Karzai responsabiliza a las fuerzas ocupantes del deterioro de la situaci¨®n en Afaganist¨¢n

La falla estrat¨¦gica que corre desde Gaza hasta los territorios en la frontera afgano-paquistana propaga todav¨ªa temblores tremendos pese a los a?os de guerra al terror y lucha al radicalismo orquestados desde Washington. Los puntos extremos de la falla figuran entre los m¨¢s dolorosos y la nueva Administraci¨®n Obama ha decidido otorgar a Afganist¨¢n status de prioridad absoluta. El presidente afgano, Hamid Karzai, ha aprovechado hoy la Conferencia de Seguridad de M¨²nich para lanzar hacia Occidente un mensaje fuerte, responsabilizando las fuerzas ocupantes del deterioro de la situaci¨®n en su pa¨ªs y proponiendo que la nueva estrategia incluya una "reconciliaci¨®n con los talibanes que renuncien a la violencia".

Karzai ha lanzado su dardo justo ante los ojos de los dos nuevos hombres clave en el frente afgano: el general David Petraeus, responsable militar, y Richard Holbrooke, enviado especial de la Casa Blanca a la zona. El presidente ha achacado el resurgimiento de la violencia a errores estrat¨¦gicos ("retraso en constituir una polic¨ªa, ineficacia en cortar la financiaci¨®n a los grupos violentos, arrestos arbitrarios, v¨ªctimas civiles") que han alentado desconfianza y odio en la ciudadan¨ªa y han permitido el regreso y la proliferaci¨®n del talibanismo, ahora ya tan extenso que controla de facto al menos diez provincias del pa¨ªs.

Karzai -que goz¨® de completo respaldo por la Administraci¨®n Bush y, a siete meses de las presidenciales, sufre del distanciamiento de la de Obama, perpleja ante su gesti¨®n- ha propuesto como grandes ejes de una nueva estrategia una mayor coordinaci¨®n internacional y la reconciliaci¨®n con los sectores islamistas moderados. Un mensaje impl¨ªcito a una Administraci¨®n que se declara dispuesta al di¨¢logo. "Este es el momento. Invitaremos a todos los talibanes que quieran vivir en paz y seg¨²n la Constituci¨®n a volver e integrarse en Afganist¨¢n". ?Qui¨¦n est¨¢ dispuesto a respaldar ese proceso?, parec¨ªa preguntar impl¨ªcitamente.

El general Petraeus, autor de The surge, la estrategia que ha logrado un notable descenso de la violencia en Irak, ha tomado la palabra poco despu¨¦s de Karzai y se ha ubicado en una posici¨®n no muy lejana. "En Afganist¨¢n hacen falta m¨¢s tropas, m¨¢s medios, m¨¢s coordinaci¨®n. Pero eso no es suficiente", ha comentado el militar, introduciendo las l¨ªneas maestras de su nuevo plan de acci¨®n. "Tenemos que entender cu¨¢les sectores de la poblaci¨®n son reconciliables y cu¨¢les no. Los primeros, hay que tratar que se conviertan en parte de la soluci¨®n, en lugar de parte del problema".

Vencer en Afganist¨¢n no es s¨®lo una cuesti¨®n de n¨²mero de soldados desplegados, "sino tambi¨¦n de n¨²mero de t¨¦s bebidos con la poblaci¨®n", ha subrayado Petraeus. "El imperativo es proteger a la poblaci¨®n, establecer contactos con ella, con los l¨ªderes locales, ser buenos vecinos, conocerles, para separar los buenos de los malos, garantizar elecciones non violentas, ganar tambi¨¦n la batalla de los titulares de prensa", ha incidido el general, cuyo pecho no es suficiente para la cantidad de distintivos militares que honran su uniforme. Literalmente le llegan hasta el hombro.

Richard Holbrooke, enviado especial de Barack Obama a la zona, ha a?adido lo que el militar no se ha atrevido a decir: "Seamos claros. El teatro de esta lucha es Afpak. No lo digo por ahorrar silabas, sino para clavar en nuestras mentes que no se trata s¨®lo de Afganist¨¢n, que estamos ante un ¨²nico escenario de combate dividido por una frontera mal trazada, a un lado de la cual podemos actuar mientras en el otro no. En este tienen sus bases nuestros enemigos".

Holbrooke ha dicho eso a pocos metros de distancia del ministro de Exteriores de Pakist¨¢n, Makhdum Shah Mahmud Qureshi, antes de a?adir, refiri¨¦ndose a la situaci¨®n en Afpak: "Jam¨¢s en mi vida he visto un foll¨®n semejante". Holbrooke fue en los noventa un mediador decisivo en el conflicto de Bosnia.

En su intervenci¨®n, el ministro paquistan¨ª ha reafirmado la determinaci¨®n de su Gobierno de ejercer presi¨®n sobre las zonas tribales fronterizas con Afganist¨¢n, como exige Washington, pero ha insistido en el respeto de la integridad territorial, delatando el malestar causado por las incursiones a¨¦reas estadounidenses.

Holbrooke ha calificado de elemento decisivo el fortalecimiento de la fr¨¢gil democracia y econom¨ªa paquistana para la estabilidad de la regi¨®n. Subyacente al debate, se percibe el temor a que las renovadas tensiones con India, a causa de los recientes atentados en Bombay, diviertan el esfuerzo militar paquistano sobre la frontera equivocada.