La desilusi¨®n del 'cambio' cubano
El Gobierno de Ra¨²l Castro no responde a las esperanzas que gener¨® el relevo de Fidel, seg¨²n el an¨¢lisis de varios expertos reunidos en Madrid
Un grupo de expertos reunidos en Madrid para analizar la situaci¨®n de la econom¨ªa cubana pint¨® un negro panorama, en el que las esperanzas de cambio que despert¨® el relevo de Fidel Castro por su hermano Ra¨²l no se han visto cumplidas. As¨ª, medidas como que los cubanos puedan adquirir tel¨¦fonos m¨®viles y ordenadores suponen una burla, dada la precaria situaci¨®n de la mayor¨ªa de los cubanos, que no s¨®lo no tienen los medios para adquirir estos productos, sino que tienen que dedicar una gran cantidad de tiempo a "resolver", es decir, a buscar d¨ªa a d¨ªa la manera de subsistir.
La Casa de Am¨¦rica acogi¨® el lunes el Seminario de Reformas Econ¨®micas en Cuba, organizado por la Asociaci¨®n para el Estudio de la Econom¨ªa Cubana (ASCE, en sus siglas en ingl¨¦s) y la Asociaci¨®n Espa?ola Cuba en Transici¨®n (AETC). Los ponentes coincidieron en se?alar la situaci¨®n desesperada de la econom¨ªa cubana, que achacaron a razones internas m¨¢s que a causas externas, como el embargo de Estados Unidos, que m¨¢s bien representa "una coartada" para el Gobierno.
Entre los principales problemas de la econom¨ªa cubana destaca la baja productividad y, relacionada con ¨¦sta, la baja producci¨®n de alimentos, que obliga a la importaci¨®n del 50% de la alimentaci¨®n (el 84% desde Estados Unidos), seg¨²n destac¨® el economista Joaqu¨ªn Pujol, ex funcionario del Fondo Monetario Internacional. Seg¨²n Pujol, "hay dos econom¨ªas cubanas: una virtual, la que el Gobierno presenta al exterior, y que seg¨²n las estad¨ªsticas oficiales es el pa¨ªs que m¨¢s crece en Am¨¦rica Latina, y otra real, la que tienen que vivir los cubanos en la isla", con problemas de racionamiento y escasez. Adem¨¢s, el sistema de salud y la educaci¨®n, principales logros del r¨¦gimen, han experimentado un grave deterioro en los ¨²ltimos a?os. Se da la paradoja de que el Gobierno env¨ªa a miles de m¨¦dicos al extranjero, mientras faltan en la isla.
Doble moneda
Otro grave problema es el sistema de doble moneda que rige en la isla, con el peso "nacional" y el "peso convertible" (que equivale a 20 pesos nacionales), con tasas de cambio m¨²ltiples, que provoca distorsiones econ¨®micas y sociales y complica notablemente la contabilidad de las empresas extranjeras.
Los expertos relacionaron directamente la apertura econ¨®mica con la transici¨®n a la democracia en la isla y destacaron la resistencia del r¨¦gimen a todo cambio econ¨®mico que comporte un menor control del Gobierno. Manuel Garc¨ªa D¨ªaz, profesor de la Universidad de Granada y ex vicepresidente de la Junta Central de Planificaci¨®n de Cuba, afirm¨® que "en Cuba hay un gran ayatol¨¢, que es Fidel, que se ha rodeado de talibanes adeptos y de un 20% de la poblaci¨®n que le sigue ciegamente y mantiene como reh¨¦n al resto".
"Los derechos civiles, las elecciones democr¨¢ticas y los derechos humanos deben ir acompa?ados de la econom¨ªa de mercado y la propiedad privada", destac¨® El¨ªas Amor, profesor de la Universidad de Valencia. Adem¨¢s del embargo de Estados Unidos, en Cuba "existe un embargo interno a la econom¨ªa de los cubanos, que les impide trabajar o montar negocios", afirm¨® Jorge Sanguinetty, presidente de la ASCE.
Por su parte, Roger Betancourt, profesor em¨¦rito de la Universidad de Maryland (EE UU), enumer¨® tres diferentes modelos de transici¨®n que pueden darse en la isla: el ruso, en el que se mantiene lo que ha existido hasta ahora, con subsidios procedentes de Venezuela, Rusia, China o Ir¨¢n; el chino, que combina reformas econ¨®micas con represi¨®n pol¨ªtica y el del cambio democr¨¢tico.
Respecto a este ¨²ltimo, Betancourt se?al¨® que "tener unas elecciones libres y justas cuesta tiempo y dinero". El problema es "qui¨¦n pagar¨¢ las campa?as electorales" y "si unas elecciones sufragadas por dinero y tiempo extranjeros ser¨ªan percibidas como leg¨ªtimas", destac¨® el profesor.
Los expertos tambi¨¦n analizaron la situaci¨®n de las empresas extranjeras, especialmente espa?olas, que han tomado posiciones en la isla. Javier Rup¨¦rez, c¨®nsul general de Espa?a en Chicago, denunci¨® las normas "aberrantes" a las que deben someterse los trabajadores del sector tur¨ªstico y se declar¨® esc¨¦ptico "ante la posibilidad de cambios democr¨¢ticos y pac¨ªficos en Cuba en un futuro inmediato".
