El Ej¨¦rcito israel¨ª ordena la evacuaci¨®n del barrio ¨¢rabe de Hebr¨®n tras la muerte de una ni?a
El incidente, que puede desencadenar una nueva espiral de violencia, se produce en plena cumbre ¨¢rabe en Am¨¢n
En una primera reacci¨®n tras conocer lo sucedido, el primer ministro israel¨ª, Ariel Sharon, ha culpado a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) de esta muerte y ha ordenado el estado de sitio en la ciudad de Hebr¨®n, al tiempo que el Ej¨¦rcito israel¨ª decretaba la evacuaci¨®n del barrio ¨¢rabe. Los militares ya han transmitido la orden a altos mandos de la ANP, que ya se la han comunicado a la poblaci¨®n del vecindario, seg¨²n ha informado la televisi¨®n estatal.
Grupos de colonos jud¨ªos indignados hab¨ªan tomado las calles a ¨²ltima hora de la tarde y se tem¨ªa una explosi¨®n de violencia en la tensa ciudad de Cisjordania. Uno de los portavoces de los colonos, Noam Amon, ha calificado a los palestinos de "pueblo despreciable" y a los autores del ataque de "monstruos".
De hecho, los colonos han exigido esta noche al Ej¨¦rcito que conquiste el barrio ¨¢rabe para garantizar su seguridad, mientras que su madre ha solicitado un veredicto religioso a un gran rabino para que no entierren a su hija hasta que esto no ocurra, aunque la religi¨®n les exige enterrar a los muertos lo antes posible.
Shaul Yahalom, parlamentario del derechista Partido Nacional Religioso -que representa en gran medida los intereses de los colonos- ha exigido que Sharon haga valer sus promesas electorales y tome Hebr¨®n con los tanques o, al menos, la colina desde donde procedieron los disparos. En el otro extremo del espectro pol¨ªtico israel¨ª, Mussi Raz, del izquierdista Meretz, ha pedido en cambio que se considere la posibilidad de evacuar el asentamiento jud¨ªo de Hebr¨®n.
La conflictividad de Hebr¨®n
La ciudad es en s¨ª misma un microcosmos de la mayor parte de los aspectos del conflicto palestino-israel¨ª. Unas pocas docenas de colonos israel¨ªes viven en el centro de una ciudad mayoritariamente ¨¢rabe protegidos por un impresionante contingente militar. Los habitantes palestinos se encuentran sometidos a sucesivos toques de queda, a veces de varios meses de duraci¨®n. La hostilidad entre ambas comunidades es permanente y los roces violentos eran ya frecuentes incluso antes del comienzo de la Intifada.
De hecho, los incumplimientos de los acuerdos de paz y de los calendarios por parte de Israel empezaron con la retirada de Hebr¨®n, donde el asentamiento jud¨ªo hizo que el entonces reci¨¦n elegido primer ministro, Benjamin Netanyahu, se replanteara la situaci¨®n. Netanyahu introdujo el concepto de repligue y forz¨® a la parte palestina a negociar un nuevo protocolo para que sus tropas continuaran en la ciudad, que qued¨® dividida.
Un d¨ªa plagado de incidentes
El d¨ªa hab¨ªa comenzado con la aparici¨®n de los cuerpos sin vida de dos palestinos en las proximidades de Jeric¨® en lo que se sospecha que pod¨ªa tratarse de una "ejecuci¨®n sumaria" de colaboracionistas.
Poco despu¨¦s, docenas de palestinos han resultado heridos en Nablusa, cuando una manifestaci¨®n pac¨ªfica contra el cierre de los territorios palestinos termin¨® en una batalla campal. Casi al mismo tiempo, en las cercan¨ªas de esta misma ciudad han herido a un colono y otro ha sido apu?alado en las proximidades del asentamiento de Ramot, en Jerusal¨¦n Este.
Las fuerzas de seguridad israel¨ªes han expresado su temor a que la violencia contin¨²e aumentando a lo largo de la semana, mientras se celebra la cumbre ¨¢rabe en Amman, hasta culminar el pr¨®ximo viernes en la conmemoraci¨®n del D¨ªa de la Tierra.
Esta fecha marca el aniversario de la muerte de una docena de palestinos y ¨¢rabes-israel¨ªes en una manifestaci¨®n contra la confiscaci¨®n de tierras, en 1976. Este a?o, la direcci¨®n de la Intifada ha decidido declarar el viernes Jornada de la Ira y ha hecho un llamamiento a la huelga general contra la ocupaci¨®n israel¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.