Un jurado neoyorquino dicta una sentencia a muerte por primera vez en 50 a?os

Un jurado en Nueva York ha sentenciado a la pena de muerte, por primera vez en medio siglo, a un joven que asesin¨® a sangre fr¨ªa a dos detectives en 2003, y de lo que ya hab¨ªa sido hallado culpable en un juicio previo. Despu¨¦s de un d¨ªa de deliberaciones, el jurado de un tribunal federal en Brooklyn sentenci¨® a Ronell Wilson, de 24 a?os de edad, a recibir una inyecci¨®n letal que acabase con su vida.

El pasado 20 de diciembre, Wilson hab¨ªa sido hallado culpable del asesinato de los polic¨ªas Rodney Andrews y James Nemorin, a quienes dispar¨® en la cabeza en marzo de 2003 durante una operaci¨®n en la que actuaban encubiertos contra la compraventa ilegal de armas. Adem¨¢s, el jurado le conden¨® tambi¨¦n por robo, secuestro y posesi¨®n ilegal de armas de fuego, entre otros cargos. Despu¨¦s de aquel juicio, se ha celebrado otro en el que jurado deb¨ªa considerar si el condenado merec¨ªa ser sentenciado a la pena capital, como solicitaba la acusaci¨®n.

La fiscal¨ªa argument¨® que Wilson sab¨ªa que sus v¨ªctimas eran detectives cuando se subi¨® al auto camuflado que usaban estos, con la pretensi¨®n de que les iba a vender un arma ilegal, y les dispar¨® en la cabeza, sin atender incluso los ruegos del detective Nemorin para que le dejara vivo. Adem¨¢s, los fiscales alegaron que Wilson es un violento pandillero y una aut¨¦ntica "bomba de relojer¨ªa", que ya hab¨ªa estallado una vez y por lo que deb¨ªa ser sentenciado a muerte, en lugar de pasar su vida en prisi¨®n.

La defensa, por su parte, intent¨® convencer al jurado de que se trataba de un joven con una vida muy conflictiva y que desde su ni?ez hab¨ªa estado inmerso en un ambiente familiar de drogadicci¨®n, abandono y caos. La pasada semana, Wilson pidi¨® perd¨®n a los familiares de las v¨ªctimas por el da?o que les hab¨ªa causado, aunque reconoci¨® que quiz¨¢s ellos no aceptaran ahora su disculpa. Los abogados de Wilson han se?alado que apelar¨¢n la sentencia a muerte y uno de ellos, Ephraim Savitt, declar¨® a la prensa que "es triste cuando justicia y venganza se convierten en una misma cosa".