40 d¨ªas de espera en tierra de nadie

El relato no es muy diferente al de otros cubanos enfrentados a su Gobierno. Quiso democracia, particip¨® en grupos clandestinos, lo persiguieron, lo apresaron y lo siguieron vigilando, hasta que decidi¨® salir de la isla a cualquier lugar. Su narraci¨®n es fluida; parece que ya no le estorba el sonido de los altavoces del aeropuerto costarricense de Juan Santamar¨ªa con sus constantes llamadas de embarque y requerimientos para muchos viajeros. Ninguna menci¨®n, sin embargo, es para el electricista disidente Jos¨¦ ?ngel Roque, que este martes cumple 40 d¨ªas varado entre pasaportes y viajes ajenos.

Una sala retirada en el aeropuerto es su casa desde el 4 de diciembre, cuando quiso pasar por salvadore?o con el pasaporte que un amigo suyo le consigui¨® a cambio de 1.000 d¨®lares, que no incluyeron el cambio de acento cubano. Esa inconfundible forma de hablar con volumen alto y sin mencionar la s final result¨® demasiado evidente para las autoridades migratorias costarricenses, que exigen a los cubanos visa autorizada previa. Roque no llevaba m¨¢s que un pasaporte falso y optimismo.

Desde ese jueves, cuando decidi¨® no continuar hacia Ecuador y convertir su escala en destino, vive en Costa Rica. Aunque el primer d¨ªa estuvo cerca de ser deportado, un familiar interpuso un recurso legal ante el Tribunal Constitucional, que prohibi¨® a las autoridades la deportaci¨®n. Desde entonces duerme sobre seis sillas y se alimenta con comida de avi¨®n, ya que est¨¢ bajo custodia de la aerol¨ªnea Taca, con la que viaj¨® desde La Habana.

"Aqu¨ª pienso seguir hasta que me dejen entrar al pa¨ªs. Me hab¨ªan dicho que ¨¦ste era un pa¨ªs que respeta los derechos humanos. Si me mandan a Cuba, voy preso", dijo al diario La Naci¨®n. Funcionarios del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) presionan para que, al menos, se le otorguen condiciones m¨ªnimas para que se asee y descanse en la pecera, como llaman los empleados del aeropuerto a la sala de Roque.

A pesar de la incertidumbre que supone estar lejos de su natal Zulueta (norte de Cuba), Roque espera que San Jos¨¦ lo deje ingresar, pues sabe que sus antecedentes como activista del Proyecto Varela, del conocido Osvaldo Pay¨¢n, siguen frescos en los expedientes de los Comit¨¦s de Defensa de la Revoluci¨®n (CDR).

Costa Rica, donde ya nadie se sorprende al leer noticias sobre redes de tr¨¢fico de cubanos, carece de relaciones diplom¨¢ticas con Cuba. Se limitan a lo consular, no sin problemas. Los ministerios de Relaciones Exteriores, sin embargo, han acrecentado conversaciones en los ¨²ltimos dos a?os y hay quienes prev¨¦n el restablecimiento del lazo diplom¨¢tico ausente desde 1960. Roque espera ingresar antes a Costa Rica.