Bienvenido al Congreso: N¨²?ez Feij¨®o cree ahora que es l¨ªcito negociar con Junts
Es una buena noticia que el PP reconozca, por fin, la legitimidad de todo el Parlamento, aunque mantenga el vocabulario de la crispaci¨®n
Resulta chocante ¡ªy bienvenida¡ª la nueva estrategia del presidente del Partido Popular, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, de tejer alianzas con grupos parlamentarios, como Junts, para intentar oponerse a la pol¨ªtica del Gobierno y, llegado el caso, votar conjuntamente para negarle la confianza o promover su censura. Chocante, porque hasta ahora mismo el PP consideraba a los diputados de Junts, de ideolog¨ªa independentista y protagonistas del ...
Resulta chocante ¡ªy bienvenida¡ª la nueva estrategia del presidente del Partido Popular, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, de tejer alianzas con grupos parlamentarios, como Junts, para intentar oponerse a la pol¨ªtica del Gobierno y, llegado el caso, votar conjuntamente para negarle la confianza o promover su censura. Chocante, porque hasta ahora mismo el PP consideraba a los diputados de Junts, de ideolog¨ªa independentista y protagonistas del llamado proc¨¦s, pr¨¢cticamente como apestados, y con los que el Gobierno de S¨¢nchez hab¨ªa roto todas las l¨ªneas rojas al dialogar y negociar. Y bienvenida, porque esa rectificaci¨®n supone admitir que todos los diputados han sido leg¨ªtimamente elegidos y que S¨¢nchez no llev¨® a cabo ninguna maniobra extra?a, sino la pr¨¢ctica pol¨ªtica m¨¢s com¨²n: alcanzar mayor¨ªas parlamentarias que den acceso a La Moncloa y permitan gobernar.
El problema es que N¨²?ez Feij¨®o pretende reclamar su propio derecho a las alianzas y, al mismo tiempo, lanzar todos los d¨ªas instrucciones a su partido para que ¡°redoble los esfuerzos para desalojar a Pedro S¨¢nchez de la presidencia del Gobierno¡±. El problema es que acepte hablar de pol¨ªtica con Junts fuera del Parlamento, pero se niegue a aceptar el menor debate pol¨ªtico en el Congreso y que, contra la m¨¢s elemental prudencia, se empe?e en alentar todas las iniciativas judiciales que puedan afectar no ya al Partido Socialista, sino a la propia familia de Pedro S¨¢nchez. Desalojar significa hacer salir a alguien de alg¨²n lugar, apartarle con violencia, o deponerle de su empleo o dignidad, impidi¨¦ndole el ejercicio de ellos. Ese vocabulario, creador de buena parte de la crispaci¨®n que sufre la pol¨ªtica en este pa¨ªs, deber¨ªa ser desterrado para siempre. A un presidente del Gobierno en un pa¨ªs democr¨¢tico no se lo desaloja. Se le ganan elecciones o se lo censura con una mayor¨ªa parlamentaria.
El Partido Popular y N¨²?ez Feij¨®o consideran ahora, afortunadamente, a los diputados de Junts interlocutores v¨¢lidos. ?Para lograr qu¨¦? De momento, para evitar, junto con Vox y el PNV, que las grandes compa?¨ªas el¨¦ctricas, que han obtenido enormes beneficios en el ¨²ltimo ejercicio, ingresen unos 1.500 millones de euros m¨¢s en el erario p¨²blico. En el futuro, quiz¨¢s, para cualquier movimiento parlamentario que ayude a debilitar al presidente S¨¢nchez. La novedad es que, si los diputados de Junts ya no forman parte de lo que el PP consideraba un peso muerto en el Parlamento, ?por qu¨¦ van a serlo los del BNG o los de Bildu? Es una buena noticia que el PP reconozca, por fin, la legitimidad de todo el Parlamento.
El Partido Socialista y el presidente S¨¢nchez intentan, por su parte, mantener abiertas las negociaciones con Junts para dar estabilidad al Gobierno, por lo menos durante 2025, lo que implicar¨ªa lograr que se aprueben los Presupuestos Generales para ese a?o. La legislatura no acaba, en teor¨ªa, hasta 2027, pero 2026 ser¨ªa ya un a?o ¡°de salida¡±, en el que primar¨ªan, sin m¨¢s, las estrategias electorales de unos y otros. Si Junts le niega el respaldo para aprobar los Presupuestos de 2025, S¨¢nchez no estar¨ªa obligado a adelantar las elecciones (el Gobierno de Mariano Rajoy prorrog¨® los suyos en varias ocasiones), pero s¨ª quedar¨ªa debilitado y dar¨ªa nuevas fuerzas a N¨²?ez Feij¨®o. A cambio, la capacidad de influencia de Junts quedar¨ªa tambi¨¦n bastante desactivada.
Lo m¨¢s interesante en estos momentos es saber qu¨¦ estar¨¢ dispuesto a negociar el presidente para lograr esos Presupuestos. En el mejor de los casos, la resoluci¨®n del Tribunal Constitucional sobre la ley de amnist¨ªa no llegar¨¢ antes del pr¨®ximo verano y, si es positiva para el Gobierno, no ser¨¢ posible aplic¨¢rsela a Carles Puigdemont antes de esas fechas. Quiere decirse que Junts tiene que decidir si apoya los Presupuestos con Puigdemont todav¨ªa en Waterloo y qu¨¦ precio exigir¨¢. Hay distintas facturas posibles (admitir que Puigdemont como expresidente de la Generalitat tiene derecho a escolta, aceptar el debate sobre la moci¨®n de confianza, adelantar los acuerdos de financiaci¨®n), pero la m¨¢s llamativa es la posible entrevista entre S¨¢nchez y Puigdemont. El presidente ha afirmado en varias ocasiones que no se entrevistar¨¢ personalmente con el expresidente de la Generalitat hasta que haya sido amnistiado y pierda su condici¨®n de pr¨®fugo. Aceptar ahora un encuentro en alg¨²n lugar de Suiza, como al parecer exige Junts, tendr¨ªa un coste personal y pol¨ªtico muy alto, pero con S¨¢nchez no es f¨¢cil saber qu¨¦ le merece la pena y qu¨¦ no. Lo que est¨¢ m¨¢s claro es que esa entrevista no le merece la pena al PSOE: la foto le har¨ªa seguramente m¨¢s da?o que la pr¨®rroga de los Presupuestos.