Si no puedes citar a tres mujeres artistas... no est¨¢s solo
M¨¢s de la mitad de los encuestados en un estudio hecho en el Reino Unido afirmaron no haber estudiado a ninguna creadora en la escuela. Pero hay muchas que lograron destacar, a pesar de que la historiograf¨ªa dominante las silenci¨®
¡°?Por qu¨¦ has decidido escribir una historia del arte en la que solo aparecen mujeres?¡±. En ninguna de las entrevistas que durante estas semanas ha concedido Katy Hessel a ra¨ªz de la publicaci¨®n de su Historia del arte sin hombres (de la editorial ?tico de los Libros) ha faltado esta pregunta. La c¨¦lebre Historia del arte de Ernst Gombrich, que ha vendido ocho millones de copias desde su publicaci¨®n y ha servido como manual de iniciaci¨®n para miles de estudiantes, no incluy¨® a una so...
¡°?Por qu¨¦ has decidido escribir una historia del arte en la que solo aparecen mujeres?¡±. En ninguna de las entrevistas que durante estas semanas ha concedido Katy Hessel a ra¨ªz de la publicaci¨®n de su Historia del arte sin hombres (de la editorial ?tico de los Libros) ha faltado esta pregunta. La c¨¦lebre Historia del arte de Ernst Gombrich, que ha vendido ocho millones de copias desde su publicaci¨®n y ha servido como manual de iniciaci¨®n para miles de estudiantes, no incluy¨® a una sola mujer hasta la decimosexta edici¨®n. ?Alguien le pregunt¨® por qu¨¦?
Solo unos pocos entendidos reconocen el nombre de artistas mujeres como Artemisia Gentileschi, Sofonisba Anguissola, Jacqueline Marval o Suzanne Valadon. Hessel, que tambi¨¦n tiene un podcast en el que entrevista a mujeres artistas, realiz¨® en su reciente libro una encuesta para medir el grado de conocimiento del p¨²blico brit¨¢nico sobre el arte hecho por mujeres. Un 30% de los encuestados fueron incapaces de nombrar a m¨¢s de tres artistas femeninas y m¨¢s de la mitad afirmaron no haber estudiado a ninguna en la escuela.
Hay que armarse de paciencia para encontrar obras de mujeres en las grandes pinacotecas. En la colecci¨®n del National Gallery de Londres solo el 1% tiene autor¨ªa femenina. El Museo del Prado ¡ªque tard¨® 197 a?os en dedicar su primera exposici¨®n a una artista¡ª apenas cuenta con un 0,8% de presencia de mujeres. Una investigaci¨®n realizada en 2019 indic¨® que en las colecciones de 18 grandes museos de Estados Unidos el 87% de las obras eran de hombres y el 85% de artistas blancos.
La experta en historia del arte y estudios de g¨¦nero Estrella de Diego explica por tel¨¦fono que durante los ¨²ltimos a?os las grandes instituciones art¨ªsticas est¨¢n desesperadas por ampliar su escaso cat¨¢logo de mujeres artistas. ¡°Nada le gustar¨ªa m¨¢s al Prado que tener los almacenes llenos de cuadros pintados por mujeres, pero por desgracia no es as¨ª¡±. De Diego asegura que salen muy pocas obras de creadoras femeninas a subasta y hay una dura competici¨®n por adquirirlas.
Es la reacci¨®n a siglos de antifeminismo en la historia del arte. La ya fallecida Linda Nochlin inaugur¨® la historia del arte feminista en 1971, con la publicaci¨®n de un ensayo titulado ?Por qu¨¦ no ha habido grandes mujeres artistas? Habla de las mujeres silenciadas en la historiograf¨ªa dominante y, sobre todo, pone el punto de mira en la idea de genio creador, ¡°el ser que crea a partir de la nada¡±.
