Hacer caer a Pedro S¨¢nchez

Algunos se preguntan si caer¨¢ Pedro S¨¢nchez ¡ªotros, sencillamente lo desean¡ª: caso Koldo-?balos, declaraciones de V¨ªctor de Aldama, investigaci¨®n al fiscal general y dimisi¨®n de Juan Lobato¡­ Sin embargo, ser¨ªa naif creer que en Espa?a un presidente puede ser expulsado a media legislatura, fruto de los esc¨¢ndalos que le rodean. Ello ser¨ªa tomar el caso de Mariano Rajoy en 2018 como precedente: una moci¨®n de censura que nos hemos contado que fue por la trama G¨¹rtel, pero siendo honestos, poco tuvo que ver con eso.

Y es que a Rajoy no se le ech¨® simplemente por la condena al Partido Popular como part¨ªcipe a t¨ªtulo lucrativo. Con perspectiva, su Gobierno cay¨® por una conjunci¨®n de intereses entre los socios que le sustentaban en ese momento, donde cada cual vio la posibilidad de realizar sus anhelos con otro presidente. De un lado, los independentistas decidieron vengarse del PP por el 1 de octubre de 2017, que se hab¨ªa saldado con el encarcelamiento de varios l¨ªderes del proc¨¦s: el PDeCAT hubo que convencer a Carles Puigdemont de apoyar la moci¨®n de censura, quiz¨¢s vislumbrando ah¨ª una salida a sus problemas judiciales. Entre las izquierdas, la condena del PP sirvi¨® para desacomplejar un entendimiento del PSOE con Podemos y ERC, e incluso, con Bildu: S¨¢nchez no hab¨ªa podido pactar con ellos en 2016 porque sus barones se lo hab¨ªan impedido, pero dos a?os despu¨¦s, y tras ganar las primarias, ya nadie era capaz de vetar ese entendimiento t¨¢cito. Y por ¨²ltimo, el PNV esperaba del PSOE, a cambio de su voto, que respetara la cuant¨ªa del cupo vasco que hab¨ªa negociado unos d¨ªas antes con los populares: con ello, pudo incluso ponerse de paso la medalla del escr¨²pulo democr¨¢tico. En definitiva, la G¨¹rtel solo fue la excusa para que tanto opositores como socios dieran a Rajoy pasaporte, pero las razones fueron otras.

As¨ª que cabr¨ªa preguntarse si los socios de S¨¢nchez han dejado de verle ¨²til, como vara de medir la continuidad de la legislatura. Todo ello, sin olvidar que a¨²n no hay ninguna condena en firme a nadie del PSOE o que Aldama tiene que aportar pruebas sobre sus declaraciones, y ya se ver¨¢ en qu¨¦ queda todo esto. Y pese a las hip¨®tesis, la respuesta es que ning¨²n socio de S¨¢nchez ve m¨¢s conveniente por ahora que llegue Alberto N¨²?ez Feij¨®o a La Moncloa.

Basta observar los intereses de cada uno, que poco distan de fiscalizar los casos que rodean al Gobierno al que sustentan ¡ªning¨²n esmero han mostrado los partidos plurinacionales, a estos efectos¡ª. Puigdemont ha empe?ado su cr¨¦dito independentista en la amnist¨ªa y necesita tiempo para que se le aplique. ERC ha basado su relato en entenderse con el PSOE, por ejemplo, para una mejor financiaci¨®n para Catalu?a. Para Bildu, S¨¢nchez ha sido la principal figura socialista en darle carta de legitimidad para fraguar pactos. El PNV est¨¢ por la agenda vasca, gobernando con el PSE en Euskadi. Podemos se centra ya en su pugna con Sumar, de modo que necesita tiempo para relanzar a Irene Montero en unas generales, y la plataforma de Yolanda D¨ªaz va de capa ca¨ªda, por tanto, no le convienen elecciones.

En consecuencia, S¨¢nchez no caer¨¢ en las actuales circunstancias. Es m¨¢s, cualquier moci¨®n de censura supondr¨ªa ir de la mano del PP y Vox, un t¨¢ndem que es la mayor salvaguarda de la continuidad del Ejecutivo. Ser¨ªa un trago muy amargo para el PNV tener que apoyar a Feij¨®o junto a la ultraderecha y sin tener por seguro que se convocaran elecciones inmediatamente. Para darse esos apoyos, deber¨ªa llegarse a un escenario demasiado cr¨ªtico. Y hasta la fecha, el propio Aitor Esteban es prudente respecto a Aldama, como se desprende de sus palabras este mi¨¦rcoles en el Congreso.

El caso es que los partidos que apoyan al PSOE demuestran a diario lo blindado que est¨¢ el Gobierno, por muy bravos que se pongan en p¨²blico. S¨¢nchez logr¨® sacar adelante parte de su agenda fiscal porque a todos les convino conjugar intereses tan distintos. El impuesto sobre las energ¨¦ticas no const¨® en la votaci¨®n definitiva, para contentar a Puigdemont y al PNV ¡ªlos que siguen teniendo la sart¨¦n por el mango¡ª, sino que adem¨¢s se releg¨® a negociarlo en una comisi¨®n o a prorrogarlo mediante decreto. Es decir, que Podemos, ERC y Bildu se agarraron a una promesa para no poner al Ejecutivo en problemas. Cada d¨ªa es m¨¢s probable hasta que haya Presupuestos.

Con todo, la derecha blandir¨¢ el argumento de que S¨¢nchez no cae porque los socios del Gobierno son partidos nacionalistas ¡°a los que no les importa el inter¨¦s general¡±. La pregunta es si a Ciudadanos le importaba el inter¨¦s general, y no el suyo, cuando decidi¨® no votar a favor de la moci¨®n de Rajoy porque se ve¨ªa pujante en las encuestas. Lo mismo aplica con Vox, cuando no apoya ciertas comisiones de investigaci¨®n, all¨ª donde el PP est¨¢ en apuros. La respuesta es obvia: en Espa?a son las urnas las que suelen echar a los presidentes, raramente sus socios, pese a los posibles esc¨¢ndalos. Y en eso, por ahora no dista demasiado ser un nacionalista espa?ol que un mero independentista: las pruebas son conclusivas. Que cada cual juzgue si ello es un m¨¦rito, o un dem¨¦rito, de la democracia espa?ola.