (49 en 2022). Se registraron 162.848 denuncias por violencia machista (446 diarias), se adoptaron 31.212 ¨®rdenes de protecci¨®n, de las que 23.834 fueron ¨®rdenes de alejamiento; se dictaron 54.318 sentencias por violencia machista, de las que 40.738 fueron condenatorias. El 13,7% de las denuncias nacieron en una intervenci¨®n directa de la polic¨ªa, el 8,3% por servicios m¨¦dicos (partes de lesiones) y el 1,5% (pocas) por familiares. El resto, por las afectadas. Ninguna por vecinos, amigos o compa?eros de trabajo del agresor.
Los datos ayudan a ver m¨¢s clara la realidad. No se trata de un problema puntual, que afecta a un peque?¨ªsimo n¨²mero de hombres desquiciados. Es asombroso que, con esta informaci¨®n a su disposici¨®n, la mayor¨ªa de los hombres piense que el problema de las agresiones machistas no tiene nada que ver con ellos (ya que ellos mismos no son agresores), mientras que la mayor¨ªa de las mujeres es perfectamente consciente de que se trata de algo que las concierne a todas, agredidas o no.
Extra?o que muchos hombres no piensen que hay algo radicalmente equivocado en la formaci¨®n del car¨¢cter masculino cuando la mayor¨ªa de los casos de agresi¨®n se producen contra personas con las que han convivido amorosamente. El car¨¢cter, seg¨²n el diccionario de la Academia, es el conjunto de circunstancias o cualidades propias de una persona o colectividad, que la distingue de las dem¨¢s por su modo de ser u obrar. Las mujeres no maltratan o matan (salvo casos extraordinariamente infrecuentes) a sus parejas. Los hombres, en cifras estad¨ªsticamente apreciables, s¨ª.
Extra?o que m¨¢s hombres no se sientan implicados en el problema, cuando est¨¢ claro que la propensi¨®n a la violencia y la actitud de posesi¨®n de la mujer no responden solo a una franja de edad. No se trata, en su mayor¨ªa, de casos protagonizados por hombres de 70 u 80 a?os que crecieron en una ¨¦poca en la que la impunidad era total, sino que en la actualidad la edad media de los agresores no supera en buena parte los 50 a?os y a veces, incluso, se trata de casi adolescentes.
La repugnancia que sienten los hombres ante la generalizaci¨®n es evidente: yo soy un individuo, no un g¨¦nero, proclaman. Cierto, pero est¨¢ claro que las mujeres padecen la violencia y que los hombres la practican. Las mujeres sufren el problema, pero son los hombres quienes lo tienen. Son los hombres quienes deben asumir la responsabilidad en la prevenci¨®n de la violencia contra la mujer. Son los hombres los que deben poner en marcha programas y actividades que se centren en c¨®mo detectar y tratar a los hombres violentos que practican la violencia contra las mujeres o que pueden llegar a hacerlo. Obviamente, es una minor¨ªa de hombres la que golpea y asesina a mujeres (una minor¨ªa significativa), pero son todos los hombres los que pueden influir en la cultura y en el ambiente que permite a esos hombres ser perpetradores.
Las campa?as de publicidad, adem¨¢s de animar a las mujeres a tomar sus propias decisiones y a denunciar cualquier agresi¨®n machista, deber¨ªan ir dirigidas a los hombres y protagonizadas quiz¨¢s por aquellos que tienen influencia sobre ellos, especialmente sobre los j¨®venes (famosos deportistas, m¨²sicos, influencers, pol¨ªticos, hombres de negocios, artistas, escritores, dibujantes), que les hablen y les dirijan hacia programas donde aprendan a controlar su violencia. En las comunidades de migrantes (aunque es un error creer que la mayor¨ªa de los asesinatos de mujeres se cometen en esos grupos, cuando en realidad casi el 70% de esos cr¨ªmenes son realizados por espa?oles) deber¨ªa promoverse la creaci¨®n de grupos de mediadores, hombres de esos mismos colectivos, capaces de obtener informaci¨®n y detectar a quienes practican esa violencia machista brutal.
En mayo de 2004, EL PA?S public¨® una carta de Iciar Bollain y Alicia Luna (directora y guionista de Te doy mis ojos) en la que expresaban sus dudas sobre el tratamiento que se estaba dando a los casos de violencia machista. ?Es posible que los hombres violentos se vean arropados al verse reflejados en otros hombres igualmente capaces de matar a sus parejas? Bollain y Luna ped¨ªan parar y reflexionar. Se ha avanzado, pero los hombres no est¨¢n asumiendo, ni de lejos, la responsabilidad que les corresponde.
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