El rey de Afganist¨¢n vuelve a su pa¨ªs despu¨¦s de 29 a?os de exilio
Bush anuncia ayudas para la reconstrucci¨®n del pa¨ªs que compara con el Plan Marshall
El depuesto rey de Afganist¨¢n, Mohamed Zahir Shah, puso fin a un largo exilio de casi tres d¨¦cadas en la capital italiana al partir en la noche del mi¨¦rcoles por v¨ªa a¨¦rea hacia Kabul, acompa?ado por el Jefe de Gobierno provisional afgano, Hamid Karzai.
El anunciado regreso a Kabul de Mohamed Zahir Shah hab¨ªa sido aplazado en varias ocasiones en las ¨²ltimas semanas ante el temor de un posible atentado. El anciano monarca, de 87 a?os, viaja acompa?ado por un contingente de medio centenar de agentes especialmente entrenados del Arma de Carabinieri, que se encargar¨¢n de su protecci¨®n y de instruir a la que ser¨¢ su guardia personal.
De la comitiva forman parte tambi¨¦n seis ministros del gobierno provisional afgano, la subsecretaria italiana de Exteriores, Margarita Boniver, el hijo y el yerno de Zahir Shah, tres m¨¦dicos y dos enfermeras.
Antes de su partida de la capital italiana, el ministro afgano de Exteriores, Abdul¨¢ Abdul¨¢, subray¨®, no obstante, que el Gobierno no est¨¢ especialmente preocupado por la seguridad del monarca y que su "hist¨®rico" regreso supone un factor de estabilidad y de unidad nacional para el pa¨ªs asi¨¢tico. "Los opositores al monarca -dijo- podr¨¢n expresar su parecer en los foros pol¨ªticos adecuados, porque el retorno no es m¨¢s que un s¨ªntoma claro de vuelta a la normalidad".
Abdula Abdul¨¢ a?adi¨® que, en ning¨²n caso, el rey "es una amenaza para los pa¨ªses vecinos de Afganist¨¢n ni debe suponer problema en sus relaciones con ellos", en referencia a las reticencias de Ir¨¢n, el pa¨ªs que m¨¢s objeciones ha puesto al regreso del antiguo monarca.
El rey Zahir, depuesto por un golpe de Estado en 1973, regresa ahora como simple ciudadano y con el expreso deseo de quedarse en su pa¨ªs "para siempre" y de ayudar en su reconstrucci¨®n tras m¨¢s de dos d¨¦cadas de conflictos armados.
Perteneciente a la mayoritaria etnia past¨²n, Zahir cuenta con un amplio consenso entre las diferentes facciones afganas y por ello se conf¨ªa en su papel moderador en la compleja transici¨®n pol¨ªtica en el Afganist¨¢n de la era postalib¨¢n.
Sus partidarios recuerdan que durante sus 40 a?os de reinado (1933-1973) el pa¨ªs disfrut¨® de un largo periodo de estabilidad, prosperidad y modernizaci¨®n, que contrasta fuertemente con la etapa de caos y violencia que sigui¨® a su partida. En cambio, sus detractores le acusan de haber vivido en las tres ¨²ltimas d¨¦cadas un "exilio dorado", ajeno al drama de Afganist¨¢n.
Reconstrucci¨®n de Afganist¨¢n
Por su parte, Estados Unidos se ha comprometido a asumir un papel importante en la reconstrucci¨®n de Afganist¨¢n y George W. Bush ha anunciado un plan de ayuda que compar¨® con el que George C. Marshall envi¨® a Europa despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial. El presidente afirm¨®, durante una visita al Instituto Militar de Virginia, que su pa¨ªs estar¨¢ comprometido con Afganist¨¢n "hasta que la misi¨®n concluya" y afirm¨® que la fuerza militar, por s¨ª sola, no puede traer una paz verdadera.
Seg¨²n Bush, la estabilidad de Afganist¨¢n s¨®lo se conseguir¨¢ cuando las carreteras del pa¨ªs se hayan reconstruido, exista un sistema sanitario, haya escuelas y funcionen empresas, de la misma manera que hicieron Europa y Jap¨®n despu¨¦s de 1945. "Sabemos que la paz real s¨®lo se conseguir¨¢ cuando demos al pueblo afgano los medios para conseguir sus propias aspiraciones", declar¨®.
Estados Unidos destin¨® unos trece mil millones de d¨®lares al Plan Marshall (unos 90.000 en d¨®lares de hoy en d¨ªa), para ayudar a los 17 pa¨ªses de Europa occidental. Naciones Unidas ha calculado que Afganist¨¢n necesitar¨¢ 15.000 millones para su reconstrucci¨®n durante la pr¨®xima d¨¦cada.
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