El "fen¨®meno Farkas" seduce a Chile
M¨¢s de 130.000 personas se han unido en Facebook para pedir a este exc¨¦ntrico millonario que se lance a la presidencia en 2009
Para celebrar sus 40 a?os, en marzo del a?o pasado, el millonario empresario chileno Leonardo Farkas alquil¨® todos los salones del Hotel Sheraton, uno de los m¨¢s lujosos de Santiago. Para animar la fiesta, contrat¨® a los grupos KC and The Sunshine Band y Air Supply y a un DJ especialmente tra¨ªdo de Nueva York. 80 brasile?os estuvieron encargados de entretener a los asistentes. Seg¨²n dijo el propio Farkas a la revista chilena Paula, la invitaci¨®n, que mand¨® a hacer a Italia, dec¨ªa tres cosas: "deja tus tarjetas de negocios en la casa, trae tus zapatos de baile, no acepto regalos".
El evento provoc¨® la curiosidad de todos los medios de comunicaci¨®n y sac¨® del anonimato a su protagonista. Ocho meses despu¨¦s, el empresario minero, con su inconfundible cabellera rubia larga y uno de sus trajes Ermenegildo Zegna hecho a medida, volver¨ªa a aparecer para donar nada menos que 450.000 d¨®lares a la Telet¨®n, la obra ben¨¦fica para los ni?os discapacitados.
Su figura de millonario exc¨¦ntrico y desprendido comenz¨® a ganar presencia en los diarios, las revistas y la televisi¨®n local. En el norte de Chile, donde tiene la mayor¨ªa de sus minas de hierro, le ha financiado las casas a decenas de familias y ha puesto Internet en lugares donde no exist¨ªa. Pag¨® 400.000 d¨®lares para reservar dos pasajes con el fin de hacer un viaje como turista espacial junto a su esposa en 2010 -ser¨¢ el primer sudamericano en realizarlo- y gast¨® m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares en un Rolls-Royce Phantom Drophead 2008. Reparte dinero a quien se lo pide en las calles de Santiago y critica al sector privado por no actuar frente a la pobreza.
Pero la historia de Farkas es la de un verdadero "sue?o americano". Proveniente de una familia de clase media-alta, Farkas estudi¨® Ciencias Econ¨®micas en Chile, pero hizo sus primeras ganancias como m¨²sico en bares de hoteles de Miami, Nueva York y Las Vegas. Despu¨¦s toc¨® el piano en cruceros y, gracias a los contactos que fue haciendo, comenz¨® a actuar en palacios de jeques ¨¢rabes. A los 27 a?os se cas¨® con Tina Friedman, heredera norteamericana de la cadena de hoteles Concord. Dej¨® entonces la m¨²sica y particip¨® en el sector inmobiliario en Estados Unidos, donde hizo negocios con Donald Trump. En 1995, comenz¨® a invertir en las alica¨ªdas minas de hierro que su familia ten¨ªa en el norte de Chile. Farkas revitaliz¨® el negocio y ahora vende 10 millones de toneladas de hierro al a?o. China es uno de sus principales clientes.
?Posible candidato presidencial?
Donde va, decenas de personas se re¨²nen alrededor de ¨¦l y, como si se tratara de un "salvador", le piden dinero o trabajo. Farkas se ha transformado en el icono pop del pa¨ªs. Al punto que m¨¢s de 130.000 personas en Facebook se han unido a un grupo pidiendo que sea candidato a la presidencia del pa¨ªs, ya existe una p¨¢gina web (www.farkas2010.com) donde se promociona su postulaci¨®n para las elecciones de diciembre del a?o pr¨®ximo y ya se ven algunas pintadas de "Farkas Presidente" en las calles de Santiago. Incluso, el destacado historiador chileno Alfredo Jocelyn-Holt lo describi¨® como el "Obama chileno" en una columna del diario La Tercera. La expectaci¨®n ha crecido despu¨¦s de que el empresario dijera que har¨¢ un anuncio importante el lunes y se dispararan los rumores de una posible candidatura presidencial.
Hace casi un mes, en un concierto de su amigo de KC en Santiago, Farkas tom¨® la palabra para regalar cerveza a los m¨¢s de 5.000 asistentes al evento. En medio de la algarab¨ªa de la gente, lanz¨® su primera frase con intenci¨®n pol¨ªtica: "Cuando sea presidente, todos se van a vestir bien, porque ahora los ministros parece que compran en la feria persa", dijo. "Si saliera electo presidente, todos los chilenos tendr¨ªan casa", se?al¨® hace pocos d¨ªas en una entrevista con el diario La Cuarta.
El viernes pasado fue a la Universidad Cat¨®lica de Valpara¨ªso. Al llegar, la muchedumbre se abalanz¨® sobre ¨¦l. En un momento, perdi¨® el pa?uelo que llevaba en la solapa del traje. Le pag¨® 70 euros a la persona que se lo devolvi¨®. "Si fuera otro (pa?uelo) no me importar¨ªa, pero ¨¦ste me lo regal¨® Julio Iglesias", dijo.
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