Los sindicatos desaf¨ªan la reforma laboral de Berlusconi con una huelga general para abril
Las tres centrales sindicales del pa¨ªs tratar¨¢n de frenar con este paro el despido libre previsto por el Gobierno
Tres d¨ªas despu¨¦s de que el principal sindicato italiano, el CGIL (ex comunista), lograra reunir en Roma a m¨¢s de un mill¨®n de personas en un claro desaf¨ªo a las reformas laborales previstas por el Gobierno de Silvio Berlusconi, las tres centrales sindicales han convocado una huelga general de ocho horas para el 16 de abril que plasme con rotundidad sus protestas.
Los l¨ªderes de CGIL, Sergio Coferatti; CISL, Savino Pezzotta, y UIL, Luigi Angeletti, reunidos hoy en Roma, han acordado ese paro general como respuesta a la pol¨ªtica laboral de Berlusconi y, m¨¢s en concreto, contra la intenci¨®n del Ejecutivo de suspender el art¨ªculo 18 del Estatuto de los Trabajadores que proh¨ªbe el despido sin causa justificada.
La decisi¨®n sindical tiene lugar en un momento de especial tensi¨®n social en Italia, donde la semana pasada fue asesinado un consejero del Ministerio de Trabajo.
Savino Pezzotta resumi¨® el sentir de los tres l¨ªderes sindicales al afirmar que la huelga est¨¢ justificada por la actuaci¨®n del Ejecutivo en relaci¨®n con el art¨ªculo 18 del Estatuto, con el futuro modelo de arbitraje laboral y con la intenci¨®n de que las empresas no hagan las contribuciones asistenciales de los trabajadores que se incorporen al mercado.
Recuperaci¨®n de la unidad sindical
De esta manera los tres principales sindicatos italianos recuperan la unidad de acci¨®n, puesto que inicialmente hab¨ªa sido CGIL, con m¨¢s de cinco millones de afiliados, el que hab¨ªa convocado unilateralmente el paro para el 5 de abril, mientras que las otras dos centrales optaban por aceptar el plazo de dos meses adicionales dado por el Gobierno para negociar las reformas.
Sin embargo, la actitud del Gabinete de Berlusconi, en concreto de los ministros de Econom¨ªa, Giulio Tremonti, y Trabajo, Roberto Maroni, ha llevado a que CISL y UIL den por cerrada la posibilidad de un consenso y se han unido a la inicial convocatoria de CGIL, aunque la fecha ha cambiado y ya no ser¨¢ el 5 de abril sino el 16.
Diversas manifestaciones multitudinarias preceder¨¢n esa jornada de huelga, seg¨²n anunciaron los dirigentes sindicales, que han optado por la f¨®rmula de paro de ocho horas, que en Italia no se produc¨ªa desde 1982.
Con posterioridad ha habido dos huelgas generales de cuatro horas, una en 1993 contra el Gobierno del entonces primer ministro y hoy jefe del Estado, Carlo Azeglio Ciampi, y otra en 1994, durante la breve gesti¨®n al frente del Ejecutivo de Silvio Berlusconi.
Entonces Berlusconi padeci¨® aquella huelga por su proyecto de medidas de ajuste econ¨®mico y ahora ser¨¢ esencialmente por su reforma laboral.
Crispaci¨®n social
La crispaci¨®n social ha ido en aumento en Italia en los ¨²ltimos meses y los sindicatos se han convertido en el principal instrumento de oposici¨®n a la pol¨ªtica de Silvio Berlusconi, quien ha asegurado repetidamente que no abandonar¨¢ su estrategia de reformas en materia econ¨®mica, fiscal y laboral.
El asesinato del asesor del Ministerio de Trabajo Marco Biagi, la semana pasada en Bolonia, ha incrementado la tensi¨®n social, en especial porque miembros del Gabinete como Umberto Bossi (Reformas) y Antonio Martino (Defensa) han echado en cara a los sindicatos ser los causantes de una crispaci¨®n que da lugar a la actividad terrorista.
Esas declaraciones dieron al traste con la reuni¨®n, prevista para hoy, entre Gobierno y sindicatos, y en su lugar las centrales se han reunido para convocar la huelga del 16 de abril.
Los tres sindicatos promover¨¢n ma?ana manifestaciones en toda Italia para protestar contra el terrorismo y hoy han decidido que los actos centrales del 1 de mayo ser¨¢n en Bolonia, donde fue asesinado Biagi.
"Salidas de tono" de Bossi
La crisis entre el Gobierno de Silvio Berlusconi y los sindicatos italianos ha terminado por salpicar a la alianza gubernamental, donde comienzan a abrir brecha las reiteradas "salidas de tono" del l¨ªder de la Liga Norte, Umberto Bossi.
Una reuni¨®n en torno al primer ministro, Silvio Berlusconi, tratar¨¢ de taponar hoy la ¨²ltima sangr¨ªa ocasionada por el verbo tremendista de Bossi, que acus¨® abiertamente al principal sindicato italiano, el ex comunista CGIL, de connivencia con el terrorismo.
El vicepresidente del gobierno y l¨ªder de la postfascita AN, Gianfranco Fini, ha criticado abiertamente los "excesos verbales" a trav¨¦s de un comunicado de prensa firmado por el portavoz de su partido, Mario Landolfi, en un gesto desesperado.
Tambi¨¦n Marco Follini, en nombre de los centristas de orientaci¨®n democristiana de la Casa de las Libertades, ha levantado la voz para pedir "mesura" y "civilidad" en las palabras de los miembros del Gobierno.
Todos contra Bossi
Todos contra Bossi que, sin embargo, parece que no se da por aludido a tenor de sus primeras respuestas, en las que se reafirma en las graves imputaciones al sindicato CGIL y a su l¨ªder, Sergio Cofferati.
Si antes de que sus aliados le llamaran a cap¨ªtulo hab¨ªa dicho que "las mentiras del CGIL han creado el pretexto que ha llevado al homicidio de Biagi", despu¨¦s no retrocedi¨® un paso para repetir que "los terroristas son los hijos de una exasperada protesta sindical".
Las invectivas de Bossi y del ministro de Defensa, Antonio Martino, que calific¨® de "peligrosa para la democracia" la manifestaci¨®n de casi dos millones de personas el pasado s¨¢bado en Roma, acabaron por dar al traste con la reuni¨®n en la que hoy deb¨ªan retomar el di¨¢logo social Gobierno y sindicatos.
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