Mil d¨ªas de pesadilla informativa
Periodistas y medios de comunicaci¨®n, blanco de ataques por parte del poder
Los primeros mil d¨ªas de gesti¨®n del presidente de Bolivia, Evo Morales, se han convertido en una pesadilla para los informadores y los medios de comunicaci¨®n, que han sufrido atropellos, agresiones, la destrucci¨®n de instalaciones y herramientas de trabajo por culpa de la intolerancia y la ausencia de garant¨ªas para la libertad de expresi¨®n y el derecho a la comunicaci¨®n.
El balance de la tortuosa relaci¨®n entre el Gobierno y los medios es de un comunicador muerto y m¨¢s de 250 agredidos - 200 de ellos, en 2008 -, adem¨¢s de numerosos ataques a oficinas de medios audiovisuales tanto del sector privado como gubernamentales. Es el peor resultado en 26 a?os de democracia.
Tambi¨¦n han sido d¨ªas frustrantes para el presidente Evo Morales, que, desencantado por el manejo de la informaci¨®n, ayer inaugur¨® un peri¨®dico oficial con el que completar¨¢ su aparato de difusi¨®n, integrado por un canal de televisi¨®n y la radio estatal, ambas con repetidoras en todo el pa¨ªs, y 40 emisoras de radio comunitarias.
El presidente boliviano se siente ninguneado por los medios de comunicaci¨®n, a los que ha declarado sus enemigos. Se siente tambi¨¦n ofendido y provocado por la informaci¨®n distorsionada que, se lamenta, publican todos los d¨ªas.
En la mayor parte de sus discursos ante sus seguidores, Morales ha lanzado duras cr¨ªticas contra los informadores "mentirosos", "tergiversadores", "vendidos", "corruptos" y "enemigos". Morales suele asimismo individualizar con nombre y apellidos al comunicador y al medio que ha publicado una informaci¨®n que no es del gusto gubernamental o que considera falseada.
En agosto del a?o pasado, durante una reuni¨®n con sus partidarios de la Coordinadora Nacional para el Cambio en Cochabamba, Morales hizo notar la presencia en el acto de comunicadores "porque ya no hay un prefecto que les pague plata", antes de condenar la filtraci¨®n de una presunta infidencia de algunos informadores locales que sacaron a relucir una supuesta confesi¨®n ¨ªntima hecha en el pasado por Morales.
"Eso se hab¨ªan guardado los amigos de la prensa para sacarme la mugre: Evo hace llorar a las mujeres. Imag¨ªnense qu¨¦ de sucios. Quiero decirles qu¨¦ de sucios son los periodistas o los pol¨ªticos [que] usan a los periodistas", se?al¨® el presidente Morales ante sus partidarios, que de forma inmediata procedieron a hostigar a los comunicadores que cubr¨ªan el acto.
Las agresiones arreciaron especialmente entre agosto y septiembre, a la par que los conflictos sociales en todo el pa¨ªs. En estos conflictos grupos de exaltados asaltaron, golpearon con palos, patadas, pu?os y l¨¢tigos a los trabajadores de la prensa, que perdieron sus herramientas de trabajo ante la pasividad de la polic¨ªa. ?sta ya hab¨ªa experimentado el enojo de las turbas en La Paz y, aparentemente, ten¨ªa ¨®rdenes de no intervenir, como reflej¨® la prensa local.
Adem¨¢s de los dos centenares y medio de agredidos - y, en el caso de las mujeres, amenazadas de muerte y de violaci¨®n por agitadores allegados al partido oficialista -, las instalaciones y los equipos m¨®viles de empresas de televisi¨®n, como ATB - del grupo espa?ol Prisa -, Unitel, PAT y Gigavisi¨®n, fueron en unos casos asaltados y en otros apedreados por los movimientos sociales. Tambi¨¦n los medios estatales fueron atacados y, en algunos casos, sufrieron graves da?os materiales, lo mismo que otros medios que igualmente se identifican con el Gobierno sufrieron los efectos de la furia de radicales pertenecientes a las corrientes autonomistas.
El comunicador Carlos Quispe muri¨® a fines de marzo de 2008 a causa de las graves heridas causadas por una paliza que varias personas, presuntamente del Comit¨¦ de Vigilancia del lugar, le propinaron cuando se encontraba en la cabina de locuci¨®n de la Radio Municipal Pucarani.
El padre de la v¨ªctima inform¨® de que uno de los agresores dijo "¨¦sta es la boca que habla", tras lo cual llovieron los latigazos y golpes en la cara hasta dejarlo muy malherido. Dos d¨ªas despu¨¦s falleci¨® en un hospital de La Paz.
Otra comunicadora fue herida de bala en un pie durante la ocupaci¨®n militar del aeropuerto de Cobija. En esa capital se aplic¨® la censura de prensa y la discriminaci¨®n, pues se permiti¨® s¨®lo la presencia de medios afines al Gobierno. Los dem¨¢s fueron trasladados fuera del departamento de Pando.
La Asociaci¨®n Nacional de la Prensa, que agrupa a los propietarios de medios del pa¨ªs, exigi¨® p¨²blicamente en varias oportunidades "las mayores garant¨ªas y protecci¨®n a todos los medios y a los periodistas para evitar que se registren los frecuentes ataques" como los que se produjeron en al menos seis ciudades del pa¨ªs. Asimismo, protest¨® "en¨¦rgicamente contra toda acci¨®n destinada a acallar a la prensa" desplegada por "grupos radicales oficialistas y opositores que vulneran la libertad de prensa y de expresi¨®n, y con ello la Constituci¨®n y los derechos humanos".
La Asociaci¨®n de Periodistas de La Paz y los sindicatos de trabajadores de prensa del pa¨ªs tambi¨¦n protestaron por los ataques a sus afiliados y anunciaron que, junto con los medios, se proceder¨ªa a abrir causas judiciales contra los agresores. Las denuncias no han llegado a 30 y la fiscal¨ªa ha asumido las investigaciones. Hasta ahora, solamente dos agresores - un miembro de la polic¨ªa que, vestido de paisano, golpe¨® a un camar¨®grafo, y un agitador del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido de Morales - han sido encausados.
Las organizaciones de profesionales y medios han mantenido una firme lucha para impedir que el nuevo texto constitucional incluya un art¨ªculo que establezca que tanto las informaciones como las opiniones emitidas por los medios "deben respetar los principios de veracidad y responsabilidad". Seg¨²n el constitucionalista Carlos Alarc¨®n, este art¨ªculo convertir¨ªa "un deber ¨¦tico o moral de veracidad y responsabilidad en un deber jur¨ªdico constitucional". La comisi¨®n parlamentaria anunci¨® que iba a revisar el texto para evitar conflictos posteriores en torno a la libertad de expresi¨®n y el derecho a la informaci¨®n.
La prensa est¨¢ siempre expuesta a intimidaciones y presi¨®n, pero nunca hab¨ªa sufrido tantas afrentas p¨²blicas contra su dignidad profesional y a¨²n menos provenientes tanto de las m¨¢s altas instancias del pa¨ªs como de los sectores empobrecidos de Bolivia, tradicionalmente los m¨¢s defendidos por los medios impresos y audiovisuales de la naci¨®n.
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