Una ceremonia en el mar recuerda a los muertos en la batalla naval de Trafalgar
Bono arroja al mar seis coronas de laurel desde el portaaviones Pr¨ªncipe de Asturias, escoltado por un nav¨ªo franc¨¦s y otro brit¨¢nico
Doce millas m¨¢s all¨¢ del puerto de C¨¢diz. All¨ª es donde el ministro de Defensa, Jose Bono, ha arrojado hoy al mar seis coronas de laurel para recordar a los miles de marinos espa?oles muertos en la batalla naval que, hoy hace 200 a?os, tuvo lugar frente al cabo Trafalgar. Al buque insignia de la armada, el Portaaviones Pr¨ªncipe de Asturias, le han escoltado en la tarea dos fragatas de las otras dos flotas que participaron en la lucha, la brit¨¢nica Chatham, y la francesa Montcalm. "Hace 200 a?os tres naciones se enfrentaron en estas mismas aguas, y casi 5.000 personas perdieron la vida. Nadie que sea recordado habr¨¢ muerto en vano", ha se?alado Bono.
Lejos de insistir en el peso hist¨®rico que los eruditos le atribuyen a la batalla en la balanza de las potencias mundiales del siglo XIX, las autoridades militares espa?olas han querido convertir este 21 de octubre en un recuerdo discreto de quienes fallecieron en la batalla. En un homenaje a los m¨¢s de 4.000 muertos, entre espa?oles y franceses, que cayeron ante el golpe imparable del ingl¨¦s Nelson.
Ceremonia religiosa, militar y pol¨ªtica
Horas antes de esa culminaci¨®n, a las 10 de la ma?ana, Bono ha asistido junto a los embajadores de Reino Unido y Francia a un responso por el alma de los fallecidos, oficiado por el arzobispo general castrense y un capell¨¢n ingl¨¦s. A la ceremonia religiosa tambi¨¦n han asistido descendientes directos de los principales protagonistas de la batalla: Nelson, el victorioso almirante, Villeneuve, el depresivo comandante de la flota conjunta hispano francesa, as¨ª como de los espa?oles Alcal¨¢ Galiano y Churruca, entre otros.
Poco despu¨¦s, un desfile de las unidades de honores de las tres armadas en C¨¢diz ha a?adido la nota castrense a la ceremonia religiosa, pero lo ha hecho con un mensaje pacifista: "tres naciones y un proyecto compartido, memoria conjunta con la que tributamos culto a la historia, no a la guerra, pero s¨ª a los que murieron en la batalla", en palabras del almirante jefe del Estado Mayor de la Defensa, Sebasti¨¢n Zaragoza Soto. El acto militar ha concluido solemnemente con la lectura, uno a uno, de todos los nombres de los buques que lucharon ese d¨ªa.
El bicentenario de la batalla ha sido recordado en los tres pa¨ªses que participaron en ella de modo muy distinto. Si Reino Unido viene celebrando desde que comenz¨® el a?o grandes actos para recordar lo que algunos historiadores denominan pomposamente como el comienzo del dominio de la talasocracia inglesa, y con ¨¦l el nacimiento del Imperio Brit¨¢nico, en Francia la fecha no ha pasado de ser una efem¨¦ride m¨¢s en el calendario. Cosa l¨®gica si se tiene en cuenta que los libros atribuyen el resultado de la batalla a la pericia de Nelson pero sobre todo, al error de Villeneuve.
"Inglaterra espera que cada hombre cumpla con su tarea"
Esta frase, de Horacio Nelson, ha cruzado esta ma?ana la rada del puerto ingl¨¦s de Portsmouth, y lo ha hecho igual que aqu¨¦l 5 de octubre de 1805: con se?ales de banderas, justo despu¨¦s de la izada de la bandera brit¨¢nica. A los 27 nav¨ªos que respondieron a este mensaje, y a los hombres que los tripulaban ha rendido homenaje esta ma?ana la Royal Navy, a bordo del HMS Victory.
Pero el de hoy era sobre todo un homenaje al comandante ingl¨¦s, cuya memoria es venerada en el Reino Unido, y cuya vida qued¨® segada por la bala de un francotirador franc¨¦s en el mismo lugar donde hoy una corona de flores ha sido arrojada al mar. Una celebraci¨®n muy distinta, en el espacio y en el significado, a la que tendr¨¢ lugar frente a las costas de C¨¢diz.
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