Es habitual escuchar hablar del genio sublime de Leonardo da Vinci o de Pablo Picasso, ?pero qu¨¦ hubiera pasado si, en lugar de Pablo, Picasso hubiera nacido Pablita? Dice ?Nochlin que se construye alrededor de las grandes figuras el mito del Gran Artista: ¡°... ¨²nico y dotado desde la cuna (¡), cuyo talento acaba viendo la luz por muy complicadas o poco prometedoras que sean sus circunstancias¡±. Las mismas capacidades m¨¢gicas atribuidas por Plinio el Viejo al escultor Lisipo en la antig¨¹edad se repite en el relato con el que el maestro del Renacimiento Giorgio Vasari inmortaliza al pintor Giotto, descubierto de ni?o mientras ¡°cuidaba de su reba?o y dibujaba ovejas en una piedra¡±. Es un relato patriarcal que excluye todo el contexto pol¨ªtico, social y econ¨®mico que durante siglos ha impedido a la mujer expresar su creatividad.
Se?ala Hessel que hasta finales del siglo XIX las j¨®venes no estaban autorizadas a formarse en talleres. ¡°Mientras los ni?os m¨¢s pobres ten¨ªan la posibilidad de convertirse en aprendices, la mayor¨ªa de las artistas eran hijas de artistas o de nobles ricos que las animaban en sus carreras¡±, afirma por correo electr¨®nico. Adem¨¢s, ten¨ªan prohibido estudiar el desnudo de un cuerpo en directo y su firma, en muchas ocasiones, era sustituida por la de un hombre. En los siglos XVI y XVII, el papel de las mujeres ¡ªque ni siquiera pod¨ªan ir a la iglesia sin acompa?ante¡ª quedaba reducido a pintar bodegones y retratos, ¡°g¨¦neros accesibles y socialmente aceptables¡±.
Nochlin invita a dejar de buscar el equivalente femenino de Miguel ?ngel o Rembrandt. Porque de haber realmente un gran n¨²mero de grandes mujeres artistas ocultas, no habr¨ªa ning¨²n motivo ¡°para alterar el statu quo¡±. Hay muchas y muy buenas que no han sido suficientemente estudiadas y valoradas. El milagro, se?ala la historiadora, consiste en que un n¨²mero tan grande de mujeres o personas racializadas hayan conseguido destacar en un ¨¢mbito dominado por el sujeto masculino y blanco.
Hay cientos de ejemplos donde elegir. La propia Nochlin, en compa?¨ªa de Anne Sutherland, se encarg¨® de comisariar en 1976 la hist¨®rica exposici¨®n Mujeres artistas: 1550-1950 en el Museo de Arte del Condado de Los ?ngeles, que incluy¨® a 83 artistas de 12 pa¨ªses. En el Museo del Prado se puede disfrutar del Nacimiento de san Juan Bautista, de Artemisia Gentileschi, que en vida se convirti¨® en una de las figuras m¨¢s importantes de la pintura barroca despu¨¦s de haber sido violada a los 17 a?os por un amigo de su padre. Hessel explica que Gentileschi se reapropi¨® de las narraciones hist¨®ricas y populares y las represent¨® desde la perspectiva de una mujer. Basta comparar su Judit decapitando a Holofernes con el Judit y Holofernes de Caravaggio. La misma escena, pero dos visiones distintas del papel que ejerce la mujer.
Peio H. Ria?o, autor de Las invisibles: ?por qu¨¦ el Museo del Prado ignora a las mujeres?, critica los obst¨¢cu?los que imponen las instituciones y la academia para abrirse a incorporar el nombre de mujeres a los museos e investigaciones. ¡°Un museo es un aparato construido con unas intenciones narrativas e ideol¨®gicas. Hasta el momento, gozaban de una suerte de sacralidad que no era ni cuestionada ni interpelada¡±, afirma por tel¨¦fono. Se lamenta de que instituciones como el Museo del Prado no recojan el contexto real en que fueron hechas algunas obras o que mantengan el t¨ªtulo de cuadros que invisibilizan la violencia machista: ¡°No se entiende que haya obras que sigan hablando de ¡®rapto¡¯ o de ¡®posesi¨®n¡¯ en vez de decir ¡®violaci¨®n¡±.
Apunta Hessel que las mujeres tambi¨¦n han sido sistem¨¢ticamente apartadas de la narrativa tradicional de otros terrenos como la m¨²sica o la literatura. Precisamente una poeta, Safo de Lesbos, dej¨® escritas hace m¨¢s de 2.000 a?os unas palabras que hoy resuenan como una profec¨ªa: ¡°Te aseguro que alg¨²n d¨ªa alguien se acordar¨¢ de nosotras¡±.
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