Quiebra del igualitarismo salarial
"Una de las caracter¨ªsticas esenciales de la econom¨ªa cubana es el Estado como empleador ¨²nico", destaca Jorge Sanguinetty, presidente de la Asociaci¨®n para el Estudio de la Econom¨ªa Cubana (ASCE). Esta caracter¨ªstica se traduce en la inflexibilidad de la demanda, ya que las empresas no pueden contratar libremente a sus trabajadores.
Sanguinetty analiz¨® el lunes en Madrid una de las principales medidas econ¨®micas propuestas por Ra¨²l Castro: el aumento de los salarios de los trabajadores seg¨²n la productividad, llamado por el r¨¦gimen "pago por resultados". Se trata de una medida de gran calado ideol¨®gico, que "quebrar¨¢ una de las bases de la revoluci¨®n: el igualitarismo salarial", se?al¨®.
El salario medio que cobra la mayor¨ªa de los trabajadores cubanos, congelado desde hace a?os, equivale a 17 d¨®lares mensuales. "Se sobrevive a trav¨¦s del mercado negro y otras actividades clandestinas", explic¨® Sanguinetty, quien apunt¨® la dificultad para determinar qui¨¦n identificar¨¢ a los trabajadores m¨¢s productivos.
El aumento de los salarios tiene como objetivo aumentar la productividad de las empresas cubanas, pero tiene varios impedimentos. Uno de los m¨¢s importantes es el empleo redundante, que infla la plantilla de las empresas.
Otras trabas son las escalas salariales arbitrarias y grandes distorsiones salariales entre profesiones, que "hacen que sea m¨¢s interesante trabajar de portero en un hotel, con acceso a propinas en d¨®lares, que seguir como neurocirujano", se?al¨® el presidente de la ASCE.
Por su parte, las empresas extranjeras pagan al Gobierno unos 300 d¨®lares mensuales por cada trabajador, mientras que ¨¦stos reciben unos 17 d¨®lares. De esta manera, "el Estado cubano opera como una gran empresa de trabajo temporal", Jes¨²s Mercader, catedr¨¢tico de Derecho del Trabajo en la Universidad Carlos III de Madrid, destac¨® el "incumplimiento absoluto" de los convenios de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) por parte de Cuba, donde "el Gobierno se ha negado a registrar a sindicatos independientes y encarcela a sindicalistas".
Tampoco existe el derecho de huelga y se produce discriminaci¨®n ideol¨®gica en el empleo, a?adi¨® Mercader, quien destac¨® que "Cuba no ha ratificado el convenio 182 de la OIT sobre peores formas de trabajo infantil".
El problema de las propiedades confiscadas
Una de las inc¨®gnitas que despierta una posible transici¨®n a la democracia en Cuba es el destino de las propiedades confiscadas tras la revoluci¨®n que comenz¨® en 1959, analizado en lunes por varios expertos en la Casa de Am¨¦rica de Madrid. "Cuba ha sido un pa¨ªs extremo, se confiscaron hasta los puestos de helados", se?al¨® Rolando Casta?eda, ex funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Tania Mastrapa, experta en reclamaci¨®n de propiedades confiscadas, detall¨® el proceso de confiscaci¨®n de propiedades en Cuba. Al comienzo de la revoluci¨®n cubana se cre¨® un Ministerio de Recuperaci¨®n de Bienes Malversados destinado a actuar contra los bienes del dictador Batista y sus colaboradores. Sin embargo, "confiscaron las propiedades m¨¢s valiosas, aunque los propietarios no fueran colaboradores de Batista. El ministerio se llevaba todo lo que hab¨ªa dentro de las casas y lo subastaba en el extranjero", relat¨® Mastrapa.
Otro objetivo eran las empresas m¨¢s exitosas. "Les obligaban a pagar elevados impuestos, les negaban maquinaria, les pon¨ªan cuotas de producci¨®n imposibles y despu¨¦s les acusaban de improductivas y las confiscaban", afirm¨® Mastrapa. Adem¨¢s, los empleados pod¨ªan reclamar la nacionalizaci¨®n.
Las empresas que no fueron confiscadas en un primer momento fueron intervenidas y puestas bajo el control del Estado, pero con el tiempo todas fueron confiscadas. Otro motivo de nacionalizaci¨®n era la acusaci¨®n de abandono de la patria y traici¨®n que reca¨ªa sobre los exiliados.
En Cuba existe una percepci¨®n de los exiliados como "traidores y avariciosos a los que s¨®lo les interesa regresar para recuperar sus negocios y echarte de la casa", explic¨® Mastrapa, que admiti¨® que no hay una soluci¨®n f¨¢cil frente a este problema. Despu¨¦s de 60 a?os de revoluci¨®n, muchas casas y empresas se han destruido y otras est¨¢n ocupadas por funcionarios, diplom¨¢ticos y dependencias del Gobierno.
La compensaci¨®n monetaria es complicada, porque a los expropiados "les parece un insulto lo que les pagan". Adem¨¢s, "deja las propiedades compatibles para ser adquiridas por comunistas y extranjeros, pero desincentiva a los cubanos que quieran quedarse", explica Mastrapa.
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