Pinochet, interrogado durante m¨¢s de tres horas por el 'caso Riggs'
Cerda decidir¨¢ si dicta el procesamiento del ex dictador por enriquecimiento il¨ªcito
El ex dictador chileno Augusto Pinochet fue interrogado ayer durante casi tres horas y media por el juez de la Corte de Apelaciones de Santiago Carlos Cerda, quien investiga las millonarias cuentas secretas que mantuvo ocultas en el Banco Riggs y otras instituciones en el exterior. Al realizar esta diligencia, el magistrado qued¨® en condiciones de dictar el procesamiento de Pinochet por uno o m¨¢s de los cuatro delitos de los que es acusado.
Cerda hizo el interrogatorio de manera sigilosa. Al finalizar la declaraci¨®n indagatoria, consultado por los periodistas en el Palacio de Tribunales, afirm¨® que a Pinochet lo encontr¨® "muy bien como ser humano y como persona, lo que es muy favorable para facilitar la investigaci¨®n", desmontando as¨ª las versiones de su defensa sobre la supuesta mala salud del ex dictador, que este mes cumple 90 a?os.
El juez no quiso revelar las respuestas de Pinochet al interrogatorio en su residencia en La Dehesa, el barrio m¨¢s rico de Santiago, y se?al¨® que ahora debe ponderar lo que ¨¦ste dijo. "Lo importante es que ha sido una gesti¨®n muy exitosa y que ¨¦l ha colaborado", agreg¨®.
Cumplida esta diligencia, Cerda deber¨¢ resolver la suerte judicial del ex dictador, a quien la Corte Suprema despoj¨® del fuero que le ampara en su condici¨®n de ex presidente.
En este caso, conocido como el del Banco Riggs, Pinochet est¨¢ desaforado por presentar declaraciones de impuestos maliciosamente incompletas; uso de pasaportes falsos para abrir cuentas en el exterior sin ser detectado; presentar una declaraci¨®n notarial de bienes falsa en los d¨ªas postreros de la dictadura, que no concuerda con su patrimonio, y falsificaci¨®n de un certificado de la Subsecretar¨ªa de Guerra para acreditar su renta.
El anterior juez que condujo el caso, Sergio Mu?oz, no pudo continuar la investigaci¨®n despu¨¦s de ser ascendido a la Corte Suprema. Durante sus investigaciones, lleg¨® a procesar y detener a la esposa e hijo menor del ex dictador, Luc¨ªa Hiriart y Marco Antonio Pinochet, como c¨®mplices de fraude tributario, as¨ª como a la ex secretaria privada del general, M¨®nica Anan¨ªas, y su ex albacea, ?scar Aitken. Pero no tuvo tiempo de llegar hasta el mismo Pinochet.
S¨®lo el ahora jubilado juez Juan Guzm¨¢n ha procesado con anterioridad a Pinochet, en dos casos relativos a cr¨ªmenes de opositores a la dictadura, como autor intelectual en uno y encubridor en otro, pero en ambas oportunidades los tribunales superiores sobreseyeron a Pinochet por su supuesta demencia senil.
Al salir Mu?oz del caso, los querellantes temieron que fuera designado un juez no decidido a llegar al fondo del asunto. Sin embargo, a finales de octubre, la Corte Suprema design¨® por unanimidad a Cerda, considerado el m¨¢s id¨®neo, en una resoluci¨®n casi reparatoria. Este magistrado gan¨® merecido prestigio cuando en 1986, durante la dictadura, se atrevi¨® a procesar y ordenar detener a 40 militares, entre ellos un ex miembro de la Junta Militar, por un caso de violaciones a los derechos humanos.
Su osad¨ªa le cost¨® la posibilidad de ascender a la Suprema. La justicia militar solicit¨® su remoci¨®n del caso y los tribunales superiores ordenaron aplicar la amnist¨ªa que decret¨® la dictadura.
Cerda se neg¨® por considerar que era una medida contraria a la ley, pero la Suprema lo depuso del caso y le suspendi¨® del cargo sin sueldo. A pesar de ser uno de los mejores investigadores de la Corte de Apelaciones de Santiago, estuvo a punto de salir de los tribunales por malas calificaciones y debi¨® humillarse p¨²blicamente pidiendo excusas por el desacato.
Ya en democracia, Cerda volvi¨® a ser reconocido, pero la Corte Suprema nunca ha colocado su nombre en las listas de jueces que env¨ªan al presidente de la Rep¨²blica para que ¨¦ste proponga al Senado promover a uno de ellos a este tribunal. La derecha votar¨ªa en su contra.
Este juez, que siempre ha votado a favor de desaforar a Pinochet, es quien tiene en sus manos el futuro judicial del ex dictador por el caso Riggs.
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