La creciente impunidad rusa para matar e intimidar a periodistas
Presiones, boicot, amenazas, torturas e incluso la muerte: eso es lo que le espera a los periodistas cr¨ªticos en Rusia.- ONG y expertos critican el silencio de Occidente ante esta violaci¨®n de los derechos humanos
Magomed Yevloyev muri¨® en Ingusetia el 31 de agosto tras recibir un disparo en la cabeza mientras se encontraba bajo custodia policial. Telman Alishayev, reportero de la televisi¨®n Islamic TV en Dagest¨¢n, falleci¨® un d¨ªa despu¨¦s no muy lejos de all¨ª, despu¨¦s de ser tiroteado cuando estaba en su coche. Ese mismo d¨ªa, Milosav Bitokov, editor de un semanario en una regi¨®n del sur de Rusia, fue apaleado cerca de su casa e ingres¨® en un hospital con varias fracturas y herido de gravedad. Tambi¨¦n a finales de agosto, Zurab Tsechoyev, editor del sitio web de derechos humanos Mashr, fue secuestrado y torturado durante horas por las fuerzas de seguridad rusas. Unas semanas antes, Roza Malsagova vol¨® hasta Par¨ªs con sus tres hijos para pedir asilo tras las presiones y amenazas sufridas. La lista podr¨ªa seguir varios p¨¢rrafos m¨¢s.
Desde el a?o 2000 16 periodistas han sido asesinados en Rusia en represalia directa por su trabajo. De todos ellos, s¨®lo dos o tres han sido tratados por la prensa internacional
Todos ellos eran periodistas y todos han sufrido esta violencia ante la indiferencia y el silencio de la Uni¨®n Europea y los gobiernos occidentales. Todos han pagado, algunos con su vida, su cr¨ªtica al gobierno ruso y al nulo respeto que por las libertades y los derechos humanos muestran Vladimir Putin y su sucesor Dmitri Medv¨¦dev.
Estrategia represiva
Ante la presi¨®n m¨¢s o menos directa ejercida por el sistema creado por Putin hay dos opciones: el silencio, acompa?ado o no del exilio, o amenazas, torturas, persecuciones, boicots y, si el periodista se empe?a en seguir siendo molesto, la muerte.
El caso de Yevloyev es ilustrativo. En 2001 cre¨® el sitio Ingushetia.ru, muy cr¨ªtico con la pol¨ªtica de Rusia en el Caucaso y en especial con el aliado de Putin en la zona, el presidente de Igusetia, Murat Zyazikov. Adem¨¢s de ser el propietario de esta web, Yevloyev tuvo ideas tan poco 'apropiadas' como organizar la campa?a Yo no vot¨¦, que denunciaba el fraude masivo por el que Medv¨¦dev fue apoyado en la regi¨®n. Mosc¨² dice que votaron el 98% de los ingusetios, pero Yevloyev consigui¨® firmas de m¨¢s del 2% de la poblaci¨®n asegurando que no hab¨ªan participado en los comicios.
Desde julio de 2007 se encontraba bajo una fuerte campa?a de presi¨®n que inclu¨ªa ataques a la casa de su padre, acusaciones de apolog¨ªa del terrorismo y el intento de cerrar la web, aunque no pudieron porque el dominio estaba en EE UU, por lo que crearon una p¨¢gina falsa con una direcci¨®n similar y noticias falsas para desacreditarle. Como Yevloyev no ced¨ªa, fue detenido al bajar de un avi¨®n en Magas, la nueva capital de Ingusetia. Llam¨® a la editora de la p¨¢gina, Roza Malsagova, ahora en el exilio, y le dijo "Roza, me est¨¢n deteniendo". Cuatro horas despu¨¦s muri¨® en lo que las autoridades rusas no tardaron en calificar como "accidente". Incluso culparon al propio Yevloyev, que intent¨® escapar y robar la pistola de uno de los polic¨ªas, seg¨²n la versi¨®n de la Fiscal¨ªa, que anunci¨® una investigaci¨®n.
La Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y la Seguridad en Europa (OSCE) lo ha calificado directamente de "asesinato" y no conf¨ªa en las palabras de la fiscal¨ªa. "La investigaci¨®n es s¨®lo una cuesti¨®n de forma. Ser¨ªa una sorpresa muy agradable si llegasen a la verdad, encontrasen al responsable y pagase su precio, pero las opciones son m¨ªnimas", asegura a ELPA?S.com, la francesa Elsa Vidal, experta de Reporteros Sin Fronteras para la ex URSS. "Rusia deja poco espacio para investigar, es dif¨ªcil creer que la justicia rusa vaya a llegar a la verdad", concluye.
Indiferencia y silencio en Occidente
"El gobierno ruso se ha dado cuenta de que esto no tiene mayor coste. Si soport¨® lo de Anna Politk¨®vskaya c¨®mo no va a soportar esto" responde el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Aut¨®noma, Carlos Taibo, a la pregunta sobre las causas de la creciente impunidad de Rusia a la hora de reprimir los derechos fundamentales. "Lo de Politk¨®vskaya fue distinto porque trabajaba en los medios occidentales y era m¨¢s conocida fuera que dentro de Rusia", contin¨²a Taibo sobre el asesinato de la periodista en octubre de 2006.
Eso s¨ª, el profesor de la UAM matiza y asegura que ser¨ªa "precipitado"culpar directamente a Putin porque considera que es algo m¨¢s propio dea lgunos sectores de los servicios secretos y el ej¨¦rcito, con o sin el benepl¨¢cito directo del Kremlin. N
Nina Ognianova, Coordinadora del Programa para Europa y Asia Central del Comit¨¦ de Protecci¨®n de Periodistas (CPJ, en sus siglas en ingl¨¦s) coincide con el profesor al hablar de la indiferencia de los gobiernos y la prensa y nos recuerda que "no s¨®lo es que la muerte de Yevloyev no haya ocupado los titulares de la prensa internacional. Adem¨¢s, desde el a?o 2000 16 periodistas han sido asesinados en Rusia en represalia directa por su trabajo. De todos ellos, s¨®lo dos o tres han sido tratados por la prensa internacional".
Taibo no cree que este silencio est¨¦ 'comprado' por los intereses econ¨®micos y la dependencia energ¨¦tica de Uni¨®n Europea respecto a Rusia: "Es la actitud general de la UE en cualquier rinc¨®n del mundo, Rusia o Marruecos (...) Chechenia tampoco estaba en la agenda". No lo estaba en 2006 y no lo est¨¢ ahora, como demostr¨® la reuni¨®n del mi¨¦rcoles entre el presidente del Gobierno Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y su hom¨®logo ruso, Medv¨¦dev. Un encuentro en el que se habl¨® de alianzas y de "espacios de seguridad comunes" pero ni una palabra sobre derechos humanos.
Rusia est¨¢ en el puesto 144 en el ¨ªndice de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, por detr¨¢s de pa¨ªses como Sud¨¢n y Afganist¨¢n y seguida de T¨²nez y Egipto. Es, adem¨¢s, el noveno pa¨ªs en el ¨ªndice de impunidad para asesinar periodistas elaborado por el CPJ. No parece ser suficiente para prestarlo atenci¨®n.
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